NOVEDADES CINE Y LITERATURA

“Pídeme lo que quieras” de Megan Maxwell, se convertirá en película. Así es, llega a la pantalla grande. Versus Entertainment ha adquirido los derechos de adaptación para trabajar junto a Warner Bros Picture España y de esta forma darle un carácter más internacional. La película se encuentra aún en desarrollo y por el momento no tiene fecha de estreno.

LITERATURA / THRILLER

El maestro del thriller John Katzenbach vuelve con Confianza ciega, una nueva novela de acción estremecedora en la que nada de lo que ocurre es lo que parece ni nadie es quien dice ser.

Sinopsis.

Cuando Maeve desaparece sin dejar rastro, su hija Sloane no se sorprende: si su madre tenía que desaparecer, solo podía ser en extrañas circunstancias. Sin embargo, esta vez es distinto: al cabo de unos días de la desaparición de su progenitora, Sloane recibe un paquete que esta misma le ha mandado, con varios miles de dólares, la escritura de su casa y un arma. También hay una nota con las siguientes palabras: «Véndelo todo. Quédate la pistola. Practica. Huye. Ahora».

Fallece a los 82 años, el gran poeta catalán, Joan Margarit.

Joan Margarit, premio Cervantes en 2019, murió a los 82 años en Barcelona, por un cáncer linfático que le habían diagnosticado el año pasado. El poeta catalán más leído, querido y respetado escribió casi hasta el final los poemas de Animal de bosque en catalán y español, que en dos semanas publicará la editorial Visor en su colección Palabra de Honor. El cáncer se extendió por su cuerpo pero no pudo arrasar con su palabra. “Ya no me importa si me ve la Muerte:/ sonriente miro hacia los que me siguen./ Ahora, tan cercano ya del muro,/ ignoro lo que pueda haber detrás. /Sólo sé que me marcho con mis muertos”, dijo Margarit en el poema “Los muertos”.

Margarit, nacido el 11 de mayo de 1938 en Sanahuja, un pequeño pueblo de la Cataluña profunda, estudió arquitectura y trabajó como arquitecto y profesor en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. El primer contacto serio con la poesía, el que fijó para siempre su deseo de escribirla, lo tuvo a los 18 años, en 1954, cuando se encontró con el universo de Pablo Neruda, una influencia que le costó más de diez años hasta lograr liberarse, aunque reconocía que lo continuó leyendo con tanto agradecimiento como admiración. “Los maestros con demasiado poder sobre nosotros son peligrosos”, decía el poeta catalán. Pronto fue incorporando más lecturas y poetas, como los de la generación del ’98: Unamuno y Antonio y Manuel Machado, entre otros; los de la generación del ’27: Lorca, Alberti y Cernuda; y los poetas de los ’50: Celaya, Blas de Otero y José Agustín Goytisolo. Empezó escribiendo solo en castellano y publicó su primer libro Cantos para la coral de un hombre solo en 1963.

El poeta y arquitecto fue descubriendo que la poesía no es un oficio y que a pesar de trabajar con entusiasmo podía ser cada vez peor poeta. Era exigente y profundo como el mar que genera asombro y perplejidad; sus poemas destilan emoción y claridad. La lengua materna y de la intimidad, el catalán, era el territorio adonde quería llegar. Ningún gran poeta lo ha sido si no ha escrito en su propia lengua. No es fácil encontrar la propia voz. Entonces empezó a escribir y a publicar en catalán a partir de La sombra del otro mar (1981). “El paso de la lengua castellana al catalán significó una súbita iluminación del territorio poético, pero a la vez una tristeza profunda por lo que yo suponía que debería significar el abandono de la lengua que tanto me había dado también en lecturas y aprendizaje”, afirmó Margarit en Poética. Construcción de una lírica (Arpa), un libro en el que compartió sus reflexiones como poeta, lector y traductor de poesía (al catalán y al castellano) de la obra de los poetas Thomas Hardy, Elizabeth Bishop y Rainer Maria Rilke. “Traducir es mostrar un poema desde unos determinados ángulos, dejándolo ciego desde algunos otros y a medidas desde los más. No hay traición alguna si se advierte de entrada cuáles son los ángulos desde los que trabaja el traductor. Es por eso que cada época debe renovar sus traducciones, para dar respuestas al cambio de puntos de vista”, explicaba.

La tensión con el bilingüismo no estaba aún zanjada. Margarit experimentó escribir en catalán y traducir él mismo al español con Luz de lluvia (1986), Los motivos del lobo (1993) y Aguafuertes (1995). Desde Estación de Francia (1999) decidió que este sería su método: publicar los libros de poesía en catalán y castellano. De las cenizas del poeta en castellano surgió un poeta tardío en catalán y castellano a la vez con libros de una belleza estremecedora como Joana (2002), dedicado a una de sus hijas, que murió a los 30 años en 2001. “El sentimiento que ahora me domina es el desamparo. El mundo sin Joana se parece al que vivimos juntos, pero no es el mismo. Unas mínimas diferencias me ponen de manifiesto que las personas, los lugares, las cosas, no son familiares. Me enfrento, pues, al terror más puro, cuando las cosas cotidianas no se reconocen y se vuelven amenazadoras. Por eso a veces lloramos, Mariona y yo, perdidos en el extraño paraje en el que nos ha abandonado la muerte de nuestra hija. El cuervo de Poe ya no dejará de repetir dentro de mí su seco nevermore”, confesó Margarit en prólogo del libro.

Para celebrar sus 80 años se publicó una edición bilingüe de Todos los poemas (1975-2015), una especie de autobiografía poética que reúne desde Restos de aquel naufragio hasta Amar es dónde. Y también salieron sus memorias Para tener casa hay que ganar la guerra (título que tomó de un verso propio). “Siempre he tenido la conciencia de que la poesía, para mí, se extendía por toda la vida. La prisa nunca ha formado parte de la relación con el poema -reveló Margarit-. El juicio final lo llevará a cabo el tiempo y, al contrario de los juicios finales de las religiones, yo no sabré el resultado. A mí me corresponde solo, y no es poco, el día a día con los poemas sin más justificación, placer o compensación que buscarlos, componerlos y escribirlos”.

El poeta estaba convencido de que la única solución es el diálogo. En una entrevista con el diario El Mundo declaró que “dialogar es un asunto de Estado, no de jueces” y agregó que lo que estaba sucediendo con el procés, “sustituir el diálogo por el castigo, traerá consecuencias horribles”. Ante la pregunta si lo había desengañado el independentismo catalán, Margarit respondió: “Difícil contestar a eso. A los 5 años me golpearon por hablar en catalán. Existe un miedo dentro de mí que puedo paliar con cultura, pero no evitarlo. A mí España me da miedo. Y digo España con Cataluña dentro. Me da miedo España desde los Reyes Católicos”. El poeta fundamentó de dónde le viene ese miedo. “España es un país cruel. Si somos el segundo país del mundo con más muertos enterrados en las cunetas, algo querrá decir. Otros estados europeos han ido avanzando hacia algo mejor después de procesos de regeneración muy fuertes. Y no tuvieron miedo a empezar de nuevo. Aquí lo más que hacemos es apelar a la II República, que no duró más de cuatro años. Después de la dictadura no se desplazó a nadie de entonces. A nadie. Y hasta hace poco se condecoraba a un policía torturador como Billy El Niño. Somos un país para andarnos con mucho cuidado. Me moriré con este miedo y para combatirlo sólo puedo intentar amar”.

Amó mucho Margarit, hasta el último aliento. En el inédito “Conmovedora indiferencia”, que pertenece al libro póstumo Animal de bosque, escribió: “Pensé que me quedaba todavía/ tiempo para entender la honda razón/ de dejar de existir. Lo comparaba/ con el desinterés, con el olvido,/ con las horas del sueño más profundo,/ pensando en esas casas donde un día vivimos/ y a las que no hemos vuelto nunca./ Pensaba que lo iba comprendiendo,/ que me iba liberando del enigma./ Pero estaba muy lejos de saber/ que yo no me libero. Me libera la muerte,/ permite, indiferente,/ que me vaya acercando hasta alguna verdad./ Inexplicablemente, esto me ha emocionado”.

Biografía de Gustavo Adolfo Bécquer

(Sevilla, 1836 – Madrid, 1870)

Poeta español. Junto con Rosalía De Castro, es el máximo representante de la poesía posromántica, tendencia que tuvo como rasgos distintivos la temática intimista y una aparente sencillez expresiva, alejada de la retórica vehemencia del romanticismo.

La obra de Bécquer ejerció un fuerte influjo en figuras posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27, y la crítica lo juzga el iniciador de la poesía española contemporánea. Pero más que un gran nombre de la historia literaria, Bécquer es sobre todo un poeta vivo, popular en todos los sentidos de la palabra, cuyos versos, de conmovida voz y alada belleza, han gozado y siguen gozando de la predilección de millones de lectores.

Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura. En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de Españafue un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».

Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de sus Rimas, aunque durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las composiciones más amargas del poeta.

En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano, en las escapadas de éste a Toledo para pintar. La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.

Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, año en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendasy sus Rimas, publicadas en parte en el semanario El museo universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.

Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante. El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.

La obra de Gustavo Adolfo Bécquer

La inmensa fama literaria de Bécquer se basa en sus Rimas, que iniciaron la corriente romántica de poesía intimista inspirada en Heine y opuesta a la retórica y ampulosidad de los poetas románticos anteriores. La crítica literaria del momento, sin embargo, no acogió bien sus poemas, aunque su fama no dejaría de crecer en los años siguientes.

Las Rimas, tal y como han llegado hasta nosotros, suman un total de ochenta y seis composiciones. De ellas, setenta y seis se publicaron por vez primera en 1871 a cargo de los amigos del poeta, que introdujeron algunas correcciones en el texto, suprimieron algunos poemas y alteraron el orden del manuscrito original (el llamado Libro de los gorriones, hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid).

El contenido de las rimas ha sido dividido en cuatro grupos: el primero (rimas I a XI) es una reflexión sobre la poesía y la creación literaria; el segundo (XII a XXIX), trata del amor y de sus efectos en el alma del poeta; en los poemas del tercer grupo (XXX a LI) predominan el desamor y el desengaño; y los del cuarto (LII a LXXXVI) muestran al poeta enfrentado a la muerte, decepcionado del amor y del mundo. Las Rimasse presentan habitualmente precedidas de la «Introducción sinfónica» que, probablemente, Bécquer preparó como prólogo a toda su obra.

Su prosa destaca, al igual que su poesía, por la gran musicalidad y la sencillez de la expresión, cargada de sensibilidad; siguiendo los pasos de E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe, sus Leyendasrecrean ambientes fantásticos y envueltos en una atmósfera sobrenatural y misteriosa. Destacan por ese ambiente de irrealidad, de misterio, situado siempre sobre un plano real que deforma y desbarata. Así, en La Corza blanca, donde la protagonista se transforma de noche en el citado animal; o en El monte de las ánimas, en la que el mismo escenario de un paseo amoroso se transforma en el campo del horror fantasmal y en la que el terror llega hasta la alcoba mejor defendida y adornada; o, por fin, en Los ojos verdesy, sobre todo, El rayo de luna, donde lo irreal, enfrentado a la realidad, hace optar a los protagonistas por el sueño, por la locura en la que quieren vivir lo que la realidad les niega. Son logradas las descripciones de ambientes: el barullo de la entrada en la catedral en Maese Pérez, el organista, el silencio del claustro en El rayo de lunao las procesiones fantasmales de La ajorca de oroy El Miserere.

-Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografía de Gustavo Adolfo Bécquer.

La muñeca de Franz Kafka

A los 40 años Franz Kafka (1883-1924) que nunca se casó ni tenía hijos, paseaba por el parque Berlín cuando conoció a una niña que lloraba porque había perdido su muñeca favorita. Ella y Kafka buscan la muñeca sin éxito. Kafka le dijo que se reuniera con él al día siguiente y volverían a buscarla.

Al día siguiente, cuando todavía no habían encontrado la muñeca, Kafka le dio a la niña una carta «escrita» por la muñeca que decía: «Por favor no llores. Tuve un viaje para ver el mundo, te escribiré sobre mis aventuras.»

Así comenzó una historia que continúa hasta el final de la vida de Kafka.

En sus encuentros, Kafka le leía las cartas de su muñeca cuidadosamente escritas con aventuras y conversaciones que la niña consideraba adorables. Finalmente, Kafka le trajo la muñeca (compró una) que había vuelto a Berlín.

«No se parece en absoluto a mi muñeca», dijo la niña.

Kafka le entregó otra carta en la que la muñeca escribía: «Mis viajes me cambiaron» La niña besó a la nueva muñeca y la trajo feliz a casa.

Un año después, Kafka murió.

Varios años después, la niña adulta encontró una carta en la muñeca. En la pequeña carta firmada por Kafka decía:

«Todo lo que amas probablemente se perderá, pero al final el amor volverá de otra manera».

2 de noviembre “Día de muertos”
El Día de Muertos es una festividad que se remonta a la época previa a la conquista de los colonizadores europeos. Algunas culturas ofrecían los mejores regalos a la muerte, así como al dios de la lluvia o de la agricultura, para conseguir su favor.
Con su llegada, los conquistadores impusieron la religión católica y la festividad mutó a una mezcla de las tradiciones antiguas con creencias religiosas. El resultado fue el “Día de Todos Los Santos” o el “Día de Muertos”, que se celebran entre el primero y segundo de noviembre.
En México, el Día de Muertos es una de las tradiciones más celebradas: ese día se habla de calaveritas en vez de calabazas, de flores de cempasúchil en vez de fantasmas y monstruos, de pan de muerto, catrines y catrinas, versos y grabados.
La UNESCO reconoce a este festejo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la unión que tiene entre la cultura hispánica y la religión católica.
-¿Qué más me puedes contar de esta tradición?
-¿Qué libros recomendarías?
-¿Les gusta la literatura de terror?
31 de octubre “Halloween”
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Las raíces del Halloween es un antiguo festival celta llamado Samhain, que significa fin del verano. Se celebraba en Irlanda cuando finalizaba la temporada de cosechas, era una celebración de los antiguos pueblos celtas que duraba tres días y empezaba el 31 de octubre.
Se creía que en la noche del Samhain los espíritus de los muertos regresaban al mundo de los mortales, por eso ponían velas para ‘alumbrar el camino de regreso’ y comida en las puertas como ofrenda.
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A partir de 1845 se dio la emigración europea a Estados Unidos, por eso las tradiciones de estos pueblos llegaron al otro continente. También entró el desarrollo del catolicismo y la fiesta pagana se llamó La “Víspera de Todos Los Santos”, o “All Hallow’s Eve”, que dio origen a la palabra Halloween. Este cambio lo hizo el Papa Gregorio IV, respetando la conmemoración a los fallecidos.
Algunas curiosidades literarias
* El libro más largo del mundo es ‘En busca del tiempo perdido’, de Marcel Proust. Escrito entre 1908 y 1922, ostenta el Guinness de los récords al libro más largo del mundo con sus 3.031 páginas. Sin embargo, el ‘ganador’ real es Artamène ou le Grand Cyrus, publicado en el siglo XVII. 13,095 páginas de nada, contenidas en 10 volúmenes.
* Winnie The Pooh, Mrs Piggle-Wiggle y El Hobbit fueron escritos por sus respectivos autores como cuentos infantiles para sus hijos.
* La novela más vendida del mundo es El Quijote , de Miguel de Cervantes, que ha vendido más de 500 millones de copias. El libro más vendido del mundo es La Biblia.
* El libro más caro del mundo es una copia del Códice Leicester, de Leonardo DaVinci. Se pagó por él 30.8 millones de dólares, y el afortunado comprador fue Bill Gates, en 1994.
* Ernest Hemingway odiaba la portada de El Gran Gatsby , de F.Scott Fitzgerald, y así lo dejó escrito en sus memorias, publicadas en 1964. Para su sorpresa, Fitzgerald le dijo básicamente que “no se puede juzgar un libro por su portada”.
* ¿Sabes el nombre de el monstruo de Frankenstein? No, no es Frankenstein, aunque muchos piensen que lo es. Nunca se le da un nombre dentro de la novela, aunque durante una lectura pública, Mary Shelley se refirió a él como “Adam”.
* El libro más codiciado de la saga Harry Potter es, curiosamente, Los cuentos de Beedle, el bardo . Se buscan en concreto siete copias que la autora de la saga, J.K. Rowling, escribió a mano, y cuyas portadas tienen joyas incrustadas. Seis de esas copias pertenecen a parte del equipo de Rowling y la séptima fue subastada, consiguiéndose 4 millones de dólares, destinados íntegramente a un orfanato de Rumania. 👏👏👏
* La primera novela escrita fue La Historia de Genji , de la japonesa Murasaki Shibiku, en 1008. 😱
* Hasta su fallecimiento en 2014, Gabriel García Márquez siempre se negó a que adaptaran Cien años de soledad al cine, y desautorizó toda adaptación audiovisual de su obra maestra. Según el escritor, tenía miedo de que escogiesen “a alguien como Robert Redford” como protagonista. Sin embargo, sí veremos una adaptación, de la mano de sus hijos, Gonzalo y Rodrigo, que se han aliado con Netflix para esta próxima versión. 🎬
Alfonsina Storni, a 82 años de su fallecimiento. Breve biografía. 
Alfonsina Storni, a 82 años de su fallecimiento. Breve biografía.
(Capriasca, Suiza, 29 de mayo de 1892 – Mar del Plata, Argentina, 25 de octubre de 1938)
Poetisa argentina de origen suizo. Alfonsina Storni pasó a ocupar un lugar destacado en el panorama literario hispanoamericano por la fuerza con que aparece en sus versos la afirmación de una mirada femenina sobre el mundo. Junto a la chilena Gabriela Mistral y la uruguaya Juana de Ibarbourou, contemporáneas suyas, fueron las primeras en luchar por lugares de reconocimiento para la mujer en los espacios de la literatura de América.
A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa Fe, Rosario y Buenos Aires. Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en las revistas Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas.
En 1917 fue nombrada maestra directora del internado de Marcos Paz. Por esa época comenzó Alfonsina Storni a frecuentar los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y Montevideo; colaboró en las publicaciones Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el periódico La Nación. Compartió además la vida artística y cultural del grupo Anaconda con Horacio Quiroga y Enrique Amorín y obtuvo varios premios literarios.
Madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, Alfonsina Storni fue sin embargo la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el romanticismo hacia el intimismo sintomático del modernismo crepuscular para desembocar en la vanguardia. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo combativo en la línea que se observa en el poema Tú me quieres blanca, el cual se halla motivado por las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.
La obra poética de Alfonsina Storni se divide en dos etapas: a la primera, caracterizada por la influencia de los románticos y modernistas, corresponden La inquietud del rosal (1916), El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919), Languidez (1920) y Ocre (1920). La segunda etapa, caracterizada por una visión oscura, irónica y angustiosa, se manifiesta en Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938).
Su poesía, era fundamentalmente de temática amorosa, feminista y con una mirada al mundo más real.  Sus composiciones reflejan, además, la enfermedad que padeció durante gran parte de su vida y muestran la espera del punto final de su vida, expresándolo mediante el dolor, el miedo y otros sentimientos desmotivacionales.
Storni hizo también incursiones en la dramaturgia: en 1927 estrenó en el Teatro Cervantes El amo del mundo, y en 1931 aparecieron Dos farsas pirotécnicas, que incluían Cimbellina en 1900 y pico y Polixena y la cocinerita. En 1950 se editó Teatro infantil, pero varias de sus obras para niños permanecen inéditas. En 1936 colaboró en el IV Centenario de la fundación de Buenos Aires con el ensayo Desovillando la raíz porteña.
En la década de 1930 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo Signos, donde asistían figuras importantes de las letras como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna. En 1938 participó en el homenaje que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetisas de América: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y ella misma.
El 20 de mayo de 1935, Alfonsina fue operada de un cáncer de mama. Se pensaba que era un tumor benigno, pero en realidad tenía ramificaciones. La mastectomía le dejó grandes cicatrices físicas y emocionales. Siempre había sufrido de depresión, paranoia y ataques de nervios, pero los síntomas de enfermedad mental se recrudecieron. Se volvió recluida y evitaba a sus amistades.
El 18 de octubre de 1938 decide viajar a Mar del Plata y el martes 25 de octubre a la madrugada, Alfonsina Storni abandonó su habitación de hotel y se dirigió a la playa La Perla. Se suicidó arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres.
Hay versiones románticas que dicen que se adentró lentamente en el mar y sirvieron como inspiración para componer la canción «Alfonsina y el mar», la cual relata el suceso y sugiere el motivo. Su cuerpo fue velado inicialmente en Mar del Plata y finalmente en Buenos Aires. Sus restos se encuentran enterrados en el cementerio de la Chacarita.
Real Academia Española

La Real Academia Española (RAE) se creó en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director.

Tras algunas reuniones preparatorias realizadas en el mes de junio, el 6 de julio de ese mismo año se celebró, en la casa del fundador, la primera sesión oficial de la nueva corporación, tal como se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. En estas primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores.

Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V.

En 1715, después de considerar una serie de propuestas para decidir su lema, la institución, en «una votación secreta, eligió el actual: un crisol en el fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor», según señala Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española (1999). Para conocer mejor la historia general de la RAE, además del citado libro de Zamora Vicente, se recomienda la consulta del Catálogo de la exposición del tricentenario (2013) —coordinado por los académicos Carmen Iglesias y José Manuel Sánchez Ron— y La Real Academia Española. Vida e historia (2014), de Víctor García de la Concha, director honorario de la corporación desde 2010.

La RAE, cuyo principal precedente y modelo fue la Academia Francesa fundada por el cardenal Richelieu en 1635, se marcó como objetivo esencial desde su creación la elaboración de un diccionario de la lengua castellana, «el más copioso que pudiera hacerse». Ese propósito se hizo realidad con la publicación del Diccionario de autoridades, editado en seis volúmenes, entre 1726 y 1739, y en cuyos preliminares se incluye una sucinta historia de la corporación.

En 1715 la Academia, que en sus inicios contaba con veinticuatro miembros, aprobó sus primeros estatutos, a los que siguieron los de 1848, 1859, 1977 y 1993. La Orthographía apareció en 1741 y en 1771 se publicó la primera edición de la Gramática.

A lo largo de sus trescientos años de historia, un total de treinta y un directores han regido los destinos de la RAE, aunque dos de ellos —Ramón Menéndez Pidal y José María Pemán— repitieron en su cargo en dos períodos diferentes de sus vidas.

Instalada en su actual sede académica de la calle madrileña de Felipe IV desde 1894, la institución ha ido adaptando sus funciones a las exigencias y necesidades de la sociedad de su tiempo. Los estatutos vigentes, aprobados en 1993, establecen como objetivo fundamental de la Academia «velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad». Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras veintidós corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.

Fuente: www.rae.es