Transgresión, sensibilidad y fantasía: desde las provincias, estos escritores sub 40 impulsan una nueva estética literaria argentina.

Por Fernando Brovelli

4 nuevos libros de autores argentinos jóvenes

Una resurrección que abre una ventana al apocalipsis. Los delirios de un navegante a la deriva. Humanos que deciden comportarse como animales hasta las últimas consecuencias. Un duende mítico escondido en el bosque. Estas son algunas de las historias que está contando la ficción argentina contemporánea, siempre abierta a la experimentación de las formas y con un indisimulado vínculo con los territorios de sus protagonistas -que son, a la vez, los de los autores-. Sin pretensiones de revolución, pero expresando el anhelo de transformaciones en los vínculos comunitarios, configuran una literatura que se permite pensar las contradicciones de la historia que nos hizo posibles: cristianos pero lascivos, empobrecidos pero utópicos.

Formados académicamente en áreas del pensamiento narrativo, la nueva generación de autores argentinos comienza a escribir sus propias reglas para transgredir la pureza de géneros y la recurrencia de la autoficción. En simultáneo, recuperan la tradición del relato oral de las provincias y la herencia del realismo mágico latinoamericano, explorando las fronteras de los cánones y presentando la fantasía que late en cada rincón oculto de la Argentina, en donde lo surreal irrumpe en la cotidianidad hasta que lo vuelve hábito.

Marina Closs (misionera, 1990), Nicolás Ghigonetto (cordobés, 1989), Salomé Esper (jujeña, 1984) y Ezequiel Pérez(bonaerense, 1987) representan una generación de narradores argentinos que desde editoriales independientes promueven el protagonismo de los personajes anclados en el margen y priorizan las historias que no pueden callarse más. Es por eso que se abren paso y comienzan a mostrar el camino hacia nuevos horizontes en la ficción nacional que, en constante transformación, aparenta no circunscribirse a ningún límite.

Pombero de Marina Closs

Páginas de espuma

Marina Closs avanza en la consolidación de una obra con un universo compuesto por los encuentros del mestizaje, el ordenamiento cristiano, las negociaciones de la colonización, los amoríos infantiles, los secretos de las junglas y los mitos que toman piel. El poblado y el monte se configuran como puntos de encuentro, donde la noche se convierte en el momento ideal para que lo aislado tome vida, escapando hasta de las luces de las estrellas.

En los cuentos que componen Pombero, la autora misionera empodera la mirada de lo marginado sin conmiseraciones, sublevando las historias tapadas que penetran con su bochinche y sus propias preguntas dentro del canon narrativo con la pretensión, según señala en una nota final de la edición, de “alzar una pequeña voz de miedo ante el tiránico español monótono”.

Por eso se vuelve aún más intrigante la recepción de este lanzamiento en España, país del sello Páginas de espuma que editó esta antología de personajes donde se traza un retrato de la cadencia que respiran las leyendas norteñas junto a la sabiduría de las veredas en las que la privacidad es pecado. Dotando de carne y emoción a la mitología popular argentina, los desposeídos hacen sentir sus latidos dentro de la viscosidad selvática y en el secreto de sus refugios de los pueblos de las provincias: así es como expresan que, atravesando los mandatos de lo establecido, existe independencia en la elección de desposeer.

Nenes raros de Nicolás Ghigonetto

Elemento disruptivo

La clandestinidad encuentra en los tabús de los pueblos de provincias los espacios que más disfruta habitar: eso escogió narrar Nicolás Ghigonetto en Nenes raros, una serie de cuentos en los que el surrealismo se subleva. El autor cordobés desmitifica el ideario de las localidades del interior, muchas veces retratadas en la serenidad de la siesta o como convivencia comunitaria, para develar las relaciones ocultas que se expresan justamente en esos horarios donde todo es posible.

En cada relato que compone esta antología coral, el delirio y el absurdo sutura en lo cotidiano a través de la violencia y la marginalidad. Sus personajes son buscavidas aburridos en la monotonía; parientes excéntricos que extreman tradiciones; emprendedores de cuarta o jóvenes en sus primeros viajes. Descorazonados o simplemente misántropos, se movilizan por instinto y sus decisiones los llevan a conocer las fronteras de lo prohibido, donde finalmente se sienten liberados.


El sello de poesía Elemento disruptivoapostó por historias en prosa donde el autor no se ajusta a ningún formato. Prueba los monólogos, los diálogos, los listados y las recetas para apropiarse de las voces de sus personajes, que intentan encontrar alguna explicación en mundos que los entregó a convivir entre los vicios y los mandatos; entre los excesos y las exigencias. Con expresa intención de perturbar, Nenes raros termina por recrear sonidos y olores del centro del país, para completar vidas que en su complejidad escogen lo elemental: un porro para no dolerse o una golpiza para concluir un desacuerdo. Muchas veces no se precisa más.

La segunda venida de Hilda Bustamante de Salomé Esper

Sigilo

“Hilda despertó con la boca llena de gusanos”: la primera oración del debut en formato novela de la autora jujeña Salomé Esper concentra parte de su contundencia narrativa y su capacidad de desarmar sentimientos con los movimientos de sus personajes. Combinando registros entre el relato amoroso, el fantástico y el macabro, la autora logra insertar preguntas sobre los alcances del afecto, la identificación comunitaria, el poder del secreto y los horizontes que abre lo milagroso.

Surrealismo autóctono, fantasía pueblerina, alucinación de barrio: las fronteras entre fantasía y realidad se quebrantan en esta edición de Sigilo. En esa geografía paria es donde la historia avanza con normas que los propios personajes van descubriendo, al no estar familiarizados con las resurrecciones o las invasiones sobrenaturales. Sin embargo, una lógica de ciudad pequeña resiste: el sentido de armar una comunidad y tener fe sin dar un por qué.

La exploración de las creencias moviliza la historia de La segunda venida de Hilda Bustamante, que propone que los mitos vecinales son los únicos que se sostienen en los momentos en que las instituciones no ofrecen respuestas. Es precisamente en su cualidad de divinidades que se configuran como menos frágiles que las invenciones humanas. Así lo que parecen desvaríos terminan sobreponiéndose a lo normado, ya que la protagonista encontró en una familia que ella ensambló la singularidad de un amor que una localidad porfiada y desconfiada no le podía ofrecer. Ese círculo íntimo fue, ante todo, su realidad: una que le mostró que el milagro es dar segundas oportunidades y amar mucho después de la muerte.

Mandarino de Ezequiel Pérez

Eterna Cadencia

Una búsqueda permanente sin fin de algo de lo que no tiene claridad; la carne bronceada por las horas de deriva; los alaridos de las aves y el filo de una picadura. En MandarinoEzequiel Pérez vuelve piel la presencia mítica que tiene el río Paraná como motor, proveedor y hábitat de las comunidades ribereñas, que se entregan a la espera de una vida de subsistencia.

En su segunda novela -la primera con la editorial Eterna Cadencia-, el autor explora geografías lingüísticas y, a partir de un trabajo minucioso, convierte en cronista a su protagonista, que no se abroquela en géneros: recurre a la poesía, la carta, el diario y la narración. Así logra replicar el movimiento de una embarcación precaria llevada con la pulsión del desvarío de sus aspiraciones, que solo pretenden una tierra y una comunidad.

El narrador expresa los dos principales enemigos de los habitantes ribereños de un siglo pasado pero imprecisa: el hambre y los alambrados. Despojados de todo, hasta del concepto de equipaje, los sueños de los navegantes se deshacen en un viaje sin costas posibles, pero es la sabiduría litoraleña -que no precisa de grandilocuencias- la que les pide que dispongan de la naturaleza. Es por eso que el Paraná es un dios más contradictorio pero igual de justo: porque, una vez más, les concedió.

26 de agosto: nace Julio Cortázar

Julio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914, “producto del turismo y la diplomacia”, esto acaeció en Ixelles, Bélgica. No solo por la condición de funcionario en la embajada argentina de su padre, sino por la naturaleza de su obra, Cortázar es indudablemente un escritor nacional. Buena parte de la misma está signada por su infancia, transcurrida en Banfield, que daría la materia prima para numerosos cuentos de BestiarioFinal del Juego y otros. Ejerció como maestro normal y luego profesor en Letras, donde dejó entrever su interés por el surrealismo enseñando en sus clases al conde de Lautreamont y otros autores que no tenían todavía una fuerte inserción en el ámbito de las letras locales.

Las tareas de traducción, análisis literario y crítica cultural son ámbitos en los que Cortázar fue una presencia señera. Ejemplo de esto es su visionaria lectura del Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal, maltratado por la crítica tras su aparición. Cortázar vio en esa novela “un acontecimiento extraordinario en las letras argentinas, y su diversa desmesura un signo merecedor de atención y expectativa”. Si bien, según su análisis, “el único gran fracaso de la obra es la ambición no cumplida de darle una superioridad que amalgamara las disímiles sustancias allí yuxtapuestas. No fue conseguido, y en verdad no importa demasiado”. Cortázar ve en la enormidad de la propuesta de Marechal un camino en el que las partes pueden funcionar en forma autónoma y en el que la linealidad queda a un costado, también consigue hacer entrar en la tradición de Mansilla y Payró a una obra que parecía no tener ascendencia clara.

Es notable que la novela más popular de Cortázar, Rayuela, tenga, también, esa lógica de las partes aparentemente azarosas que van en la búsqueda de un camino. Juan Filloy fue también rescatado por Cortázar, su influencia es declarada en distintos pasajes, principalmente en Rayuela: “(los franceses) no tienen ningún Juan Filloy que les escriba Caterva, ¿qué será de Filloy, che?”. El interés por los mendigos y otros marginales es también algo que puede rastrearse allí. Las traducciones de Cortázar de los cuentos completos del estadounidense Edgar Allan Poe son un punto en el que podemos reconocer la influencia en el género que más descolló: el relato breve. En la crítica cultural podemos destacar polémicas como las que mantuvo con el escritor colombiano Oscar Collazos acerca del rol del intelectual o sus lúcidas observaciones en la revista Paris Match acerca del espacio de la publicidad imperialista en el mismo medio que pide sus declaraciones contrarias a las dictaduras.

Si bien con el paso del tiempo la crítica más académica ha convertido a Cortázar en un autor reducible a la suma de sus procedimientos (basta leer una frase como “pescado enormísimo y tan no ella” o las infinitas referencias a casas chorizo para identificar los manierismos de la pluma del autor), es innegable lo que señala César Aira en su Diccionario de autores latinoamericanos: Cortázar es un autor iniciático para “los adolescentes que quieren ser escritores”, quienes “siempre lo van a seguir leyendo”. El cliché en Cortázar, sus lugares comunes, son sintomáticos también de una época, Rayuela siempre será la novela del boom latinoamericano por excelencia. Sus cuentos, por otro lado, han corrido mejor suerte. Borges reconoció inmediatamente su valía y tardó apenas unas pocas horas en publicar, en la revista Los Anales de Buenos Aires, su cuento “Casa tomada”.

Las novelas de Cortázar gustaron de los experimentos, no solo Rayuela, con su ir y venir de capítulos y su propuesta lúdica con el lector nos hacen juego con los procedimientos de las vanguardias. 62, modelo para armar amplifica un capítulo de Rayuela, e incluso obras como El libro de Manuel cruzan lo coyuntural y político con lo literario: Cortázar desarrolla su escritura según lo que sale en los diarios. En eso fue siempre un hombre de su tiempo, tomó la ciudadanía francesa para denunciar la dictadura militar argentina, estuvo siempre atento al destino latinoamericano, sabiendo que era el suyo.

Sus relatos breves siguen estremeciendo, hay un poder de síntesis inmenso y una maestría absoluta que puede apreciarse en piezas de menos de una carilla como “Continuidad de los parques” o en sus juegos de desdoblamiento que pueblan el imaginario de “Axolotl” o “La noche boca arriba”. Las historias de cronopios y famas, así como las instrucciones (para llorar, para dar cuerda a un reloj, para subir una escalera, etc.) siguen siendo siempre conmovedoramente divertidas.

Julio Cortázar nació y murió lejos de su patria. Falleció el 12 de febrero de 1984 en París, Francia y fue enterrado en el cementerio de Montparnasse junto a Baudelaire, Tristan Tzara y otros tantos autores que supo admirar y difundir. Sus grabaciones son, también, prueba del acento afrancesado que pulió con el tiempo. Sin embargo, basta escucharlo o leerlo para ver que siempre perteneció aquí y es una parte fundante de nuestras letras argentinas.

Día del Lector y la Lectora, en conmemoración y homenaje a Jorge Luis Borges

El 24 de agosto se conmemora el Día del Lector y la Lectora, en homenaje al nacimiento del escritor argentino Jorge Luis Borges, que cumpliría hoy 123 años.

Jorge Francisco Isidoro Luis Borges nació el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires. Hijo de Jorge Guillermo Borges y de Leonor Acevedo Suárez, compartió su pasión por la lectura con su hermana menor Norah. Desde pequeño Borges aprendió a leer en inglés antes que en español por influencia de su abuela paterna y su institutriz, ambas británicas, quienes se encargaron de su educación hasta que a los 9 años ingresó en la escuela primaria.

En 1914 se radicó con su familia en Europa, y regresó al país recién en 1921. Junto a un grupo de jóvenes tutelados por Macedonio Fernández, compañero de estudios de su padre y hasta entonces escritor inédito, fundó varias revistas, entre ellas Prisma y Proa. Junto a Ulises Petit de Murat dirigió la Revista Multicolor de los Sábados del diario Crítica.

En 1923 apareció su primer libro de poesía Fervor de Buenos Aires, una edición de 300 ejemplares, y tras su breve paso por Europa se instaló nuevamente en Buenos Aires donde conoció a Victoria Ocampo, con quien entabló una amistad.

En 1925 publicó su segundo libro de poesía Luna de enfrente y el primer ensayo Inquisiciones y junto a Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, Antología de la literatura fantástica (1940) y ordenó la Antología poética argentina (1941). También editó los cuentos El jardín de senderos que se bifurcan (1941) ; Seis problemas para don Isidro Parodi (1942) en colaboración con Adolfo Bioy Casares bajo el seudónimo de Honorio Bustos Domecq y Poemas (1922-1943). En 1944 publicó Ficciones incluyendo entre otros cuentos El jardín de senderos que se bifurcancon el que obtiene el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores.

Tiempo después aparece El compadrito (1945) una selección de poesía y prosa sobre el destino, los barrios y la música porteña en colaboración con Silvina Bullrich y funda la revista Anales de Buenos Aires. Luego da a conocer el ensayo Nueva refutación del tiempo que más adelante fue incluido en Otras inquisiciones (1952). Junto a Adolfo Bioy Casares tamibén edita la antología Prosa y verso de Quevedo (1948) y en forma independiente El Aleph (1949) una de sus obras más populares. Sus extensa bibliografía comprende cuentos como La muerte y la brújula (1951); El informe de Brodie (1970); El libro de arena (1975) y 25 de Agosto, 1983(1983); los poemas Cuaderno San Martín(1929); El hacedor (1960); Para las seis cuerdas(1967); El otro, el mismo (1969); Elogio de la sombra (1969); El oro de los tigres (1972); La rosa profunda (1975); Obra poética (1923-1976); La moneda de hierro (1976); Historia de la noche (1976); La cifra (1981) y Los conjurados (1985), y más de veinte ensayos, entre ellos El tamaño de mi esperanza (1926); El idioma de los argentinos (1928); Discusión(1932); Otras inquisiciones (1952); Obras completas (1960); El libro de los seres imaginarios (1968); Libro de sueños (1976) y Biblioteca personal (1986) entre otros.

El 1938, poco después de la muerte de su padre, Borges sufrió un accidente que le produjo una septicemia. A partir de ese momento su visión disminuyó y tuvo que depender de la ayuda de terceros para desenvolverse. En 1956 se le prohíbió leer y escribir por prescripción médica, y aprendió a componer sus textos de memoria para luego dictárserlos a sus allegadas.

El 21 de septiembre de 1967 Borges se casó por primera vez con Elsa Astete Millán y el matrimonio duró hasta 1970. El 8 de julio de 1975 falleció su madre a los noventa y nueve años. Y el 26 de abril se casó por segunda vez con María Kodama, compañera de estudios y colaboradora.

La obra de Borges trascendió tempranamente a nivel internacional y recibió reconocimientos como el Premio Formentor en Mallorca; el título de Commendatore del gobierno italiano y Comendador de la Orden de las Artes y las Letras por el gobierno francés; Comendador de la Orden del Sol en la ciudad de Lima; fue nombrado Miembro Honorario Extranjero de la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos; le otorgaron la insignia de Caballero (Sir) de la Orden del Imperio Británico y la medalla de oro del IX Premio de Poesía de Florencia (Italia); las insignias de la Orden del Mérito de la República Italiana y el grado de Gran Oficial en la Embajada de Buenos Airesl; le dieron as las llaves de la ciudad de Bogotá; la Orden al Mérito de la República Federal de Alemania; la Cruz del Halcón del gobierno de Islandia; la Medalla de la Academia Francesa; la Gran Cruz de la Orden de Santiago de la Espada en Portugal; la Orden de la Legión de Honor en Francia; la Cruz de la Orden de Alfonso en España, la Rosa de Oro del Novecento en Italia y fue nombrado Doctor Honoris Causa por las universidades de Colombia, Oxford, La Sorbona y Roma entre tantos reconocimientos.

Borges también brindó conferencias por todo el mundo, visitando Estados Unidos en varias oportunidades, Europa e Israel. Su primera visita al exterior como expositor la realizó en 1961 invitado por la Universidad de Texas para dar cursos y una serie de conferencias en universidades norteamericanas. A su vez visitó Inglaterra, Escocia, Francia, Suiza, España y Alemania presentándose en diversos ámbitos académicos. Es el autor argentino con más traducciones de sus obras. Su influencia literaria alcanzó la pantalla grande a través de Días de odio dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, cuyo argumento se basa en el cuento Emma Zunz.

En el mes de noviembre de 1985 Jorge Luis Borges se trasladó a la ciudad de Ginebra (Suiza) acompañado por María Kodama para fijar su residencia. Allí falleció el 14 de junio de 1986.

A partir de 2012 por la Ley 26.754 el Congreso de la Nación estableció el 24 de agosto como el «Día del Lector, en conmemoración y homenaje al día del natalicio del escritor argentino Jorge Luis Borges».

16 de agosto de 1920: Nace el escritor estadounidense de origen alemán Charles Bukowski

Pocos escritores fueron tan desagradables o tan interesantes como Charles Bukowski. Escritor, poeta, alcohólico y mujeriego, fue la voz de un tipo de contracultura que terminó ganando la atención y el respeto del mainstream.

Bukowski nació el 16 de agosto de 1920 en Andernach, Alemania, hijo de un soldado germano-estadounidense y de una chica con la que había tenido una relación casual mientras estaba cumpliendo servicio. Se casaron un mes antes de que él naciera y pronto se trasladaron a Norteamérica, donde su hijo Heinrich Karl pasó a llamarse Henry Charles (y más tarde solamente Charles). Se establecieron finalmente en Los Ángeles, donde Bukowski pasó gran parte de su vida y lo que se convirtió en el telón de fondo de muchas de sus travesuras y sus aclamados escritos.

Aunque sus primeras publicaciones ya son bastante agresivas, no fue sino hasta más tarde, después de una década dedicada a la bebida, cuando las cosas empezaron a ponerse buenas para Bukowski, o más precisamente, malas para él, pero buenas para nosotros. Después de ocupar varios puestos de trabajo, como empleado en una fábrica de encurtidos, o como cartero para el Servicio Postal de los EE. UU. La bebida comenzó a atrapar a Bukowski. A los 35 años edad, fue hospitalizado por una úlcera sangrante.

Pero para un escritor como Charles Bukowski, la tragedia, la autodestrucción y el dolor fueron regalos inspiradores de los dioses de la creatividad. Poco después de salir del hospital, comenzó a escribir poesía. También comenzó a coleccionar esposas, comenzando con Barbara Frye, una poeta de Texas con la que accedió a casarse sin haberla conocido en persona. Se divorciaron tres años después. Bukowski continuó escribiendo y bebiendo.

En 1962, Bukowski quedó devastado por la pérdida de Jane Cooney Baker, quien murió repentinamente de una úlcera. Bukowski tomó su muerte con fuerza, basando gran parte de su poesía posterior en ella. Pero no pasó mucho tiempo antes de que el problemático escritor se hubiera mudado con otra mujer, la poeta Frances Smith. Su primera y única hija, Marina Louise Bukowski, nació el 7 de septiembre de 1964.

En 1967, Bukowski lanzó una columna en la publicación clandestina Open City, llamada “Escritos de un viejo indecente”, que luego fue recogida por Los Angeles Free Press y NOLA Express en Nueva Orleans. Pero no fue hasta sus 49 años que Bukowski finalmente abandonó la oficina de correos y se convirtió en escritor de tiempo completo. Completó su primera novela, titulada acertadamente, Cartero, una historia algo autobiográfica sobre Henry Chinaski, un empleado de correos que se convirtió en el alter ego literario de Bukowski. El libro fue publicado por Black Sparrow Press, una pequeña editorial independiente dirigida por John Martin. Martin creyó en Bukowski y le dio una chance mientras Hank aún era relativamente desconocido. Por aprecio y respeto, Bukowski continuó trabajando casi exclusivamente con Black Sparrow durante el resto de su carrera.

Famoso por sus descripciones crudas y su prosa sin filtro, las obras de Bukowski arrastran a sus lectores a la perspectiva de una botella vacía. Sus cuentos y poemas resaltan los aspectos ingratos, insignificantes y patéticos de la existencia humana. Sus personajes son asquerosos. Sus vidas son asquerosas. Todos están rotos y son defectuosos. El don de Bukowski consistió en mostrarnos qué tan malo todo podría ser.

Falleció el 9 de marzo de 1994 de leucemia.

🏆 CONCURSO DE LETRAS 2023 ✍️

¡Atención escritoras, escritores, ilustradoras e ilustradores! El Fondo Nacional de las Artes abrió la convocatoria al tradicional certamen que premia obras literarias de todo el país 🇦🇷.

🖋️ Presentá tu trabajo en alguna de las siguientes categorías: Cuento; Novela; Novela gráfica; Ensayo/No Ficción (Crónica, Biografía, Memorias, Reportajes, etc.); o Poesía.

⏰ ¡Anotate hasta el 17 de agosto y participá por premios de hasta $350.000!

Toda la info: bit.ly/LetrasFNA

Muere Milan Kundera, autor de «La insoportable levedad del ser»

El escritor de origen checo nacionalizado francés, Milan Kundera, falleció el martes a los 94 años de edad, según informó este miércoles la televisión pública checa.

“Desafortunadamente, puedo confirmar que Milan Kundera falleció ayer después de una prolongada enfermedad”, afirmó la portavoz de la biblioteca Milan Kundera, en su nativa ciudad de Brno.

El prosista, dramaturgo y poeta alcanzó fama mundial en la segunda mitad del siglo XX con obras como “La insoportable levedad del ser”, “La broma” y “El festín de la insignificancia”

Desde sus primeras novelas, el humor, la ironía y la reflexión sobre la memoria, el paso del tiempo, el exilio y la frágil condición humana fueron sus señas de identidad.

Expulsión y exilio

Nacido el 1 de abril de 1929, en el seno de una familia acomodada, Kundera escribió poemas y cuentos cortos hasta que se publicó su revolucionaria novela “La broma”, en 1967, que relata la vida de varios personajes checos durante durante el estalinismo, con un estilo cómico e irónico.

De pequeño estudió música con su padre, un reconocido pianista y musicólogo, pero con el tiempo su interés se fue volcando hacia la escritura.

En su juventud fue un miembro entusiasta del Partido Comunista, pero acabó siendo expulsado en dos ocasiones: la primera en 1950 por sus “actividades anticomunistas”, y la segunda en 1970 durante la represión que siguió a la Primavera de Praga en 1968, de la que fue una de las principales voces. 

Tras perder las esperanzas de que en su país se llevara a cabo una transformación profunda, se mudó a Francia en 1975 junto a su esposa Vera.

En 1979 el entonces gobierno comunista le retiró su nacionalidad y en 1981 obtuvo la nacionalidad francesa. 

Éxito internacional

Fue en Francia, con la publicación en 1984 de su novela “La insoportable levedad del ser”, que se cimentó su estátus de estrella de la literatura internacional.

La obra, situada en la Praga del 68, y que sigue la vida de dos parejas y examina las tensiones entre la libertad y la responsabilidad, fue llevada al cine por el director Philip Kaufman.

Se formó en Praga como guionista y luego dictó clases de Literatura Mundial y Estructura de la Novela en la Facultad para el Cine y la Televisión.

Entre sus obras más famosas se encuentran “El libro de los amores ridículos” (1978), “La vida está en otra parte” (1972) y “El Libro de la risa y el olvido” (1979).

Sus críticos lo acusan de haberle dado la espalda a sus compatriotas y disidentes tras su partida a Francia y, en 2008, una revista checa lo acusó de haber sido informante durante el régimen comunista, algo que el autor negó rotundamente. 

En 2019, las autoridades checas le delvovieron finalmente su nacionalidad y, en 2023 se inauguró una biblioteca en su honor en su ciudad natal.

📚 Estas son algunas de las #FeriasDelLibro que se van a hacer en julio en el país👇

📍Goya, Corrientes ➡️ 5º Feria del Libro de Goya del 30/06 al 14/07
📍Montserrat, CABA ➡️ Feria del Libro de Humanidades en la Manzana de las Luces el 01 y 02
📍Oberá, Misiones ➡️ 45º Feria Provincial del Libro del 01 al 09
📍Cañada de Gómez, Santa Fe ➡️ Feria del Libro Cora Renard del 03 al 09
📍La Rioja Capital ➡️ 21º Feria del Libro de La Rioja – 40 años de democracia – del 05 al 15/07
📍Miramar, Córdoba ➡️ Feria Popular del libro en La Escuelita del 07 al 09
📍Santa Elena, Entre Ríos ➡️ «Dejame que te cuente!» Feria del libro Santaelenense del 07 al 09
📍Corrientes Capital ➡️ XIII Feria Provincial del Libro de Corrientes del 07 al 16
📍Henderson, Buenos Aires ➡️ V Feria del Libro de Henderson el 07 y 08
📍Balvanera, CABA ➡️ Mocha Fest el 08
📍Villa Ortúzar, CABA➡️ Feria MIGRA 2023 el 08 y el 09
📍Villa Constitución, Santa Fe ➡️ Villa Viñetas el 08 y el 09

🗓️ Todos los meses vamos a publicar el listado de ferias del libro que se realicen en el país.

📩 Si conocés alguna en tu región y querés que la sumemos a nuestro calendario, escribinos a mmengucci@editores.org.ar ✍️

15 de junio: Día del Libro en la Argentina

Puede ser pequeño y frágil, pero no hay objeto tan potente para la cultura como el libro. Por eso, más allá de que el 23 de abril se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Libro, la Argentina también tiene su fecha propia: el 15 de junio se festeja el “Día del Libro”.

Es que fue el 15 de junio de 1908 cuando, en el país, se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres y, desde ese día, comenzó un festejo anual. En 1924, aquel Consejo logró que el entonces Presidente de la Nación, Marcelo T. de Alvear, declarara la fecha como “Fiesta del Libro”.

El decreto presidencial alegaba: “Es del mayor valor educativo consagrar un día especial del año a la recordación del libro como registro imperecedero del pensamiento y de la vida de los individuos y las sociedades, y como vínculo indestructible de las generaciones humanas de todas las razas, lenguas, creencias, etc.”.

Luego, en 1941, a partir de una resolución del Ministerio de Educación, se cambió la denominación por “Día del Libro”, la cual continúa hasta hoy. En junio además se celebra del Día del Escritor y la Escritora, en homenaje al primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, Leopoldo Lugones, que nació el 13 de este mes de 1874. Convergen así, en junio, dos grandes celebraciones para las letras nacionales.

Sin embargo, claro está, no solo se trata de un objeto importante para la Argentina, sino para toda la cultura humana. Desde los primeros soportes en piedra, las tablas de arcilla encontradas en Mesopotamia durante el siglo III a. C., pasando luego por el papiro, el pergamino, hasta el papel y las pantallas digitales, se sabe que la escritura fue y es una de las tecnologías que revolucionó la Humanidad, ya que fue de las primeras en posibilitar la producción y circulación de ideas, a través de los siglos y la diversas regiones. Y esa escritura logró encontrar distintos espacios para albergar todo el conocimiento que materializa y transmite desde épocas antiquísimas hasta hoy.

El libro en papel, por su parte, continúa siendo uno de los objetos culturales más importantes, actual y vigente, que no ha sido vencido ni por el e-book ni la inteligencia artificial. Ya lo decía el escritor Umberto Eco en el libro que escribió en diálogo con el dramaturgo y guionista Jean-Claude Carrière, Nadie acabará con los libros: «El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor. El libro ha superado la prueba del tiempo… Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es».

13 de junio, día del escritor: quién fue Leopoldo Lugones, el autor en el que se inspira la fecha

En un país que ha dado al mundo autores de enorme relieve, como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar o Liliana Bodoc, la fecha elegida honra al gran poeta y narrador cordobés.

Nuestro país celebra hoy, 13 de junio, el día del escritor argentino, fecha inspirada en el nacimiento de Leopoldo Lugones, uno de los autores más influyentes y fascinantes del siglo XX.

Leopoldo Lugones dejó un legado imborrable en el ámbito literario. Nacido en Villa María del Río Seco, provincia de Córdoba, el 13 de junio de 1874, pasó su infancia y adolescencia en esa localidad y en Santiago del Estero antes de establecerse en Buenos Aires en 1895. Allí se destacó como periodista en el diario El Tiempo y, en 1897, junto a José Ingenieros, fundó el periódico socialista revolucionario La Montaña.

En años posteriores, Lugones asumió la dirección de la Biblioteca Nacional de Maestros y emprendió varios viajes al viejo continente, viviendo en París de 1911 a 1914. Además, colaboró con el diario La Nación y fundó la Sociedad Argentina de Escritores en 1928, tras haber obtenido el Premio Nacional de Literatura en 1926.

Si bien comenzó su carrera con inclinaciones socialistas, Lugones fue virando hacia una postura más conservadora, llegando a apoyar el golpe de Estado de Uriburu en 1930, que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen.

La obra literaria de Lugones abarca una amplia variedad de géneros y estilos. Su primer poemario, Los mundos, fue publicado en 1893, y tres años después tuvo un encuentro determinante con el poeta nicaragüense Rubén Darío, cuya influencia se reflejó en su escritura. A este le siguieron obras como Las montañas de oro (1897), Los crepúsculos del jardín (1905) y Lunario sentimental (1909).

A partir de 1910, con la publicación de Odas seculares, se observa un cambio en su estilo, centrándose en la exaltación de la tierra y su gente. Otras obras destacadas incluyen El libro fiel (1912), El libro de los paisajes (1917), Las horas doradas (1922), Romancero (1924), Poemas solariegos(1927) y Romances del Río Seco(publicación póstuma en 1938). Además, escribió La guerra gaucha (1905), un relato histórico sobre la guerra de independencia que fue adaptado al cine en 1942 por Lucas Demare, y una novela teosófica titulada El ángel de la sombra(1926).

Lugones también se destacó como narrador, siendo considerado el gran pionero de la literatura fantástica en Argentina. Sus obras en este género incluyen “Las fuerzas extrañas” (1906), La torre de Casandra (1919), Cuentos fatales(1924) y La patria fuerte (1933), que sentaron las bases para futuros exponentes de la literatura fantástica como Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.

Para Lugones, el papel del escritor estaba intrínsecamente ligado al destino de su país y, por lo tanto, consideraba que debía ser parte activa de la acción política. Admirador de las bibliotecas populares, ya que su propia formación fue influenciada por la biblioteca de su pueblo natal, Lugones dirigió la Biblioteca Nacional de Maestros hasta su muerte y contribuyó en el diseño de una reforma educativa para la educación secundaria argentina.

A pesar de ser reconocido como un poeta moderno, Lugones fue crítico de las vanguardias literarias que surgieron a principios del siglo XX. Esto lo enfrentó al grupo de escritores que participaba en la revista Martín Fierro, entre ellos Oliverio Girondo, Norah Lange, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges.

A pesar de sus diferencias, Borges retrataría a Lugones de manera precisa en su texto La muerte de Leopoldo Lugones: “Leopoldo Lugones fue y sigue siendo el máximo escritor argentino. Recabar este título para Sarmiento es olvidar que su obra escrita debe ser juzgada a la luz de su obra total, quiero decir de su vida; recabarlo para Groussac es olvidar que éste fue un crítico europeo que se produjo en español accidentalmente, si bien con maestría singular. El Facundo y el Martín Fierro significan más para los argentinos que cualquier libro de Lugones o que su heterogéneo conjunto, pero Lugones por su Historia de Sarmiento y El payador comprende de algún modo y supera aquellos libros fundamentales. Lugones encarnó en grado heroico las cualidades de nuestra literatura, buenas y malas. Por un lado, el goce verbal, la música instintiva, la facultad de comprender y reproducir cualquier artificio; por otro, cierta indiferencia esencial, la posibilidad de encarar un tema desde diversos ángulos, de usarlo para la exaltación o para la burla. Acaso es lícito ir más lejos. Acaso cabe adivinar o entrever o simplemente imaginar la historia, la historia de un hombre que, sin saberlo, se negó a la pasión y laboriosamente erigió altos e ilustres edificios verbales hasta que el frío y la soledad lo alcanzaron. Entonces, aquel hombre, señor de todas las palabras y de todas las pompas de la palabra, sintió en la entraña que la realidad no es verbal y puede ser incomunicable y atroz, y fue, callado y solo, a buscar, en el crepúsculo de una isla, la muerte”.

El 18 de febrero de 1938, Leopoldo Lugones se suicidó en una pensión llamada El Tropezón, ubicada en el delta del Paraná. Tenía 64 años.