El tour de este lunes, «Tras las huellas de Cortázar» -organizado por la periodista y guía de turismo Mariana Iglesias- realizará un recorrido a pie por Buenos Aires desde el Teatro Colón pasando por puntos icónicos vinculados con la vida del autor como Diagonal Norte, Plaza de Mayo, el Luna Park y la calle Florida.
En conmemoración del 40 aniversario de la muerte de Julio Cortázar, y para celebrar los 110 años de su nacimiento, se realizará el lunes el tour literario «Tras las huellas de Cortázar», un recorrido peatonal por Buenos Aires que partirá a las 16.30 del Teatro Colón y abarcará 10 puntos claves de la ciudad vinculados con el autor de «Rayuela», como Diagonal Norte, Plaza de Mayo, el Estadio Luna Park y la calle Florida.
Buenos Aires es una ciudad literaria por excelencia y no queda al margen de la obra narrativa de Cortázar. El escritor argentino nació en Bruselas en 1914 y murió, como veremos luego de una breve visita a la ciudad porteña, el 12 de febrero de 1984 en París.
La vida de Cortázar en Buenos Aires se puede dividir en varias etapas. Desde su llegada a la ciudad en 1918 a la edad de cuatro años, vivió en Banfield hasta 1932, cuando se trasladó a Villa del Parque. Durante este tiempo, pasaba la mayoría de sus días en la Capital Federal. En 1937 se mudó a Bolívar y luego a Chivilcoy para enseñar, regresando a Buenos Aires en los fines de semana. En 1944 comenzó a dar clases en Mendoza, antes de volver a Buenos Aires y luego mudarse a París en 1951. Realizó varias visitas a Buenos Aires, tanto con su esposa como solo, en distintas etapas de su vida.
A cuarenta años de su muerte, se presenta un homenaje a su vida y su legado literario llamado «Tras las huellas de Cortázar» que está organizado por la periodista y guía de turismo Mariana Iglesias.
La caminata, que tendrá lugar el lunes a las 16.30, partirá del icónico Teatro Colón en Cerrito 628 y durará aproximadamente 2 horas y 45 minutos, concluyendo en la Confitería London City. Este recorrido literario contempla diez puntos de la ciudad de Buenos Aires vinculados al autor de «Rayuela», incluyendo lugares emblemáticos como Diagonal Norte, Plaza de Mayo, el Estadio Luna Park, y la calle Florida, entre otros.
Los puntos seleccionados para este tour literario tienen un significado especial, ya que son parte importante de la vida y obra porteña del escritor. Desde su llegada a Buenos Aires en 1918, cuando tenía cuatro años, hasta sus últimas visitas como escritor consagrado, Cortázar estuvo profundamente ligado a la ciudad y sus barrios.
Iglesias, quien ha dedicado su carrera a la divulgación del patrimonio cultural y turístico de Buenos Aires, explica a Télam que para Cortázar «Buenos Aires es una de las grandes protagonistas de su vida y de su obra».
Una de las paradas de «Tras las huellas de Cortázar en Buenos Aires», recorrido que permitirá conocer ese vínculo entre el escritor y su cartografía literaria, es Agronomía: «Históricamente fue Villa del Parque pero hoy pertenece a la Comuna 15 y se llama Agronomía. Allí, en un triángulo que rompe con el damero porteño, encontramos el barrio parque Guillermo Rawson, creado por la Comisión de Viviendas Baratas del Banco Hipotecario», señala Iglesias.
En 1931, Cortázar y su familia se mudan al edificio de Artigas 3246. La calle Artigas hace esquina con Espinosa, que desde 1994 en ese tramo se llama Julio Cortázar. Al cruzarla descubrimos varias rayuelas que los vecinos suelen pintar, ademá de un bar que lleva precisamente ese nombre.
Otro de los barrios cronopios por excelencia es Palermo, donde la ex placita Serrano hoy se llama Julio Cortázar. En la calle Serrano vivió también Jorge Luis Borges, «convirtiendo esa esquina en un espacio literario por excelencia en la ciudad» explica la guía.
En la misma zona, «la familia de la calle Humboldt» es protagonista de varios textos de «Historias de Cronopios y de Famas» como los relatos «Simulacros» o «Correos y Telecomunicaciones».
Otro espacio importante en este viaje es la plaza central de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno que se llama Rayuela y es un espacio abierto al juego, a la lectura, al dibujo y al intercambio de lector a lector. «Atravesando la plaza y el edificio de la Biblioteca nos encontramos con una escultura de Cortázar colocada al cumplirse el centenario de su nacimiento, por iniciativa de la cantante y amiga personal de Julio, Susana Rinaldi», explica Iglesias.
El autor de «Bestiario» estudió en la Escuela Normal Superior N2 Mariano Acosta de la calle Urquiza 277 en el Once entre 1928-1932″. «Entrar en la escuela, subir los escalones y ver de frente esa caja de zapatos amarillas al decir del cuento ‘La escuela de noche’ es una fuerte experiencia que nos permite imaginar los años juveniles de Julio en la ciudad», dice la guía.
A principios de los años 40, la escena musical de Buenos Aires era compleja pero amplia, y Cortázar, un melómano declarado. La presentación del maestro Arturo Toscanini en el Teatro Colón era una cita ineludible para un espíritu como el del escritor. Iglesias dice: «Durante la función, el fervor del público para saludar la performance del maestro lo inquietó y asustó de tal modo que, no bien terminado el concierto, se dirigió a su casa y, en una sentada, ensayó las primeras líneas del inolvidable cuento ‘Las Ménades'».
También Corrientes es un cúmulo de espacios cortazarianos pero es el Luna Park, el lugar donde pasó largas horas como espectador de las peleas de box de los años 40. En 1973, a propósito de su visita a Buenos Aires es invitado a realizar una crónica de una pelea. El texto saldrá publicado en la revista El Gráfico.
Desde 1915 el pasaje de la Galería Güemes conecta la peatonal Florida con la calle San Martín, sin embargo, para el protagonista del cuento «El Otro Cielo» atravesar la galería supone conectarse directamente con otro espacio y otro tiempo: la Galería Vivianne de París a finales del s. XIX. «Es interesante este cruce porque el escritor francés Antoine Saint de Exupery (autor de ‘El Principito’) vivió en uno de los departamentos de alquiler de la Galería Güemes entre 1929 y 1931. En París también ambos escritores también fueron vecinos, aunque no lo supieran… ¿o sí?» se pregunta Iglesias.
También la Plaza de Mayo es protagonista varios textos. En «El examen», una novela escrita en 1950 y publicada en 1986, se describe una atmósfera fantasmal y el deambular de varios estudiantes que se dirigen a rendir un examen, mientras otras personas veneran un extraño objeto en el centro de la plaza. Cuando Buenos Aires amanece con bruma y uno anda caminando por la zona no es extraño sentir que estamos viviendo en una novela.
Iglesias explica que «la confitería London City es el escenario del comienzo de la novela ‘Los premios’ (1960) pero además es una ventana directa para conocer el pulso de la Avenida de Mayo». Actualmente este icónico bar le rinde tributo al autor mediante una muestra permanente de fotos, libros y otros objetos.
Último viaje de Cortázar a Buenos Aires en 1983
Importante para la memoria literaria es el último viaje de Cortázar a Buenos Aires. Lo hizo después de una ausencia de una década, poco tiempo antes de morir. Llegó al aeropuerto de Ezeiza el miércoles 30 de noviembre de 1983, prácticamente sin llamar la atención.Su idea en el fondo era despedirse de su madre, María Herminia Descotte.
El primer día completo de Cortázar en la ciudad, el jueves, lo pasó en la compañía de su amigo Héctor Yánover en la librería Norte ubicada en Las Heras 2225. Luego tuvo la oportunidad de reencontrarse con la fotógrafa Sara Facio en la esquina del Patio Bullrich. El sábado 3 de diciembre, Martín Caparrós y el fotógrafo Dani Yako visitaron el hotel donde Cortázar se hospedaba en la esquina de Maipú y avenida Córdoba.
El 4, Cortázar disfrutó de una proyección en la sala del cine Petit Premier, ubicado en la avenida Corrientes al 1565, donde pudo ver «No habrá más penas ni olvido», una película de Héctor Olivera basada en la novela de su amigo Osvaldo Soriano. No faltaron los paseos por los lugares emblemáticos de la ciudad, desde elcafé Ouro Preto hasta una función de Teatro Abierto. El 5 fue al encuentro de Alberto Mario Perrone, quien previamente lo había entrevistado y se había convertido en su amigo a distancia. Juntos pasearon por la ciudad, incluso visitando La Boca, donde el fotógrafo Mario Paganetti capturó los últimos momentos del autor en Buenos Aires.
El 6 de diciembre, antes de despedirse de Buenos Aires, Cortázar estuvo en la pizzería Los Inmortales, ubicada en Marcelo T. de Alvear al 1200. Partió de regreso a París desde el aeropuerto de Ezeiza el 7 de diciembre. Dos meses después, murió en París.
En su último viaje a Buenos Aires en 1983 se encontró con su amigo Alberto Mario Perron y juntos pasearon por La Boca, donde el fotógrafo Paganetti capturó los últimos momentos del autor en tierra porteña / Foto: Archivo Mario Paganetti.
¿Era contra los descamisados “Casa tomada? ¿Por qué conmueve un abrazo en la nieve? ¿Se puede escribir en el lenguaje de la calle? ¿Nos hermana la soledad? Cuatro grandes autores cruzan reflexiones literarias con emociones propias, a 40 años de la muerte de Julio Cortázar.
Si se le pregunta a la Inteligencia Artificial cuáles son los tres escritores más importantes de toda la literatura argentina, dirá que primero Jorge Luis Borges y segundo, Julio Cortázar. “Conocido por su innovación narrativa y su contribución al boom latinoamericano, es otro pilar de la literatura argentina. Rayuela, por ejemplo, es considerada una revolución literaria por su estructura y enfoque narrativo”, responde ChatGpt.
Para muchos escritores, Cortázar -de cuya muerte se cumplen este lunes 40 años- es una marca. Pero ¿qué de Cortázar? Aquí tres argentinos y una española eligen una escena y un recuerdo personal o una mirada aguda sobre la obra.
Claudia Piñeiro -que escribió, entre otros,Elena sabe, Tuya, Las viudas de los juevesy El tiempo de las moscas– recuerda cuando su libro Un comunista en calzoncillos se cruzó mágicamente con Rayuela.
La española Pilar Adón -que en 2023 ganó el Premio Nacional de Narrativa- es autora de las novelas De bestias y aves, Las efímeras y Las hijas de Sara. Aquí cuenta la impresión al toparse con la literatura de Cortázar enla adolescencia. Y por qué la hace pensar en la soledad.
Y Guillermo Saccomanno -que tiene títulos como La lengua del malón, Cámara Gessell y El oficinista– hace hincapié en el lenguaje bien argentino que se atrevió a usar Julio Cortázar y por qué eso lo ponía un paso adelante.
Literatura mezclada con la propia vida y las propias emociones. No podía ser de otra manera.
Jorge Fernández Díaz: Cincuenta años de discusión
Vuelvo a leer cada tanto Casa tomada, no solo porque se trata de sus páginas más borgeanas, sino porque esa historia soñada una noche y escrita de una sentada, sigue siento objeto de disputa ideológica. El peronismo cultural creó la idea de que Cortázar la había escrito poco antes de emigrar a París para “denunciar” el espanto de la burguesía argentina frente al avance del nuevo objeto social: los descamisados.Creo, sin embargo, que su autor, consciente o inconscientemente, lo que estaba narrando era el miedo que provocaba aquel régimen autoritario que iba copando todo y arrinconando a quien no se allanaba a su estilo y propósitos. Cortázar dijo, para salir del paso, que era simplemente un texto fantástico. Pero lo verdaderamente fantástico es que se ha discutido durante cincuenta años, y se sigue discutiendo hoy mismo, en relación a un período de la historia y a una metodología de poder vigente.
No lo conocí a Julio Cortázar, solo me recuerdo a mí mismo boca abajo, sobre las baldosas frescas del patio de la calle Ravignani donde vivíamos, leyendo durante las gozosas siestas de un verano Bestiario, Final del juego y Todos los fuegos el fuego, cuento tras cuento, como si se trataran del mismo libro. Es un recuerdo de felicidad y de callada reafirmación vocacional: yo quería ser escritor y aquel narrador prodigioso me estaba dando una lección acerca de cómo se pueden contar historias apasionantes y extrañas con una “voz argentina”.
Fuera de su copiosa y magnífica correspondencia, rara vez vuelvo a Cortázar. Quizá para no desilusionarme con sus novelas. Sus relatos cortos son inoxidables. Y los personajes de Rayuela, más que la novela misma, quedarán para siempre.
Claudia Piñeiro: Una mágica intromisión en “Rayuela”
Una escena que siempre me quedó grabada es el encuentro de Alina Reyes y Lejana, en el cuento Lejana, de Cortázar. Alina Reyes es una mujer que se supone que vive en Buenos Aires, de una burguesía urbana, empieza a escribir un diario donde aparece esta alteridad de ella o este personaje que se llama Lejana, y hay una escena final en el cuento en la que ellas se encuentran en un puente que yo me imaginaba de un lado Buenos Aires y del otro Budapest, simplemente porque ella quería viajar a Budapest y porque Lejana estaba en un lugar frío y que había nieve, etc.
Siempre me acuerdo ese abrazo sobre el puente y que una se convierte en la otra.Tiene muchos detalles por ejemplo, el cierre de la cartera que siente en el abrazo. Quiero leer exactamente esa parte. Bueno, dice que… “las dos se abrazaron rígidas y calladas en el puente, con el río trizado golpeando en los pilares. A Alina le dolió el cierre de la cartera que la fuerza del abrazo le clavaba entre los senos con una laceración dulce, sostenible. Ceñía a la mujer delgadísima, sintiéndola entera y absoluta dentro de su abrazo, con un crecer de felicidad igual a un himno, a un soltarse de palomas, al río cantando. Cerró los ojos en la fusión total, rehuyendo las sensaciones de fuera, la luz crepuscular; repentinamente tan cansada, pero segura de su victoria, sin celebrarlo por tan suyo y por fin”.
Ese abrazo a mí siempre me quedó muy grabado, esa cosa de que finalmente ella se encuentra con ese otro personaje que probablemente es ella misma, y que cambian roles, y que la mujer burguesa pasa a ser una pordiosera en algún lugar con nieve. En ese abrazo hay condensada, me parece, mucha fuerza del cuento Lejana de Cortázar.
La anécdota que tengo con Cortázar tiene que ver con cuando yo saqué Un comunista en calzoncillos en el mismo momento salía una edición conmemorativa de Rayuela. Y un día por Twitter me escribe un seguidor que me dice “vos sabés lo que me pasó, compré el libro de Rayuela conmemorativo y cuando llego a la página tal, en vez de seguir Rayuela, sigue Un comunista en calzoncillos. O sea, en la diagramación, en la editorial, se les había mezclado un cuadernillo de Un comunista en calzoncillos en el medio de Rayuela de Cortázar. Lo cual era absolutamente cortazariano.
Además, en Un comunista en calzoncillosyo tomo la estructura de cambiar los capítulos haciendo un homenaje a Cortázar, hablo de Cortázar y justo ese libro se le mete en el medio a Rayuela, me pareció mágico al estilo Cortázar.
Y este chico me dijo: “No hay problema porque ya hablé con la librería y me lo cambian”. Le dije: “No, de ninguna manera, ese libro lo quiero yo”. Así que bueno, le compré una edición de Cortázar en condiciones y me quedé con esa en la que, cuando llegás a determinada página, sigue Un comunista en calzoncillos. La tengo en el estante de mi biblioteca donde tengo los libros firmados por autores que me he encontrado a lo largo de la vida y que admiro. Para mí eso era como si Cortázar me hubiera firmado esa edición de Rayuela.
Pilar Adón: Felices solos
No voy a ser muy original en mi escena predilecta de Cortázar, que sería el final de Casa tomada o el de Axolotl. Tendría diecisiete o dieciocho años cuando leí sus cuentos, y la impresión fue grande. De repente descubría un estilo distinto, único, que abría caminos impensables hasta su lectura. Aquello era la inspiración pura. También recuerdo Las ménades. En mi biblioteca mental, sitúo la emoción de leer estos cuentos unida a la de descubrir a Marguerite Duras o a Faulkner. Todo sucedió en la misma época.
Comparto su idea de la soledad. Leí en alguna parte que se sentía bien solo, y que podía vivir solo largos periodos de tiempo, con un gran concepto de la amistad, por supuesto, pero reivindicando a la vez su soledad.
Guillermo Saccomanno: Escribiendo mañana
Digamos las cosas por su nombre. Digamos, por ejemplo, pija. Admito que dicho así suena a pedo de inglés marechaliano. Intentaré explicarme: me acuerdo de uno de los momentos de Rayuela que más me sorprendieron al leerla. Fue esa parte, cito de memoria, en que Oliveira, en su derrumbe existencial tras haber perdido a La Maga y ésta a su Bebé Rocamadur, termina tirado frente al Sena mientras una clochard le chupa dulcemente la pija. Convengamos, en esos primeros años 60, leer esa parte donde dice pija quería decir algo.
Por entonces las novelas traducidas de Henry Miller rebosaban de su miembrosiempre dispuesto en erección, pero ninguna pija. Tal vez esa pija cortazariana tenía algo que no era medírsela con Miller como de poner las cartas del lenguaje sobre la mesa. Digamos, literatura argentina y puesta en argentino. No era un gesto chauvinista. Era naturalidad, escritura que podía ser fina pero también plebeya: cero careta en ese tiempo pacato donde, me acuerdo, en un debate en la tele blanco y negro Sábato polemizaba sobre la legalidad del voceo en la ficción con el periodista Mariano Perla.
Así las cosas, busco el ejemplar de Rayuela pero no lo encuentro: lo que viene a probar, una vez más, que lo presté y, previsible, no volvió. Rayuela debe ser una de esas novelas que tienen como destino no volver al punto de partida y eso es un mérito. No me pasa lo mismo con Las armas secretas, primera edición. Este no se presta. Ahí, en el cuento El perseguidor, Cortázar le hace decir al fumadísimo saxofonista Johnny Carter: Esto lo estoy tocando mañana.
La anécdota anterior y esta frase que saco de la memoria dan cuenta de un rasgo personalísimo de la escritura de Cortázar: siempre estuvo escribiendo mañana, así fuera una pija o un saxo. No cualquiera, me digo, en esta época donde la escritura es legitimada en el chamuyo mediático antes que en el asombro de una escritura.
Fuente: Infobae
Julio Cortázar, Pilar Adón, Jorge Fernández Díaz, Claudia Piñeiro y Guillermo Saccomanno.
Profundizar en la vida y obra de Monet, Yves Saint Laurent o Édith Piaf, adentrarse en el taller de Giacometti y el lujo aristocrático del siglo XVIII o conocer la historia de los perfumes son algunas de las opciones de la amplia oferta cultural de la capital de Francia
París es una de las ciudades con más museos del mundo, tiene más de 200, desde los famosísimos, como el Louvre o el Musée d’Orsay, en los que hay que reservar con tiempo para entrar, hasta decenas de pequeños museos casi desconocidos que en cualquier otro sitio serían de primera línea, pero que en la capital francesa quedan eclipsados por las grandes instituciones. Estos últimos son una alternativa magnífica si no se consigue entrada para los grandes museos, y descubrirlos puede ser también, por sí misma, una buena excusa para nuevas escapadas a la ciudad.
Hasta en un lugar tan turístico como París hay lugares que casi nadie visita. Tal vez no sean la opción para un primer contacto con la ciudad, pero por algo este es un destino al que siempre se vuelve. Por ejemplo, una maravillosa opción, más sencilla que el Musée d’Orsay para el arte impresionista y postimpresionista puede ser el Musée de l’Orangerie, donde cuelgan el gigantesco Lirios de agua de Monet, o el encantador Musée Marmottan Monet, en el antiguo pabellón de caza del duque de Valmy, con la mayor colección mundial del pintor. También hay cuadros de este y otros artistas en el Musée des Beaux-Arts de la Ville de Paris del Petit Palais, además de objetos renacentistas. Para ver arte romántico, en vez de ver las obras de Eugène Delacroix en el Louvre se puede ir al precioso Musée National Eugène Delacroix o a la iglesia de Saint-Sulpice para ver sus frescos. En una mansión con jardín, el Musée de la Vie Romantique es una maravillosa oda a esa época.
En vez de ir a ver arte moderno y contemporáneo al Centre Pompidou (quecerrará por obras a partir de finales de 2024), se puede optar por museos más pequeños, como el municipal Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris; o bien centrarse en artistas concretos en sitios como Dalí Paris, con más de 300 obras del genio surrealista; o el Giacometti Institute, con esculturas, pinturas y dibujos de Giacometti. Si lo que nos va es lo contemporáneo, en el Atelier des Lumières se proyecta arte digital. París es también un fabuloso lienzo en blanco para los grafitis y el arte callejero, especialidad de la Galerie Itinerrance, que puede recomendar paseos para descubrir ejemplos por las calles.
1. Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio, Francia en maquetas
En el ala este del Palais de Chaillot, enfrente de la Torre Eiffel, la Cité de l’architecture et du patrimoine está dedicada a la arquitectura y el patrimonio francés y es todo un viaje sin moverse de París. En sus salas iluminadas con luz natural se exhiben 350 moldes de yeso sacados de los mejores monumentos del país que comenzaron a realizarse tras la profanación de muchos edificios durante la Revolución Francesa. Algunos de los originales de los que se extrajeron moldes fueron posteriormente destruidos en diversas guerras y permiten conocer una Francia que ya no existe.
Pasear a través de una colección tan espléndida de pórticos de iglesias, gárgolas, santos y pecadores de toda Francia es una experiencia incomparable. En las plantas superiores se exhiben reproducciones de murales y vidrieras de algunos de los monumentos más importantes de Francia. Una de las más bonitas es la cúpula de la catedral de Saint-Étienne, en Toulouse.
2. Museo Nacional de la Edad Media, el hogar de la dama del unicornio
El Museo Nacional de la Edad Media ha sido renovado recientemente y contiene verdaderos tesoros medievales, desde estatuas, vidrieras y objetos artísticos hasta la célebre serie de tapices de La dama del unicornio (1500). Dos de sus joyas son una mansión del siglo XV, llamada Hôtel de Cluny, y el frigidarium (sala fría) de unas enormes termas romanas. Diseñado por el arquitecto Bernard Desmoulin, la remodelación le ha aportado una distribución moderna, con paneles de explicaciones mejorados y exposiciones interactivas, y ha recuperado el acceso al primer piso del Hôtel de Cluny con su capilla tardogótica, la Chapelle de l’Hôtel de Cluny. Y, por si fuera poco, en el exterior conserva unos preciosos jardines medievales.
3. La Pinacothèque, descubrir artistas inexplorados
En la plaza de la Madeleine se encuentra el principal museo privado de París, abierto hace menos de veinte años por iniciativa del historiador del arte Marc Restellini. La Pinacothèque se ha ganado fama por las extraordinarias exposiciones temporales que organiza tres o cuatro veces al año especializadas en periodos o artistas poco explorados y en obras no expuestas, pasando de la arqueología al arte contemporáneo, y desde las máscaras mayas hasta retrospectivas de artistas como Edvard Munch. No hay que perderse tampoco su colección permanente expuesta de forma temática.
4. Museo Marmottan Monet, el mundo mágico de un artista
Instalado en el antiguo pabellón de caza del duque de Valmy (en realidad, una mansión parisina al oeste del Sena), este íntimo museo reúne la mayor colección del mundo de pinturas y bocetos de Claude Monet. Recorrer el Museo Marmottan Monetda una muestra de su obra, empezando por cuadros como Impresión, sol naciente (1873), Paseo cerca de Argenteuil (1875) y numerosos estudios de nenúfares, antes de pasar al resto de la colección, bastante más abstracta, de comienzos de la década de 1900. Entre las obras maestras de su colección destacan La corbeta (1887), La catedral de Rouen (1892), Londres, el Parlamento (1901) y las diversas Ninfeas, muchas de ellas estudios a menor escala de las obras hoy expuestas en el Musée de l’Orangerie. Y todo eso completado con algunos cuadros de Renoir, Pissarro, Gauguin y Morisot.
5. L’Orangerie y el Jeu de Paume, el Jardín des Tulleríes y sus museos
El Jardín de las Tullerías, un parque típicamente parisino lleno de fuentes, esculturas clásicas y vistas magníficas en cada recodo, fue diseñado en 1664 por André Le Nôtre, que también creó los jardines de Vaux-le-Vicomte y Versalles. El extremo oeste del parque lo ocupó el palacio de las Tullerías (hogar de Napoleón, entre otros), desde siglo XVI hasta 1871, cuando fue destruido durante la revuelta de la Comuna de París. Lo que hoy se ve es la antigua Orangerie y Jeu de Paume. El conjunto forma parte de la zona de las orillas del Sena declarada patrimonio mundial por la Unesco en 1991.
Situado en un invernadero de naranjos del siglo XIX, el Musée de l’Orangerie es una maravilla. La estrella son las dos salas ovales de la planta superior, donde se exponen ocho enormes y etéreos Nenúfares de Monet, bañados por la luz natural. Abajo se halla la colección privada del marchante de arte Paul Guillaume (1891-1934), con obras de los grandes nombres del arte moderno temprano: Cézanne, Matisse, Picasso, Renoir, Modigliani, Soutine y Utrillo. Conviene llegar pronto porque, aunque sea menos conocido que el Musée D’Orsday (la entrada es conjunta), siempre hay cola. El otro museo de las Tullerías es el fantástico Jeu de Paume, situado en la antigua pista de tenis real del palacio, que acoge innovadoras exposiciones fotográficas.
6. Museo de la vida romántica, un viaje con Chopin y George Sand
Entrar en esta mansión con postigos verdes puede ser un viaje a otra época, al París romántico, cuando George Sand (Amantine Lucile Aurore Dupin), Chopin (amante de Sand), Delacroix y demás intelectuales frecuentaban los salones del hoy Musée de la Vie Romantique. En esta casa, en un patio adoquinado al final de un callejón sombreado por árboles, vivió el pintor holandés Ary Scheffer. Los objetos que se exponen crean una atmósfera completamente de época y hay exposiciones temporales interesantes. Se puede acabar la visita disfrutando de un té y pasteles en el precioso jardín de verano. Y si se visita entre noviembre y junio, puede que se coincida con algún concierto de música clásica.
7. El Petit Palais y el Museo de Bellas Artes, el eco de la Exposición Universal
Le Petit Palais es una maravilla arquitectónica que se construyó para la Exposición Universal de 1900 y es la sede del Musée des Beaux-Arts de la Ville de Paris. Está especializado en objetos artísticosmedievales y renacentistas, además de pintura y escultura francesas del siglo XIX. También reúne cuadros de artistas como Rembrandt, Colbert, Cézanne, Monet, Gauguin y Delacroix.
8. Museo de Arte Moderno de la Villa de París, un viaje a la vanguardia
La colección permanente del Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris (MAM) exhibe obras representativas de casi todos los grandes movimientos artísticos de los siglos XX y XXI, con obras de Modigliani, Matisse, Braque y Soutine. La auténtica joya es la sala donde cuelgan lienzos de Raoul Dufy y Pierre Bonnard. Se aconseja visitar sus vanguardistas exposiciones temporales y descargar la aplicación multilingüe para hacer la visita guíada.
9. Museo Yves Saint Laurent, un salón de alta costura
El estudio del legendario diseñador Yves Saint Laurent (1936-2008) es ahora un museo que ofrece retrospectivas de los diseños vanguardistas de YSL, desde los primeros bocetos hasta las piezas acabadas. Las exposiciones temporales dan a conocer el proceso creativo por el que se diseña una colección de alta costura y la historia de la moda en el siglo XX. A través de la atmósfera original de una casa de alta costura se intenta recrear un mundo, el de esos salones de moda, que prácticamente ya no existe. En el edificio solo cabe un número reducido de visitantes así que conviene reservar online.
10. Museo Édith Piaf, dos habitaciones llenas de recuerdos
Son solo dos habitaciones, pero los admiradores de la cantante francesa más emblemática peregrinan para ver su casa museo. Está en Ménilmontant, a poco menos de dos kilómetros del lugar de nacimiento de Édith Piaf y más cerca de donde está enterrada, Père Lachaise. El Edith Piaf Museum (un museo privado) repasa la vida y la trayectoria profesional de la cantante a través de recuerdos, grabaciones, objetos personales, cartas y otros documentos. Entre las reliquias están su vajilla y sus jarrones de porcelana, su nutrida colección de zapatos de la talla 34 y algunos de sus vestidos negros, tan sobrios, además de fotografías promocionales, cartas de sus admiradores y toda clase de objetos que reunió a lo largo de su vida. Y lo mejor: escuchar alguno de sus temas entre las cuatro paredes de esta humilde casa-museo.
11. Museo Nissim de Camondo, la mansión de una familia sefardí en el París del siglo XVIII
Otra de las mansiones de París que traslada al viajero al pasado, y al lujo aristocrático del siglo XVIII, es el museo Nissim de Comando, contruido entre 1911 y 1914. Se trata de la reconstrucción de una casa aristocrática particular que está inspirada en el Petit Trianon de Versalles. En su interior se reproduce todo como sería en la época, desde los salones hasta las cocinas. Hay mobiliario, artesonados, tapices, porcelana y objetos de arte coleccionados por el conde Moïse de Camondo, un banquero judío sefardí que se trasladó de Constantinopla a París a finales del siglo XIX. Es un lugar muy especial para viajar a un estilo de vida y conocer una historia familiar que murió con la Segunda Guerra Mundial.
12. Museo Cernuschi, arte oriental antiguo
Reabierto en marzo de 2020 tras nueve meses cerrado para su renovación, este el Museo Cernuschi cuenta con una colección única y excelente de arte antiguo chino (estatuas funerarias, bronces y cerámicas). Buena parte de la colección es anterior a la dinastía Tang (618-907) y hay varias piezas japonesas. El banquero y filántropo de Milán Henri Cernuschi (1821-1896), que se instaló en París antes de la unificación de Italia, reunió esta colección en un viaje alrededor del mundo de 1871 a 1873.
13. Museo Nacional Eugène Delacroix, el estudio de un artista
El Eugène Delacroix Museum, en un patio junto a una plaza sombreada por un bonito árbol, era el romántico hogar y estudio de Delacroix cuando murió el 13 de agosto de 1863. Contiene una colección de sus óleos, sus acuarelas y sus dibujos, entre ellas La educación de la Virgen (1842) y sus cuadros de Marruecos. En París, hay más obras de este artista en el Louvre (en sus paredes cuelga el famoso La Libertad guiando al pueblo), el Musée d’Orsay y también hay frescos en la Église Saint-Sulpice.
14. Dalí París, viaje al surrealismo daliniano
Este museo y galería de arte, en un sótano al oeste de Place du Tertre, exhibe más de 300 obras de Salvador Dalí (1904-1989). La colección privada Dalí Paris incluye algunas extrañas esculturas (la mayoría reproducciones), litografías, muchas de sus ilustraciones y muebles, como el famoso sofá con forma de labios de Mae West.
15. Museo Fundación Dapper, África y el Caribe en el corazón de la capital frances
La colección de arte africano y caribeño más grande del mundo está instalada en un entorno mágico. La Fondation Dapper es un museo pequeño, pero cuando se sale es como si uno volviera de un viaje increíble. Las exposiciones van rotando a lo largo del año, pero hay también una gran colección permanente de máscaras y trajes rituales y festivos. Su activo auditorio patrocina eventos culturales todo el año, desde conciertos hasta narraciones y películas.
16. Museo del Perfume, descubrir con el olfato
Este museo temático instalado en una bonita mansión puede ser una curiosa elección para descubrir otros mundos y otras artes. El Museo del Perfume Fragonard propone un original viaje olfativo en pleno París, muy cerca de la Ópera Garnier, a través de una colección de tanques de destilación de cobre y frascos antiguos y pone a prueba el olfato con varias esencias básicas. De forma didáctica va mostrando todas las etapas que dan vida a este mítico artículo de lujo. La segunda parte del museo repasa la historia del perfume, del antiguo Egipto al siglo XX. Está gestionado por la perfumería Fragonard, fundada en 1926 en Grasse, una de las casas más icónicas de la fabricación de esencias en Francia.
17. Museo Maillol – Fundación Dina Vierny, una colección privada
Este es un pequeño y espléndido museo centrado en la obra del escultor Aristide Maillol (1861-1944), aunque también incluye obras de Matisse, Gauguin, Kandinsky, Cézanne y Picasso. Todas proceden de la colección privada de Dina Vierny (1915-2009), nacida en Odessa y modelo de Maillol durante 10 años, desde que tenía 15. El museo está en el sensacional Hôtel Bouchardon, un edificio del siglo XVIII.
18. Museo Carnavalet, toda la historia de París
Este museo es una de las mejores sorpresas de la ciudad. Está casi oculto en dos importantes mansiones: el Hôtel Carnavalet, de 1560, y el Hôtel Le Peletier de St-Fargeau, de 1688, que albergan el museo de historia de París, todo expuesto en un verdadero laberinto de salas de época en las que hay más de 600.000 piezas de arte, artefactos y objetos históricos. Se puede pasar fácilmente medio día disfrutando de su colección permanente (gratis) y sus exposiciones temporales (de pago). El Hôtel Carnavalet es una mansión de estilo renacentista en la que residió Madame de Sevigné en el siglo XVII y se conservan algunas de sus pertenencias, además de muchas piezas de arte y objetos que evocan el París de los siglos XVII y XVIII. También exhibe documentos, cuadros y objetos de la Revolución Francesa, y cosas tan curiosas como el dormitorio revestido de corcho de Marcel Proust, donde escribió En busca del tiempo perdido.
19. Instituto Giacometti, un artista en su taller
Inaugurado en el 2018, este museoocupa el antiguo taller del artista Paul Follot, en el interior de una mansión art déco con azulejos dorados (catalogada como patrimonio histórico), y está dedicado al artista suizo Alberto Giacometti (1901-1966), que vivió y trabajó en el barrio. El espacio, de 350 metros cuadrados, muestra una reconstrucción del taller de Giacometti y 350 esculturas, 90 pinturas y más de 2.000 dibujos. Hay que reservar online con antelación para poder visitarlo. Cada año se organizan tres o cuatro exposiciones temporales que son una excelente ocasión para visitar un museo fuera del circuito de las grandes pinacotecas.
20. Fundación Henri Cartier-Bresson, inmersión en la gran fotografía
Fundada por la pareja formada por el famoso fotógrafo humanista francés Henri Cartier-Bresson (1908-2004) y la fotógrafa de retratos Martine Franck (1938-2012), la Fundación Henri Cartier-Bresson expone sus obras y organiza exposiciones de fotógrafos franceses e internacionales. Cartier-Bresson fue pionero del fotoperiodismo artístico, creó un departamento de fotografía para la resistencia y cofundó la agencia colectiva Magnum.
21. Museo Cognacq-Jay, la vida en tiempos de la Ilustración
Dentro del Hôtel de Donon, el Musée Cognacq-Jay exhibe pinturas al óleo y al pastel, esculturas, objets d’art, joyas, porcelanas y muebles del siglo XVIII reunidos por Ernest Cognacq (1839-1928), fundador de los grandes almacenes Musée Cognacq-Jay, y su esposa Marie-Louise Jay. Aunque Cognacq comprendía poco de su colección e incluso presumía de no haber visitado nunca el Louvre y de practicar el coleccionismo solo por el estatus social, las piezas expuestas dan una buena idea de los gustos de la clase alta durante la Ilustración.
22. Atelier des Lumières, el museo del arte digital
Una antigua fundición de 1835, que se encargaba de suministrar hierro a los ferrocarriles y a la Armada de Francia, alberga el primer museo de arte digital de París. Ubicado en La Halle, y con un espacio de 1.500 metros cuadrados, deslumbrantes proyecciones luminosas inundan las paredes desnudas de Atelier des Lumières. Los programas largos (aproximadamente de 30 minutos) se basan en obras de artistas históricos; pero también hay un programa contemporáneo más corto. Las proyecciones son continuas. En el espacio Le Studio, pueden descubrirse artistas digitales emergentes y consolidados.
23. Galerie Itinerrance, grafitis y arte callejero
La Galerie Itinerrance es otra visita para los amantes de la vanguardia. Esta genial galería, testimonio del actual renacimiento creativo del 13e, exhibe grafitis y arte callejero. Aconseja sobre circuitos autoguiados y guiados por el arte callejero del barrio parisino. Las exposiciones y eventos van cambiando, así que la visita siempre sabe a algo nuevo.
24. Museo Jacquemart-André, alternando con la alta sociedad parisina del XIX
Es el segundo museo privado más importante de París junto con La Pinacothèque. A finales del siglo XIX, la alta sociedad parisina se reunía en fastuosas veladas en esta mansión de los coleccionistas de arte Nélie Jacquemart y Edouard André, diseñada en el estilo ecléctico de moda, combinando elementos de distintas épocas: antigüedades romanas y griegas, objetos egipcios, muebles de época y retratos de maestros holandeses. Actualmente cerrado por renovación, cuando el Museo Jacquemart-André abra de nuevo sus puertas —algo previsto para septiembre de 2024— permitirá revivir el estilo de vida y gustos de las clases altas de la ciudad, desde la biblioteca con cuadros de Rembrandt hasta el maravilloso Jardin d’Hiver, un invernadero acristalado con una magnífica escalera doble como telón de fondo.
Realizamos un listado de lugares gratuitos que no te podes perder en Capital Federal, ya seas turista o residente. Conocé más.
Los fin de semanas, en especial los largos como el de Carnaval, se presta para hacer actividades al aire libre para disfrutar el día con amigos o familia. Te mostramos puntos de la Ciudad de Buenos Aires para ir a pasear y conocer a pie.
Carnaval: los mejores lugares para visitar en Buenos Aires
Catedral Metropolitana
La Catedral Metropolitana, la principal sede de la Iglesia Católica en Argentina, no solo es un monumento arquitectónicoy un lugar de devoción, sino que también cuenta con una historia fascinante marcada por desafíos y demoras significativas. La construcción de la catedral se llevó a cabo en dos grandes etapas a lo largo de muchos años.
Es de destacar que la edificación actual que se puede apreciar es la sexta iglesiaconstruida en la esquina de Rivadavia y San Martín. La idea de establecer allí el templo principal de la ciudad fue concebida por Juan de Garay en 1580, cuando llevó a cabo la segunda fundación de Buenos Aires. Desde entonces, se destinó un cuarto de manzana para la construcción de la iglesia.
Caminito
Caminito es una calle emblemática ubicada en el barrio de La Boca, que va más allá de ser simplemente una vía, siendo considerada una calle museo. Con su característica arquitectura de adoquines, conventillos de chapa de colores vibrantes y obras de arte de artistas argentinos, ofrece una exposición al aire libre y se transforma en un paseo peatonal impregnado de la esencia del tango.
En la «Feria de Artistas Plásticos de Caminito«, se exhiben y venden obras de destacados artistas contemporáneos, inspiradas en la riqueza cromática del entorno y la pasión del tango. Esta feria está abierta todos los días, desde las 11 hasta las 18 horas en invierno, y hasta las 20 horas en verano.
Cementerio de la Chacarita
En 1871, Buenos Aires enfrentó una epidemia de fiebre amarilla que llevó a la construcción de nuevos cementerios debido a la falta de capacidad en los existentes. Se asignaron cinco hectáreas de tierra para los fallecidos a causa de esta enfermedad, y el lugar se conoció popularmente como Cementerio Viejo. Sin embargo, la capacidad de este se llenó rápidamente, y fue clausurado.
Desde 1887, las inhumaciones comenzaron a realizarse en el Cementerio Chacarita la Nueva. Los cuerpos fueron exhumados del viejo cementerio y trasladados al osario general del nuevo. El 30 de diciembre de 1896, se designó a este cementerio como Cementerio del Oeste. A pesar de ello, la gente continuó refiriéndose a él como Cementerio de la Chacarita. Finalmente, una ordenanza del 5 de marzo de 1949 oficializó este nombre.
El Cementerio de la Chacarita es conocido por su Recinto de Personalidades, donde descansan figuras destacadas como actores, músicos, escritores, artistas y deportistas. El horario de visita es de lunes a domingo, de 8 a 17 horas.
Flor de Palermo
En la Plaza de las Naciones Unidas existe uno de los monumentos más singulares y curiosos de la ciudad. En el centro de un lago y rodeada de jardines, se encuentra la Floralis Genérica, una gigantesca flor de más de 20 metros de altura construida en acero inoxidable. Es una obra del arquitecto argentino Eduardo Catalano, donada al Gobierno de la Ciudad en 2002.
Reserva Ecológica Costanera Sur
Es el mayor espacio verde de la ciudad: 350 hectáreas de naturaleza, con lagunas, bosques y más de 200 tipos de animales. Ideal para visitar los fines de semana, disfrutar de paseos en bicicleta y del aire puro.
Otros puntos turísticos de la ciudad
El Ateneo Grand Splendid es una cita para los amantes de los libros y de la cultura. Porque la librería, inaugurada en diciembre de 2000, reinventó lo que antes había sido el cine teatro Grand Splendid, por donde pasaron Carlos Gardel y Roberto Firpo, entre muchos otros. Es una propuesta genial para perderse entre la variedad de ejemplares, música y películas que se pueden encontrar allí. Además podés tomar un café mientras hojeas un libro.
Buenos Aires cuenta con 12 piletas públicas que abren desde diciembre, ofreciendo acceso gratuito o a precios muy bajos. Estas piletas, muchas de tamaño olímpico, representan una excelente oportunidad para escapar del calor sin incurrir en grandes gastos. Además de las piletas públicas y las instalaciones en polideportivos de la ciudad, también puedes disfrutar de las piletas en varios clubes deportivos, como el Club Comunicaciones o el Club Atlanta.
La grilla de actividades para no perderte nada sobre el nuevo acontecimiento luni-solar: el 4722. Este ciclo denominado “Dragón de madera” tendrá una amplia oferta gastronómica, cultural y de entretenimiento
Como cada año, la comunidad china alrededor del mundo se prepara para recibir una de sus festividades más emblemáticas: elAño Nuevo Chino o Fiesta de la Primavera, un evento que en esta ocasión se celebra el sábado 10 de febrero.
Desde el 3 de febrero y a lo largo de 15 días de celebraciones un amplio despliegue de actividades culturales y familiares reflejan la riqueza de la milenaria cultura china y la bienvenida a un nuevo ciclo en diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires.
La agenda de los festejos del Año Nuevo Chino 2024
Hoy y mañana de 12 a 20 horas, habrá actividades en el arco tradicional del icónico Barrio Chino de Belgrano, emplazado en la calleArribeños, entre Juramento y Blanco Encalada. Allí se podrá observar la Danza del Dragón y Baile del León que será acompañado por tambores y música tradicional china. También habrán cursos de caligrafía china, instrumentos tradicionales, desfile de moda “Moderno y milenario” y exhibición de danzas típicas.
Este sábado y domingo, a las 17 horas, se podrán realizar visitas guiadas de la exposición Oriente todo. El recorrido, a cargo de la especialista Estefanía Rouco, es en el Museo de Arte Oriental, ubicado en el pabellón III del segundo piso del Centro Cultural Borges (Viamonte 525). El museo se puede visitar de miércoles a domingo de 14 a 20h, sin reserva previa de entradas.
El domingo 11 de febrero será la disertación Recorriendo China desde una perspectiva cultural, organizado por el Instituto Confucio. La cita es partir de las 18 horas en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas UBA(Av. Córdoba 2122).
También mañana de 12 a 18 horas la Asociación Civil Taiwanesa (Arribeños 2275) festejará con una feria gastronómica y de artesanías orientales.
¿Por qué se celebra ahora el Año Nuevo Chino 2024?
Hoy, según la tradición, comienza el “Año del Dragón de madera”, el animal mitológicoprotagonista del horóscopo chino -y su respectivo elemento-, muy venerado y asociado a la buena fortuna,la fuerza, la valentía, y el éxito. Como en cada ocasión, vecinos y turistas se acercarán, en este caso para recibir el año 4722, y para homenajear al imponente Dragón.
Este acontecimiento, que marca el final del invierno y el inicio de la primavera según el calendario agrícola, conocido también como luni-solar, es especialmente significativo por su duración y las diversas prácticas que lo componen. Una manifestación de renovación y esperanza.
Dentro de las festividades, las visitas familiares juegan un papel crucial, simbolizando la unión y la fortaleza de los lazos comunitarios. Estos encuentros, llenos de alegría y tradición, se acompañan de platillos que tienen un significado especial para la ocasión, diseñados para atraer la buena suerte y la prosperidad.
Este ciclo comienza el 10 de febrero y culminará el 28 de enero de 2025, para dar paso al Año de la Serpiente de Madera.
Fuente: Infobae
El dragón de madera, símbolo del año 4722 del calendario chino
La introducción del carnaval en Buenos Aires se atribuye a los españoles, marcando una festividad de raíces paganas con conexiones cristianas, asociada a los días previos a la “limpieza de carne” y seguida por la prohibición religiosa de su consumo durante los cuarenta días de la Cuaresma. A lo largo de diferentes periodos y estratos sociales, el carnaval adoptó diversas manifestaciones.
Durante la Colonia, los sectores populares se sumaban a los bailes de máscaras en el teatro de La Ranchería, mientras que los más acaudalados lo hacían en la Casa de Comedias. El festejo también se expandía al ámbito público, inundando las calles con bailes y juegos acuáticos. Desde los balcones, se arrojaban fuentones, huevos ahuecados llenos de agua e incluso baldes de agua con lavanda -en el mejor de los casos- y de agua con sal los más traviesos.
El desenfreno y bullicio generados durante esos días eran considerados “costumbres bárbaras” por las clases altas, quienes se oponían fervientemente al carnaval. Estas objeciones encontraron respaldo en algunos gobernantes, como durante el mandato del Virrey Vertiz entre 1770 y 1784, cuando los bailes se confinaron a espacios cerrados y el característico toque de tambor africano fue castigado con azotes e incluso prisión.
Durante las gobernaciones de Juan Manuel de Rosas entre 1829 y 1852, el carnaval fue censurado, castigado y prohibido por decreto hasta 1854, cuando el gobierno de Buenos Aires autorizó nuevamente los bailes de máscaras y los juegos acuáticos. En 1845, Domingo Faustino Sarmiento, tras un extenso viaje por varios países, quedó fascinado por los carnavales italianos, las máscaras venecianas y la idea del anonimato de los disfraces como medio para momentáneamente mitigar las diferencias de clases sociales.
En su presidencia en 1869, Sarmiento promovió el primer corso oficial en la ciudad de Buenos Aires, participando activamente en los festejos junto a las murgas y comparsas, mayormente compuestas por afrodescendientes, que se erigieron como grandes atracciones. Además, destacaban la confección de disfraces y máscaras que buscaban igualar a todos los participantes sin distinción.
El tiempo fue pasando, y las festividades de carnaval en la Ciudad de Buenos Aires fueron abarcando nuevos lugares, llegando a más público y además de las murgas, enormes bales populares con destacadas actuaciones en vivo, como lo ocurrido en la época de oro, que comprende las décadas del ‘20 hasta el ‘70, un período que se destacó por la activa participación de todos los vecinos y la presencia de prominentes artistas populares, desde Troilo hasta Sandro, incluyendo una diversidad de exponentes de la música popular no solo argentina, ya que incluso Neil Sedaka visitó estas tierras para desplegar su encanto musical.
El reconocido Teatro de la Ópera, inaugurado el 25 de mayo de 1872, estaba ubicado en la entonces calle Corrientes, entre Suipacha y Esmeralda, y se dedicaba al arte lírico. En 1888, con el cierre del primer Teatro Colón, se convirtió en espacio obligado de los artistas internacionales más destacados, de Enrico Caruso a Eleonora Duse, y de Edith Piaf a Pampa una de las primeras óperas nacionales.
A comienzos del siglo XX, la importancia del teatro decayó debido a la apertura de su mayor competidor: el Teatro Colón. Así, igualmente continuó llevando espectáculos de calidad y aún se recuerdan esas veladas iniciadas el año 1921, gracias al impulso del empresario Mario Lombart, con la actuación de la imponente orquesta de Francisco Canaro, un ícono del tango que reunía a 12 bandoneones, 12 violines, 2 cellos, 2 pianos de cola, e incluso una flauta y un clarinete, constituyendo una rareza para esa época. Sería de los primeros bailes de carnaval con músicos reconocidos de los que haya registro.
En tanto, el Teatro San Martín, gracias a las gestiones del empresario José Gerino, fue el lugar donde Julio De Caro y su orquesta de 40 músicos amenizaban los bailes. Esta escena se reproducirá luego en diversos teatros como Coliseo, Politeama, Casino, Victoria, Astral, Smart o el Pueyrredón de Flores, entre otros, donde se habilitaban improvisadas pistas de baile.
De hecho, era el momento propicio en que las orquestas presentaban sus nuevos temas, como además de las de Canaro y De Caro, Firpo, Lomuto, Berto, Fresedo, Maffia, Brignolo o incluso Donato-Zerrillo. gracias a la amplia difusión que tenía en esa época del año cada una de sus presentaciones.
Hasta el prestigioso Teatro Colón se sumó a la movida en 1931, presentando las orquestas de De Caro, Enrique Santos Discépolo y Arturo de Bassi. Pero para que pudiera adaptarse a la fiesta, a ese recinto se le retiraban las butacas y se nivelaba el piso para que no haya problemas a la hora de danzar.
Para no olvidar el lugar en el que se realizaba la celebración, desde las 22 se ejecutaban valses o can can, pero al llegar la medianoche comenzaban los tangos, pasodobles, jazz o fox trot, en tanto que quienes querían disfrutar del evento pero sin bailar, podían ubicarse en cazuelas, tertulias y palcos, donde festejaban con el cotillón que oportunamente se les entregaba. A las 4 de la madrugada, la fiesta llegaba a su fin y cada uno volvía a su domicilio.
Con el tiempo, los clubes también se sumaron a la tendencia, compitiendo por albergar a las orquestas más destacadas, con directores como Carlos Di Sarli, Juan D’Arienzo, Aníbal Troilo o Alfredo De Angelis, quienes llevaban el tango a lugares como Racing, River, Independiente, San Lorenzo, y muchos otros. Sobresalían además orquestas como “la orquesta de todos los ritmos” de Enrique Rodríguez, que interpretaba tangos, fox trot, pasodobles y rumbas. Otra agrupación atractiva era la orquesta Los Antillanos, que presentó a una joven de 17 años en el Centro Asturiano, la cual más tarde alcanzaría la fama como Valeria Lynch.
Sin embargo, hablar de bailes de carnaval en clubes lleva directamente a la memoria colectiva al recuerdo de lo que ocurría año a año en el Club Comunicaciones, cuyas primeras “reuniones danzantes”, tal como se las conocía en esa época, datan de los años ‘50, actividades que eran dirigidas exclusivamente a los socios de la entidad.
En esa institución, el primer registro de un baile de Carnaval de importancia llegaría en 1963, ya que según se detalla en la memoria de actividades de ese año, contó con la participación de estrellas de la talla de Raúl Lavié, Violeta Rivas y Chico Novarro, del Club del Clan, además de agrupaciones como La Chiringa del Caribe, Los Jets o Los Panther’s, quienes con sus “rocks furiosos” reinterpretaban clásicos del repertorio internacional.
Así, en la década del 60 y la primera parte de los 70, los bailes en los clubes alcanzaron su punto álgido. Además de la oferta gastronómica de cada uno de los buffets, las instituciones presentaban a figuras destacadas como lo que ocurría con San Lorenzo en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata,, en lo que se conocía como “el carnaval mayor de Buenos Aires”, por el que pasaron Sandro, Palito Ortega, Joan Manuel Serrat, Leonardo Favio, Roberto Carlos, Los Wawancó, Los Gatos, Manal, y otros populares como Bárbara y Dick, Katunga, Pomada, Pintura Fresca, e incluso el grupo folklórico Los del Suquía.
Algunos lugares también optaban por lo que llamaban “selectas grabaciones”, así los reconocidos conductores como Miguel Ángel Merellano, Rubén Machado, Leo Rivas, Edgardo Suárez o Juan Alberto Mateyko acompañados por los musicalizadores presentaban cada uno de los temas.
Pero sin dudas, en el Comu, lo más recordado eran los carnavales auspiciados por Radio Mitre, que tenían al recordado Mochín Marafioti -músico y productor y que también fuera director artístico en Discos CBS- como musicalizador. Desde papel picado hasta serpentinas de colores, o lanzaperfumes y aerosoles de nieve, además de los inolvidables baldazos de agua, todo servía a la hora de sumar atractivo, color y fiesta a cada una de las reuniones.
“8 grandes bailes 8″,rezaban los anuncios de cada uno de esos clubes donde se desplegaba toda la magia, ya que aprovechando la popularidad que tenían, el calendario marcaba que los bailes comenzaban los días viernes y sábado de la semana previa al carnaval; tras ello, los días viernes, sábado, domingo y el lunes de carnaval (los martes no, ya que el miércoles de ceniza se trabajaba) y culminaba la serie de presentaciones los viernes y sábado de la semana siguiente. En total eran ocho noches de disfrute.
A muy temprana edad, Robertito Sánchezse vio impregnado del ambiente murguero que caracterizaba a su barrio. Anualmente, Doña Nina dedicaba especial esfuerzo a la confección de los trajes, asegurándose de que su hijo destacara con el atuendo más destacado, como claramente se aprecia en la fotografías de época.
A los nueve años asistiría a su primer baile de carnaval en el Club Sportivo Alsina, donde, según sus propias palabras, deslumbró a todos con sus habilidades de baile al ritmo de Hasta luego cocodrilo, deBill Haley y sus Cometas.
Pronto, los carnavales tomaron protagonismo en la vida de Sandro. En sus inicios, estos eventos eran más modestos, como el recordado de 1962 en el Club Victoriano Arenas, que contó con la presentación de Héctor Larrea. No obstante, con el tiempo, estos festivales alcanzaron dimensiones impresionantes, marcando récords imbatibles durante la década del ‘70. Lugares emblemáticos como el Club San Lorenzo de Almagro, el estadio de Vélez Sarsfield, y los maratónicos espectáculos que recorrían todo el país se convirtieron en escenarios destacados de los inolvidables shows de Sandro.
No obstante, con la instauración de la dictadura militar, el carnaval empezó a perder relevancia. Aunque experimentó un resurgimiento parcial con el retorno de la democracia, las festividades nunca recuperaron completamente su esplendor original.
Este viernes 1° de marzo, en el estadio GEBA, se producirá un evento que marca no solo la idea del resurgimiento de esta clásica postal porteña, sino también demuestra la masividad que en el último tiempo tomaron las denominadas Fiestas Bizarren. En charla exclusiva con Teleshow, Nico Kors, creador y promotor de los eventos, destacó: “Surge de lo que me contaban mis padres respecto de los tradicionales carnavales de los años ‘70, donde tocaban Palito Ortega, Sandro, Raffaela Carrá, Sergio Denis, etc… con el tiempo se fue perdiendo la tradición y Buenos Aires quedó sin ninguna propuesta atractiva para Carnavales. A tal punto que la gente se va a Gualeguaychú, Corrientes, Córdoba”.
En medio de ese panorama: “Me plantee generar una propuesta que recupere todo eso para Buenos Aires, adaptada a la actualidad y con las características de la Bizarren que tiene mucho de carnavalesco, disfraces, ambientaciones, atractivos lúdicos, y obviamente la grilla musical acorde a lo que buscamos generar”, con bandas como Vilma Palma, Kapanga, Damas Gratis, Amar Azul, Los Sultanes oAlcides, además de Machito Ponce y Los Grosos o los shows del doble de Sandro y Paolo el Rockero. “Lo que espero es que vengan todos disfrazados, se diviertan mucho y con el tiempo nuestra Ciudad vuelva a ser un centro de atención en fechas de Carnaval”, cerró.
Fuente: Infobae
A mediados de la década del ’30, en el teatro Colón para las celebraciones se sacaban las butacas y se danzaba hasta las 4 de la mañana
Vas a disfrutar de shows en vivo, murgas, gastronomía y actividades para toda la familia.
Los carnavales prometen volver a brillar y ser una oportunidad única para disfrutar de los imponentes shows en vivo, participación de importanes murgas y de la mejor gastronomía. Este 2024, el famoso evento vuelve a Tres de Febrero para que vos y tu familia vivan una fiesta inolvidable cerca de casa.
Es sabido que las murgas y los corsos son parte de la identidad de este festejo de verano. Por eso, te esperamos el domingo 11 y lunes 12 de febrero desde las 19 h en el Playón Municipal de Caseros (Alberdi y Medina) para vivir dos jornadas a puro ritmo y diversión.
Finalmente, habrá una fiesta de espuma a todo color. Por el evento, el Playón Municipal va a estar cerrado desde las 18 h del viernes 9 hasta las 6 h del viernes 9 de febrero. En los demás puntos de encuentro, también habrá corte de calles.
Continúa una variada programación de música que combina varios estilos y tendrá tres shows entre jueves, viernes y sábado en la terraza del 4to piso del Teatro Argentino de La Plata.
Con la presentación de Axel Krygier este jueves 8 de febrero, continúa el ciclo dando lugar a las primeras “Terrazas de Verano”, parte de la programación de música que el Instituto Cultural programó en el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino (calle 51 entre 9 y 10, La Plata) para todo febrero. Con entrada libre y gratuita -por orden de llegada-, será la oportunidad de escuchar música con una vista imponente de la capital bonaerense.
El recital de Krygier será a las 19:30 en la terraza del 4to piso del Teatro, espacio que tiene una imponente vista y se transforma en un escenario ideal, semi cubierto, para esta temporada. Además brindarán sus shows la banda Room y el Dj Richard Baldoni. El viernes 9, también en la terraza y desde las 19:30, se presentarán La Piba Berreta, Niño Zeta & Stroke Kelly y el Dj Andrés Sábat. Cierran esta semana el sábado 10, en el mismo lugar y horario, Mocchi, Vale Acevedo y Dj La Incondicional.
“Para nosotros es poder cumplir con lo que nos pide el gobernador Axel Kicillof. Hacer del Argentino un centro cultural provincial, aprovechándolo integralmente, con propuestas diversas. En este caso, tener una grilla de un mes con acceso libre y gratuito también significa caminar en el sentido de garantizar acceso a la cultura”, señaló Florencia Saintout.
El ciclo de “Patios y Terrazas, febrero en el Argentino” tuvo su apertura el jueves 1 de febrero pasado con la participación de Sara Hebe, Revistas, Coloco Club, Ballroom La Plata (performance) y la musicalización del catálogo de artistas e industria musical bonaerense Código Provincia ( codigoprovincia.gba.gob.ar ) con una jornada en la Plaza Seca del Teatro colmada de gente.
Toda la programación del ciclo cuenta con artistas del catálogo Código Provincia, estimulando así una de las políticas del programa: visibilizar a las y los artistas bonaerenses e impulsar la circulación de su trabajo a lo largo de nuestra provincia.
BIOGRAFÍAS | Artistas Primera Terraza de Verano
* Axel Krygier es compositor, productor e intérprete. Vivió años de shows y discos con La Portuaria, tocando en Argentina, el resto de Latinoamérica y Estados Unidos. En 1997 formó parte de Soda Stereo en su gira despedida. Actualmente prosigue su carrera solista, con varios discos en su haber.
* Room es una banda emergente de synth-pop, nacida en La Plata. Su show propone canciones bilingües y juega con el concepto de intimidad y conexión entre la música y las personas. Como parte de la comunidad LGBTQI+, transmite un mensaje disidente y busca generar un espacio de amor y respeto por la diversidad, produciendo shows con un clima de empatía y conexión entre las personas.
* Dj Richard Baldoni es coleccionista de vinilos y melómano desde los 12 años. Cuenta con una colección de más de 3500 que abarca desde clásicos del rock, soul funk, disco, música electrónica, triphop, downtempo, jazz, tango, folclore, lounge, exótica, reggae, dub, ska, música latina, tropical bass, cumbia y pop pasando por todas sus variantes y evolución desde los años 50 hasta la actualidad.
Entrada gratuita por orden de llegada hasta agotar capacidad de los espacios
Jueves 08.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Axel Krygier
Room
Dj Richard Baldoni
Viernes 09.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
La Piba Berreta
Niño Zeta & Stroke Kelly
Dj Andrés Sábat
Sábado 10.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Mocchi
Vale Acevedo
Dj La Incondicional.
Jueves 15.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Vruma Tango Trío
Aldana Bello
DJ Richard Baldoni
Viernes 16.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Lichi
Sofía Uzal
Dj Andrés Sábat
Sábado 17.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Javiera Luna
Solda
DJ La Incondicional
Jueves 22.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Soema Montenegro
Tincho Acosta
DJ Richard Baldoni
Viernes 23.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Fraxu
Marcos
Dj Andrés Sábat
Sábado 24.02 | Terraza | 19:30
4to piso del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Gillespi
Melanie Williams -solo set-
DJ La Incondicional
Jueves 29.02 | Patio | 19:30
Plaza Seca del Centro Provincial de las Artes, Teatro Argentino
Manu Martínez
Lesbiandrama
Diego Frenkel
Musicaliza Código Provincia
Esta propuesta del Instituto Cultural se suma a las líneas que ya viene desplegando el organismo desde que se inició la temporada, con ofertas culturales en los marplatenses Teatro Auditorium y Museo Mar y en toda la Provincia con Circuitos de Verano. La agenda completa se puede consultar en la App de Recreo o en https://institutocultural.gba.gob.ar/agendaverano
Carlos Crozza atendió dos tercios de siglo el pequeño local ubicado en Saenz Peña 1519, en la localidad bonaerense de Olivos, pero dice que quiere pasar sus últimos años con sus familares. “Liquidación por cierre. Descuentos especiales”, anuncia un cartel con letras mayúsculas.
A los 90 años y luego de haberse dedicado durante 66 al oficio de librero, Carlos Crozza decidió bajar la persiana de la Librería del Norte, un mítico local ubicado en el barrio deOlivos que durante décadas funcionó como el faro cultural de vecinos y habitantes ocasionales de esa localidad que disfrutaron sus recomendaciones y fueron testigos de su prodigiosa memoria, único registro del voluminoso catálogo que hasta el último día se mantuvo sin dejar rastros en papeles o archivos digitales.
“Liquidación por cierre. Descuentos especiales” anuncia un cartel con letras mayúsculas y rojas en la puerta de la librería ubicada en la calle Sáenz Peña al 1519, en el barrio de Olivos. Al cruzar el umbral, sorprenden estanterías atiborradas de libros y también muchas cajas repletas que anticipan el fin de un ciclo. El espacio es reducido, genera una atmósfera íntima, y detrás de una mesa con títulos infantiles está su dueño, Carlos Crozza, un hombre que desde sus 25 años se aboca al oficio librero. “Fue mi vida esto. Gracias a la librería formé familia y un hogar. Me dio muchas satisfacciones”, confía a Télam, con voz pausada y suave.
El librero tuvo cuatro hijos -una mujer y tres varones- pero cada cual hizo su propio camino y no hubo quien tomara la posta del negocio. “Nunca surgió. Tampoco debería cargarlos a ellos con una cosa que a lo mejor no querían”, conjetura sobre la hipotética continuidad de la Librería del Norte.
Como en toda despedida, el librero tiene “sentimientos encontrados” pero está firme en su decisión. Pese a que se podría pensar que la situación económica del país apuró que baje las persianas del local, niega fervientemente esto. “Como tuve amigos y hermanas que se han ido de pronto, no quiero que me pase lo mismo sin haber disfrutado un poco con la familia”, explica con la seguridad de quien aprendió una lección importante. Y agrega: “Pensé en pasar los años que me quedan de vida tranquilo, sin obligaciones y sin horarios”.
La librería ubicada en la calle Roque Sáenz Peña alberga desde hace 27 años literatura en general: hay libros de arte, filosofía, psicología y pedagogía, negocios, biografías. También de yoga, historia, música y etnología. Algunos de los títulos exhibidos son “Bongo” de José Pablo Feinman, “Renacida” de Susan Sontag, “Caras de la muerte” de Byung Chul Han y “Sálvese quien pueda” de Andrés Oppenheimer. Estos ejemplares conviven con ediciones viejas de editoriales como Losada, de Zorro Rojo y de Corregidor.
La memoria de Crozza evoca a la del cuento de “Funes el memorioso” de Jorge Luis Borges, cuyo protagonista tiene la habilidad de recordarlo todo, en detalle y por siempre. El catálogo de la librería no está sistematizado en una computadora o detallado en un cuaderno: toda la información está en la cabeza del librero. “La memoria me funciona bien todavía”, señala.
Durante años, la librería funcionó en una icónica galería del barrio de Olivos llamada Galería Mahipa. “Ahí alquilé un local con una chica, como un hobby. Yo estudiaba Arquitectura, ella era de Filosofía y Letras. No venía de familia librera, mis padres eran de la meseta desértica de Río Negro, el lugar más frío del país”, cuenta Crozza.
El hombre después dejó sus estudios de arquitectura para dedicarse completamente a la librería. Cuando su compañera de trabajo, que era correntina volvió a sus tierras, Crozza le compró su parte y se adueñó enteramente de la librería. Y así como cada persona, tiene su biografía, las librerías también contienen historias. Con el cierre pisándole los talones, el librero atesora tres hitos particulares.
“Una vez gané un premio a la mejor vidriera que organizaba Eudeba”, recuerda. Las vidrieras, carta de presentación y foco de atracción de toda librería, no son azarosas, esconden detrás una serie de decisiones. Le confía que a él le gusta “ser picante”. Cada tanto, elige libros de política que dialoguen con algún suceso que se esté discutiendo en el momento. “Los libros son disparadores de debate. Gracias a Dios”, dice.
Crozza también recuerda los efectos del Rodrigazo en el barrio, el programa basado en una política de shock que en 1975 condujo a una devaluación abrupta del peso y generó un cimbronazo en la sociedad argentina. En esa época, el librero había dejado el local unas horas a cargo de su mujer para comprar una televisión. “Yo era un enemigo de la televisión pero mis hijos tenían varicela y la compré para que vieran dibujos y se entretengan”, contextualiza. Cuando fue al local de electrodomésticos, encontró “personas comprando como si fueran hormigas”, que “se llevaban heladeras en carritos”.
En su librería, la situación fue similar: “Toda la gente estaba comprando todas las obras más caras, como si fuera el fin del mundo y tuvieran que aprovechar”, recuerda y lanza una reflexión: “Yo digo que la Argentina es el mito de Sísifo, condenado a llevar una piedra a la cima de la montaña y cada vez que está por llegar, se le cae. Así estamos nosotros”.
En otra anécdota, el librero recuerda con simpatía cuando un día un hombre abre la puerta del local y le pregunta: “¿Cuánto mide ‘El pasado argentino’?” (un libro sobre historia argentina). “Mire, no sabría decirle. Es un libro gordo pero si quiere le averiguo”, recuerda haber respondido. Fue a todas las editoriales en busca de esa edición con un metro en mano. “Medí la colección y al final se la vendí. El señor quería ver si le entraba en su biblioteca”, cuenta y larga una risa. Le queda la duda si las editoriales aun conservan esa costumbre de guardar la primera edición de todos sus libros publicados.
A lo largo de los años, fue testigo del crecimiento de sus clientes. «Vienen muchas señoras que hoy son abuelas y que antes venían con guardapolvo», dice el librero. Los vecinos y vecinas de Olivos se muestran nostálgicos. Entran y le dicen que van a extrañar la librería y a él. Incluso, una pareja le trae una carta: “Gracias por ser parte de lo más entrañable de nuestro querido Olivos. Desde la adolescencia, a partir de la Galería Mahipa, la suya fue siempre LA librería, la única. Gracias por tantas recomendaciones sabrosas, cada comentario preciso, el conocimiento compartido con generosidad. Su cordialidad suave, nunca apurada. Le deseamos pueda disfrutar del merecido descanso. Todos lo vamos a extrañar”, dice el texto.
El librero de antaño lee la carta con un gesto enternecido en el rostro y la sonrisa le levanta los lentes hacia arriba. Al cabo de un rato, dice: «Hay muchas anécdotas, como para escribir un libro».
El próximo 10 de febrero la ciudad de Mar del Plata celebrará su aniversario 150. Con el objetivo de recibir los festejos, el Municipio programó para el viernes 9 la «Noche de la Cultura y el Turismo», una jornada especial en la que todos los espacios culturales y turísticos del municipio ofrecerán actividades especiales de forma gratuita. La noche comenzará a las 18 horas con espectáculos musicales, obras de teatro, recorridos turísticos, exposiciones y talleres.
Los espacios
La Villa Victoria abrirá sus puertas para ofrecer música en vivo, teatro y visitas guiadas por sus parques. Desde la tarde se presentará el grupo infantil Las Magdalenas, la histórica banda marplatense Columbia Beatles con su espectáculo “Now and then” y la obra “Recuerdos de Avelina”, donde la actriz Mónica Pari interpreta a la ama de llaves de Victoria Ocampo para ofrecer un recorrido por las historias y recuerdos de la casa y de su dueña. El cierre estará a cargo de un live set del artista Supernova.
La Villa Mitre, en donde actualmente funciona el Archivo Museo Histórico Municipal Roberto T. Barili, ofrecerá tres visitas guiadas a las 18:30, 20:30 y 22 horas por su recorrido histórico y urbano dedicado al crecimiento de la ciudad. Además, el Club de Automóviles Antiguos de Mar del Plata brindará una exposición especial con una extensa variedad de autos antiguos. Por último, el espacio recibirá la presentación de la banda Modo Swing y una propuesta de baile y clase a cargo de “Swing Mdq”.
En la Casa sobre el Arroyo tendrá lugar un evento con pintura en vivo a cargo del arquitecto Mariano Savino y la música de DJ Kime.
En el Centro Cultural Osvaldo Soriano el grupo “PapelNonos”, compuesto por personas mayores y fundado en Mar del Plata en 1989, ofrecerá las obras “El baúl de los recuerdos” y “Rapunzel, una historia de amor”. Además, tendrá lugar un espectáculo de Clown, la obra “Arde Piaf” del teatrista Agustin Busefi y, por último, un show musical a cargo del artista Rodrigo Frugoni y el dúo Alta Gama.
La histórica Plaza del Agua se llenará de música durante toda la noche. Desde la tarde, se presentarán el DJ Fernando Vidal, el músico Gustavo Aveni y el grupo One vision. El cierre estará a cargo de la banda de la Armada Argentina.
En el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino se ofrecerá una recepción de circo, un recital del pianista Efe Pianoman y la presentación del grupo Marcela Tarifeño Jazz.
El Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia ofrecerá un recorrido especial por sus salas y exposiciones, además de un cierre musical a cargo de la banda Al límite cumbia en la Plaza España.
El Museo Municipal José Hernández, donde el autor del Martín Fierro vivió a mediados del siglo diecinueve, abrirá sus puertas para recibir distintas propuestas de folklore a cargo de una serie de agrupaciones y artistas locales como Corazón Criollo, Folklore de Mujer, Jesús Vera, Alejandro Place, Forjando Huellas, Nuestras Raíces, Tacuara del Sur, Luna Cautiva, Taller Enamorarte.
En el Teatro Municipal Colón, ubicado en el centro de Mar del Plata, se presentará la Orquesta Sinfónica Municipal junto al Coro Municipal, la Banda Sinfónica, la Orquesta Municipal de Tango y la Orquesta Infanto Juvenil, en lo que será un espectáculo musical maratónico a cargo de los organismos del municipio.
La Torre Tanque ofrecerá durante toda la jornada visitas guiadas por este monumento Histórico Nacional emblema de la prestación del servicio de agua en Mar del Plata. Construida en el punto más alto de la Loma de Stella Maris, este espacio es un punto privilegiado para conocer la ciudad desde las alturas.
Desde las 19 horas, además, la Dirección de Restauración de Monumentos Históricos brindará una visita guiada a lo largo de La Rambla y la Plaza Colón que permitirá conocer la historia y la arquitectura de estos espacios fundamentales de la ciudad. Esta propuesta se repetirá el viernes 16 y viernes 23 a las 9.30 en la Plaza San Martín y en la Plaza Mitre, respectivamente.
La programación completa se puede consultar en la página de Turismo del Municipio de Mar del Plata.