Se viene un fin de semana a puro tango en el Nuevo Palais de Glace

A pocas semanas de abrir su puertas, el espacio cultural que funciona en Mitre 1024 lanza un festival con seminarios, milonga y shows a cargo de dos parejas de baile con trayectoria internacional

A pocas semanas de abrir sus puertas, el Nuevo Palais de Glace lanza un festival a todo tango con seminarios, prácticas, milonga y shows a cargo de dos parejas de baile con trayectoria internacional: Sandra Messina y Ricardo Calvo junto a Geraldine Giudicelli y Julio Luque.

La propuesta tendrá lugar en el espacio que funciona en Mitre 1024 los días sábado 17 y domingo 18 de febrero con precios populares.

El primer seminario está destinado a alumnos de nivel intermedio-avanzados y será dictado el sábado a las 20.30 por Sandra Messina y Ricardo Calvo, que esa misma noche brindarán un show en la milonga que abrirá sus puertas a partir de las 22. Compartirán escenario con los bailarines Geraldine Giudicelli y Julio Luque (Francia -Argentina).

El festival continuará el domingo 18 a las 20.30 con la segunda parte del seminario y a las 22 se abrirá el salón para una práctica grupal.

Las reservas y pagos anticipados se pueden realizar al celular 3416518443.

El Nuevo Palais de Glace es un proyecto cultural independiente del músico y bailarín rosarino Cristian Ruiz Díaz, miembro de una de las familias más tradicionales de tango y folclore de la región. Del proyecto también participa su padre, El Duende, reconocido docente, bailarín y mentor del espectáculo “El tango y sus bailarines”, que lleva 30 años consecutivos en la cartelera del teatro Lavardén.

Ricardo y Sandra

La pareja de baile que dictará los seminarios y brindará un show de danza está conformada por el rosarino Ricardo Calvo, bailarín, coreógrafo y pionero del desarrollo del tango en la cuidad. Comenzó su carrera en 1984 y desde entonces realizó más de cien giras internacionales participando en festivales de renombre en Europa, Estados Unidos, Rusia y Medio Oriente.

Además de ser creador de espectáculos es pedagogo y estudioso del movimiento, desarrolló un revolucionario método de enseñanza del tango adaptado a todos los públicos, desde amateurs hasta bailarines profesionales.

Su compañera Sandra Messina es bailarina de formación clásica y contemporánea. Comenzó su carrera a los 18 años en Buenos Aires y la continuó en Francia, donde se radicó para dedicarse enteramente al estudio del movimiento y su enseñanza.

También participó en festivales y giras europeas con diferentes compañías y generó proyectos innovadores aliando danza contemporánea, teatro, tango y otras artes.

Ricardo y Sandra forman pareja de baile desde 2005, período en que alcanzaron un particular estilo de baile que combina elegancia del gesto, precisión técnica y exquisita interpretación musical.

Julio y Geraldine

Del festival también participarán en escena Julio Luque y Geraldine Giudicelli, quienes trabajan juntos desde 2012 y se destacan por formar una pareja de estilo, elegante con la esencia del tango argentino.

Julio es maestro, coreógrafo y docente de tango. Su baile es la conjugación entre la danza clásica y la expresión popular del tango, en tanto basa su pedagogía en un programa propio donde combina técnica, limpieza, musicalidad e improvisación.

Su compañera Geraldine comenzó a bailar tango hace dos décadas período en el que promovió numerosas residencias en Buenos Aires para una técnica fundada en los antiguos milongueros, maestros actuales y bailarines referentes en la evolución del movimiento.

Fuente: El Ciudadano web

Tandil y un finde a puro folklore: arranca la 40 edición del Festival de la Sierra

La edición 2024 del festival más importante de la ciudad tendrá tres noches, comenzará el jueves 15 de febrero y se extenderá hasta el sábado17 con entrada libre y gratuita. Como cada año, habrá diversos shows musicales con artistas de reconocida trayectoria como Jairo, Leandro “Lele” Lovato, Yamila Cafrune, La Callejera y Amboe entre otros.

Grilla de Artistas

15 de febrero

16 de febrero

17 de febrero

Fuente: culturayespectaculos.com

Mendoza: Vuelve la obra inmersiva “Albañiles”

La segunda temporada abrirá con dos funciones, el 16 y 17 de febrero. Cuenta con la dirección de Cristian Di Carlo y las actuaciones de Marcelo Díaz y Nicolás Nime.

El reconocido actor, director y dramaturgo Cristian Di Carlo vuelve a irrumpir la escena mendocina con la segunda temporada de “Albañiles”. Una obra inmersiva que cuenta con los protagónicos de Marcelo Díaz y Nicolás Nime.

La propuesta teatral tendrá dos funciones el viernes 16 y el sábado 17 de febrero, a las 21, en Casa Colmena (San Lorenzo 251, de Ciudad). Entradas disponibles por WhatsApp al 261 557-7980.

Detalles de la obra

Escrita y dirigida por Di Carlo, la obra se desarrolla en un espacio escénico no convencional, generando así un clima propicio para que los espectadores puedan experimentar en primera persona la trama de una historia en la que se reflexionará desde el principio hasta el final.

“Albañiles” se centra en las relaciones humanas, en los vínculos afectivos y familiares que se pondrán a prueba ante un hecho fortuito y mediante el cual tendrán que determinar, con base en sus principios y creencias personales, qué hacer.

La propuesta cuenta la historia de Ramón y Miguel, dos trabajadores unidos por una relación afectiva, ya que son parientes, y que tienen como desafío reparar una casa que se encuentra en un paraje alejado de la civilización y que, en medio de ese contexto, serán “gratamente” sorprendidos.

Una obra inmersiva, cuya tendencia escénica se caracteriza por sumergir a los espectadores dentro del espacio de representación, logrando que este se ponga en el lugar de los protagonistas y saquen sus propias conclusiones.

Las sensaciones, las emociones, la empatía, la vivencia intrapersonal se ponen de manifiesto en “Albañiles” y ante ello surge una sola y única pregunta ¿Qué hacer con esto? Cualquiera de las respuestas posibles quita más de lo que da.

Ficha técnica

Actuación: Marcelo Díaz – Nicolás Nime.

Diseño Lumínico y Fx: Luciana Díaz.

Diseño Sonoro: Sebastián Scuderi.

Operador de sonido: Cristian Di Carlo.

Escenografía y arte: Rodolfo Carmona.

Producción: El carozo incubadora

Fotografía: Adriana Lui.

Diseño Gráfico: Mariano Cruz.

Texto y dirección: Cristian Di Carlo.

Fuente: El Sol

Río Negro: El Festival de la Cosecha de la Lavanda se prepara, descubrí esta joya a 40 km de Bariloche

En el kilómetro 1610 de la ruta nacional 237, este paraje rural es una de las sorpresas más lindas de la Patagonia. Del 16 al 18 de febrero será protagonista del Festival Cosecha de la Lavanda.

«Un lugarcito para estar tranqui», dice el comisionado de Villa Llanquín, Cristian Sánchez, y en esa sola frase condensa el espíritu de este paraje rural ubicado 40 kilómetros al noreste de Bariloche, un oasis de calma y tranquilidad, ideal para descansar en contacto con la naturaleza esteparia, entre cerros y el río Limay.

Del 16 al 18 de febrero, Villa Llanquín será protagonista del primer Festival “Cosecha de la Lavanda”, una encantadora celebración organizado por el emprendimiento Lavandas del Limay en el marco de su décimo aniversario.

Durante tres jornadas habrá propuestas, como visitas guíadas al Parque Agroecológico donde yacen más de 4000 ejemplares de lavanda, talleres, degustaciones y demostraciones de cosecha y destilación, que culminarán cada día con una increíble experiencia de contemplación al atardecer en el campo de lavandas.

Cómo llegar a Villa Llanquín

En el kilómetro 1610 de la Ruta Nacional 237, una “balsa maroma” -que funciona de 8 a 20- y un puente colgante despiertan la curiosidad de cada vez más conductores y acompañantes e invitan a cruzar las aguas del Limay para ingresar en el pequeño pueblo de alrededor de 300 habitantes.

Villa Llanquín se extiende del lado rionegrino del río que hace de límite con Neuquén; su puñado de comercios y de casas, si bien puede resultar pequeño a los ojos del visitante, se ha ido multiplicando en los últimos años de la mano del crecimiento del turismo.

“Hay muchos turistas, cada vez más”, describe el comisionado Sánchez, quien a sus 35 años ha sido testigo de la transformación del pueblo.

La balsa debe estar cruzando entre 50 y 60 autos por día. Los fines de semana cruzan más, por ejemplo, el fin de semana pasado, contando el viernes, cruzaron 320 autos”, grafica en diálogo con Télam, aunque reconoce que “este año, por la crisis, mermó un poco la llegada de gente, no es lo mismo que los años anteriores”.

Qué hacer en Villa Llanquín

En esta postal de la estepa patagónica las rocas se funden con las aguas transparentes y rápidas del Limay en un paisaje en el que sobresalen sauces, pinos, las clásicas alamedas campestres y los distintivos álamos blancos, cuyas hojas al sol son verdes de un lado y plateadas del otro.

Cabalgatas, trekking, pesca y flotadas en gomón son algunas de las actividades que se pueden realizar en el paraje, aunque los visitantes suelen elegir las caminatas y la contemplación.

“La gente pasea mucho por los caminos, por la costa del río donde se sienta a tomar mate. Saben ir a escalar las piedras, aunque ahora los dueños de los campos están prohibiendo el paso por accidentes que hubo. Recorren el Chacay, el cerro que da toda la vuelta, en camioneta o en auto”, describe, y resume: «la gente siempre busca un lugarcito para estar tranqui».

La plaza central de Villa Llanquín está rodeada por la sede de la Comisión de Fomento, la escuela-hogar, la capilla «Corazón de María»; a muy pocos metros hay almacén, verdulería y un “patio cervecero” que propone una “experiencia de campo”.

El patio cervecero

Es el mediodía y en el pueblo flota un aroma a torta frita que despierta el apetito, el silencio reinante sólo se interrumpe por el cacareo de las gallinas y el ladrido aislado de algún que otro perro.

Leandro llegó de San Juan, junto con un grupo de personas, para trabajar el “Patio cervecero” durante el verano, y cuenta que estaba “un poco abandonado”, pero que luego de tres semanas de refacciones pusieron a punto la barra, las mesas, el fogón y la parrilla, y abrieron.

El local abre de 8 a 24 pese a que el horario de balsa es de 8 a 20, y según explica Leandro, “como hay varios campings y dormis, también abrimos para quien quiere venir a tomar una cerveza y comerse unas papas a la noche”.

“Se trabaja bastante bien. Abrimos de martes a domingos, vienen entre 60 y 70 personas por día. Tenemos pocas mesas pero mucho recambio”, señala, y cuenta que allí se puede comer milanesas, empanadas (las hay de cordero al disco), sandwiches y torta fritas, entre otras cosas.

Muchos pasan a comprar algo para comer y seguir viaje, como Emiliano y su familia, oriundos de General Roca.

«Veníamos de pasada y se nos ocurrió venir a mirar porque nunca habíamos entrado (a Villa Llanquín), a partir de lo que vimos por la ruta”, le dice a Télam. «No sabíamos que había comida para llevar o sentarse a comer. Así que comparamos algo y seguimos».

El campo de lavandas

Es uno de los atractivos que en los últimos años fue ganando un lugar entre los turistas es “Lavandas del Limay”, un parque agroecológico de lavandas que se encuentra a unos 500 metros de la plaza.

Allí, en un campo en el que hoy en día hay más de 4.000 plantas de 16 especies distintas de esa planta, se produce y se comercializan productos aromáticos, aceites, velas, jabones, almohadillas, ramos y sahumerios, además de gin, infusiones y garrapiñadas.

«Vi en una nota, leí sobre el campo de lavanda y quise venir, pero nos vamos antes de que florezca, que es en febrero. Igual vinimos a conocer. Es la cuarta vez que venimos a Bariloche y no conocíamos, así que vinimos», le cuenta a Télam Carolina, de Mar del Plata, que recorre el lugar junto a Luis.

«Está bueno cruzar en balsa, es otra experiencia», continúa, y anticipa que «después vamos a ir a recorrer todo, lo que más se pueda. Es lindo. Tranquilidad. Venimos de Mar del Plata, esto para nosotros es la paz total».

Si bien la mayoría de los visitantes suele venir por el día, Villa Llanquín cuenta con una hostería, cabañas, dormis y ocho campings en los que “se queda mucha gente a dormir”, sostiene el comisionado Sánchez.

El verano representa el mayor flujo turístico, aunque “todo el año viene gente. No es lo mismo, pero la gente viene. Muchos turistas se paran al lado de la pasarela para sacarse una foto, entran, van a comprar algo a un negocio, se toman unos mates y se van”.

El desarrollo del turismo en el lugar, de todas maneras, «deja plata en los campings pero para nosotros no”, relata Sánchez, y explica que se están llevando adelante gestiones para poder cobrar alguna tasa -como en Bariloche- que aporte un ingreso al pueblo.

“No tenemos un mango para manejarnos, el camión está roto, la máquina está rota”, asume el comisionado, y aclara: “Todo lo que está hecho lo hicimos los vecinos, todo a pulmón”.

Martiniano Nemirovsci / Agencia Télam

Fuente: Río Negro

El de los 90, un «arte plebeyo» al que no se le perdonó la alegría

(Por Mercedes Ezquiaga) En el flamante libro «Arte argentino de los años noventa. Ensayos, documentos, testimonios y cronologías», el crítico Fabián Lebenglik y el coleccionista Gustavo Bruzzone reúnen escritos concebidos por distintos autores durante esa década, un volumen exhaustivo y heterogéneo donde se analiza la producción de una época que orbitó alrededor del Centro Cultural Rojas, en manos de una generación a la que «no se le perdonaba que expresara su padecimiento con alegría».

El volumen de más de 600 páginas -publicado por Adriana Hidalgo Editora- ve la luz más de veinte años después de su fecha original de aparición: el libro no se pudo publicar en el año 2000, como estaba previsto inicialmente, y finalmente llega ahora a las librerías, en el contexto de un creciente interés a nivel local pero también internacional por las artes visuales argentinas de aquel período, con nombres como Liliana Maresca, Feliciano Centurión, Omar Schiliro, Marcelo Pombo y tantos otros.

«El de los 90 es un arte plebeyo, que trajo un cambio de estilo y de materiales. En muchos casos, estos artistas no hubieran podido acceder al mundo del arte ni a las galerías en otras épocas. Venían de lugares desplazados. Entonces hay una reivindicación de los contextos dispares y también de los materiales que utilizaban, que tenían que ver con la escasez. Muchas veces eran cosas compradas en Once», explica el editor y crítico Fabián Lebenglik en una entrevista con Télam.

El inmenso volumen, que bien podría funcionar como la biblia argentina del arte de los 90, es un documento histórico, ya que los textos fueron escritos hace más de 20 años, al calor de lo que estaba sucediendo en la misma escena: «Este libro es una cápsula del tiempo», asegura en el prólogo Lebenglik, quien además fue director del Centro Cultural Rojas de la U.B.A. entre 2002 y 2006. 

En el primer tramo del libro, aparecen un conjunto de ensayos especialmente comisionados y escritos apenas clausurado el siglo XX, por especialistas que vieron y pensaron muy bien las artes visuales argentinas de aquel período: así, mientras Maria José Herrera analiza la consagración de la figura del «curador» en esta década, Eva Grinstein inspecciona el pasaje de la escultura hacia el objeto y Rodrigo Alonso desmenuza los alcances del videoarte, por dar algunos ejemplos.

También aparecen textos que analizan la relación del arte de los 60 con el de los 90 -un «referente privilegiado»-, el rol de los museos, las secuelas de la dictadura, las políticas del cuerpo, la fotografía y otros tópicos, desde una mirada que excede a Buenos Aires y se amplía a otras provincias como Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Mendoza y la Patagonia.

La segunda parte del volumen se compone de una amplia selección de artículos, reseñas y entrevistas de Lebenglik, publicados entre 1990 y 1999 en el diario Página/12, ya que el autor, junto con Bruzzone, fueron en aquellos años testigos y protagonistas del fenómeno.

La tercera parte de «Arte argentino de los años 90» reúne decenas de testimonios de los protagonistas de las artes visuales de entonces que hoy se resignifican por su lucidez -como Diana Aisemberg, Oscar Bony, Sergio De Loof, Jorge Gumier Maier o Federico Klemm- y, por último, al final del recorrido se encuentran cronologías de las exposiciones, artistas y lugares de exhibición que han sido hitos de aquel entonces.

«Un arte de fin de siglo que fue de todo menos light», continúa Lebenglik, desde el prólogo del volumen, al recuperar uno de los más recordados debates intelectuales que surgieron a comienzos de los años 90: la categoría de «arte light» con la que se (des)calificó a aquellas producciones, y a la que se contrapuso con la expresión «arte bright», desde la misma Galería del Rojas, bajo la dirección y curaduría del artista y gestor Jorge Gumier Maier, quien sería luego sucedido en el cargo por Alfredo Londaibere. 

Si bien el Rojas fue el corazón latente de esta escena artística, no escapa a este volumen un repaso por la fuerza de lo interdisciplinar -característica clave de aquella época- que sobrevolaba a través del teatro, el happening o la performance, especialmente de noche, a través de espacios icónicos de ese entonces como Cemento, el Parakultural con Batato Barea y Alejandro Urdapilleta, el Bar Bolivia y los desfiles de De Loof, o el grupo Mariscos en tu Calipso, por ejemplo en espacios de San Telmo, donde funcionaba también el Espacio Giesso.

En las obras de los años 90, había una «tensión entre bello y berreta, entre tonto y lindo, entre pobre y lujoso», como enumera por ejemplo en su ensayo el artista Nicolás Guagnini, uno de los invitados a escribir junto a nombres como Marcelo Pacheco y Andrés Duprat.

«Creo que mi arte no es para nada liviano. Puede tener una apariencia frágil o ridícula, pero me parece que estamos trabajando tanto como cualquier otro artista», son las palabras de Omar Schiliro, expresadas en un ciclo de charlas de 1993, que rescata en su ensayo el crítico Rafael Cippolini, al retomar una famosa discusión entre Schiliro y Jorge Macchi, quien le preguntó en esas mismas charlas «qué querían decir las palanganas» que incluía en sus obras. «Un folklore de pobreza», analiza Cippolini sobre el arte producido durante el menemismo, donde también los artistas daban cuenta de una rotunda decisión de no «aparentar», de allí los materiales como brillantina, peluches, palanganas.

El de los artistas del Rojas, escribe Inés Katzenstein -actualmente curadora de arte latinoamericano del Museo de Arte Moderno de Nueva York- es «un arte que se leyó como kitsch, formal y desconectado de toda realidad», reflexiona la curadora sobre aquella producción que, por el contrario, trajo aparejada una reivindicación de las disidencias, del género, de las mujeres, del cuerpo, dentro de lo que fue la primavera democrática.

«Lo que no se le perdonaba a la generación del Rojas es que expresaran su padecimiento con alegría», recupera Lebenglik y ejemplifica: «Feliciano Centurión ya sabía que tenía sida y sin embargo pintaba sus sueños, que bordaba sobre frazadas, pintaba la felicidad en su frazadas. Uno no puede decir que es light el arte de alguien que está padeciendo una enfermedad terminal. Es un error conceptual tremendo, lo que ocurre es que ‘pegó’ en términos comunicacionales pero no era para nada liviano el arte de los 90», afirma.

Según escribe Lebenglik: «El arte de los 90 fue el último gran relato artístico porque luego vino la explosión de las redes sociales, que trajeron la fragmentación del campo artístico, el imperio del autobombo, los ‘egosistemas’ y las autoconsagraciones, para dar paso a múltiples y paradójicas utopías individuales y realidades paralelas», escribe a lo largo de estas páginas.

Para el compilador y autor, el libro debería incluir «dos etiquetados frontales: que es Google free, y que no contiene citas de redes sociales, que terminaron de fragmentar y de astillar todo, con los ecos del yo permanente y las auto consagraciones, cuando en los 90 eso no era así», concluye Lebenglik.

Con información de Télam

Fuente: El Destape

Río Negro: Teatro, proyecciones, poesía y disertaciones en jornadas artísticas mapuches

“EPU TRAWÜN DE LAS ARTES” EN LA UNIVERSIDAD DE RÍO NEGRO

Se extenderán entre viernes y sábado, con expositores de la Argentina y Chile. La participación es libre y gratuita y las funciones teatrales, a la gorra.

Con funciones teatrales, proyecciones, espacios de poesía y disertaciones, se llevarán a cabo entre viernes y sábado (16 y 17 de febrero) las Jornadas Académicas y Artísticas Epu Trawün de las Artes: Repertorios Escénicos Mapuche”. Las actividades se concretarán en dependencias de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) Sede Andina, con el apoyo de instituciones culturales chilenas.

Según informó la casa de altos estudios anfitriona, “Epu Trawün de las Artes se propone reflexionar sobre los lenguajes poéticos mapuche de la Patagonia argentina y de Chile, a través de distintas mesas de debate y conversatorios”. También aportará a la reflexión “la presentación de puestas en escena mapuche”. Se trata de las obras teatrales “Lucinda” y “Martina Chapanay”.

Las jornadas se llevarán a cabo en el contexto del Proyecto Fondart Nacional de Investigación de Artes Escénicas. La sigla alude al Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, que impulsa el Ministerio de las Culturas y las Artes de Chile. También se inscribe en el Convenio Marco de colaboración entre la Universidad de Concepción (Chile) y la UNRN. Buena parte del cronograma tendrá lugar en la sede universitaria de Anasagasti 1463.

Las jornadas serán de acceso libre y gratuito. Comenzarán desde las 16 del viernes con palabras de apertura por parte de autoridades universitarias y, luego, presentarán el proyecto Patricia Henríquez Puentes (Universidad de Concepción) y Miriam Álvarez (UNRN). El cronograma de actividades se desplegará en el aula B103. Luego a las 17, disertará Mabel García (Universidad de la Frontera).

Desde las 18, compartirán una mesa Laura Kroff y María Emilia Sabatella, ambas de la UNRN y el IIDyPCa (Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio). Luego, a partir de las 19 se proyectará la película “Ñi pu tremen”, de Paula González Seguel. Presentarán Patricia Henríquez y Miriam Álvarez. La jornada terminará desde las 20:30 en la sala de Palacios y Anasagasti con “Lucinda”, obra de teatro que reúne a Soraya Maicoño y Darío Levin (El Bolsón y Lago Puelo).

El sábado recomenzarán las actividades a partir de las 11, con la participación de Susan Foote y Maritza Aburto (Universidad de Concepción), siempre en la sede Anasagasti. Luego a las 12, será el momento de David Arancibia (Universidad de Concepción) y Leonardo Seguel (Universidad del Biobío). En tanto, a las 13 irán Marjorie Huaqui (Universidad Católica) y Vanesa Gallardo Llancaqueo, poeta mapuche de Bariloche.

La última de las actividades prevista es una nueva función en esta ciudad de “Martina Chapanay”, la obra teatral del grupo de teatro Puesto La Bandolera, de Sierra Colorada y General Roca (Río Negro). Se ofrecerá al público en la sala de Palacios y Anasagasti con entrada a la gorra, al igual que “Lucinda”.

Fuente: El Cordillerano

Pasaje de «Martina Chapanay»
Neuquén: Fito Páez y una «orquesta de masas» cerraron la Fiesta de la Confluencia

La noche comenzó con la pista de «El amor después del amor» para aclimatar a la multitud, luego el rosarino desplegó su música durante 90 minutos ante los más de 250 mil espectadores que poblaron el predio Isla 132 de la capital neuquina

La Fiesta Nacional de la Confluencia, que reunió en su undécima edición a buena parte de los artistas de la nueva escena, potenciados por la velocidad de las redes sociales, fue clausurada sin embargo con músicas y letras imperecederas, validadas por el tiempo y los años de escucha: las que ofreció el rosarino Fito Páez en la cuarta jornada del festival.

Cómodo en la posición de centro de gravedad de la noche, que tuvo también como protagonistas a Los Ratones Paranoicos, Fabiana Cantilo y Piti Fernández, Páez desplegó su música durante 90 minutos ante los más de 250 mil espectadores que poblaron el predio Isla 132 de la capital neuquina. «No se ve el final», dijo el rosarino desde el escenario mientras buscaba trazar el horizonte.

La noche comenzó con el escenario vacío y la pista de «El amor después del amor» para aclimatar a la multitud, que ya había atravesado el prólogo del show de Cantilo y que, por lo tanto, ya estaba en el mismo registro. La irrupción del cantante y la banda para suspender la grabación y rematar el tema en vivo alcanzó para transformar la escena de un minuto al otro.

Una sesión rockera inaugura un nuevo momento de la noche, a pura guitarra eléctrica, con «Ciudad de Pobres corazones» y luego «A rodar mi vida» insinúa un falso final que no engaña al público

Enseguida un golpe de efecto de la nostalgia: «Dos días en la vida», con las voces femeninas de Mariana Vitale y Cantilo; «Tráfico por Katmandú»; y «Pétalo de sal» con un guiño a Luis Alberto Spinetta, que sumó su guitara en el registro de estudio de 1992.

Páez se sienta al piano solo, se pelea con la máquina de humo («Esto no es un asado») y asienta los ánimos de la Isla. «La música también se hace en silencio», afirma (y reclama).

Resuelto el contexto, el rosarino encara la introducción de «Un vestido y un amor». Hay algo del formato minimalista que acaso le siente bien a Páez para una nueva etapa, una vez que concluya su raid celebratorio del trigésimo aniversario de «El amor después del amor», que reposa en el polo opuesto.

La cita de Páez es más sutil y también más bella. Es a través de su propia versión de «Tumbas de la gloria»: hay allí una aproximación al tango que se parece al modo de García de asumir ese lenguaje, sin golpe.

La trayectoria de Páez, desde los turbulentos ´80, presenta, como la de todo músico, alturas, planicies y precipicios

La evocación sigue con invitados: Cantilo regresa para «Circo Beat», que Páez usa para jugar con el público, y «Piti» Fernández se asocia a «Brillante sobre el mic».

Una sesión rockera inaugura un nuevo momento de la noche, a pura guitarra eléctrica, con «Ciudad de Pobres corazones» y luego «A rodar mi vida» insinúa un falso final que no engaña al público.

La multitud no permite la despedida. La sección de bises avanza con «Dar es dar» y luego una explosión con «Mariposa tecnicolor». Desborde y éxtasis. Ahora sí es el final.

La maniobra esta vez no falla. Las luces vuelven al escenario y Páez, por primera vez en la noche, se apega a otro un temperamento más introspectivo. «Y dale alegría mi corazón» hace cantar a toda la plaza.

Tentado a extender su orquesta hacia esa infinita marea de espectadores cuyo final no puede ver, Páez abandona el piano y suspende todo sonido. Lo acompañan Cantilo, Piti y Juanse, que luego va a clausurar la noche con los Ratones.

El rosarino asume el rol de director de orquesta (de masas) y por largos minutos el dueño del coro más grande que jamás se haya visto.

La musicalidad Charly García de algún modo aparece en la noche. Ya Cantilo había iniciado su show con «Bancate ese defecto»

Después de aquello sólo le cabe abandonar el escenario.

La trayectoria de Páez, desde los turbulentos ´80, presenta, como la de todo músico, alturas, planicies y precipicios.

Su incontenible pulsión creadora de la juventud, acaso, ya no pueda ser replicada. Pero la persistencia por volver a alcanzarla es su forma de vencer al tiempo.

Fuente: Telam

Empieza el 4º Festival Cine Cannábico 

En Centro Cultural Caras y Caretas y Octubre TV, gratis

En esta nueva edición, el encuentro ofrecerá el habitual menú de 25 películas de 13 países y una serie de paneles y talleres que darán cuenta de usos medicinales, prohibicionismos y nuevas legislaciones.

Supo ser, un siglo atrás, «la planta del diablo”, la mismísima encarnación del Mal en la Tierra. Pero hoy la historia es distinta, con múltiples países elaborando un marco regulatorio para explotar sus posibilidades medicinales. Como un reflejo de ese cambio en la percepción sociocultural y política del cannabis es que surgió, en 2019, el Festival Internacional de Cine Cannábico (FICC), que desde el jueves 15 y hasta el sábado 24 llevará adelante su cuarta ediciónen la Ciudad de Buenos Aires. 

Serán diez jornadas en las que elCentro Cultural Caras y Caretas (Venezuela 330) prestará sus instalaciones tanto para la exhibición de 25 películas –entre cortos, medios y largometrajes– provenientes de 13 países como para la realización de varios paneles, talleres y conversatoriosrelacionados con la plantita de hojas con forma de triángulo y dientitos de serrucho. El menú se completa con la mudanza del FICC al universo digital, ya que entre el 25 de febrero y el 10 de marzo la programación estará disponible en la plataforma de streaming Octubre TV.

Un detalle no menor en tiempo de bolsillos licuados es que todas las actividades tendrán entrada libre y gratuita. “Esa es una de nuestras políticas. Creemos que la cultura también es un derecho y que hay defenderlo con propuestas accesibles o gratuitas”, afirma la Directora y Coordinadora de programación Malena Bystrowicz.Codirigido por Alejo Araujo, el FICC logró sortear gran parte de las consecuencias de los vientos de cambio generado por las fuerzas del cielo. “Hasta ahora nuestras sedes fueron siempre museos nacionales, lo que nos garantizaba buenos espacios con personal muy profesional. Como dejó de existir el Ministerio de Cultura, entre otras cosas, esas instituciones quedaron acéfalas y los trabajadores no pudieron decidir si el Festival podía seguir ahí. Tuvimos que salir a buscar un lugar independiente y conseguimos uno hermoso como el Centro Cultural Caras y Caretas, que además está muy cerca de la Manzana de las Luces, donde hacíamos gran parte de las actividades”, agrega.

Esa pérdida de espacios no alteró el espíritu de un corpus de películas elegidas para dar cuenta de “la diversidad de las miradas y las voces” que anida al interior del cine que observa y habla sobre los múltiples usos del cannabis. Integrada por una competencia de largos y otra de cortos, la selección “le da un lugar especial al cine argentino y al cine latinoamericano”, según define Bystrowicz, quien detalla: “El Festival también se hace en Uruguay y tenemos vínculos muy estrechos con Brasil, así que siempre buscamos que esos países estén representados. Pero también nos gusta traer películas de lugares más remotos. Este año, por ejemplo, hay una de Eslovenia, Cannabis Sets You Free, que habla en clave de humor sobre el activismo y el prohibicionismo en ese país. Es una manera de visibilizar otras realidades por fuera de la nuestra y saber que el cannabis, las drogas en general y el prohibicionismo son temas globales, que hay muchas historias parecidas que ahora están en cambiando en un mismo sentido”.

Entre las representantes locales hay varias con paso previo por la cartelera comercial, como Norma, que este jueves a las 20 levantará oficialmente el telón del FICC junto al cortometraje Stigma. En ella, Mercedes Morán interpreta a una mujer de un pueblo pequeño que, ahogada por monotonía, se embarca en un viaje de autodescubrimiento que rompe con todas las reglas establecidas, incluyendo el abrazar el consumo recreativo de marihuana. Otra que fuma, y de lo lindo, es Blondi, título y apodo del personaje central de la ópera prima de la también protagonista Dolores Fonzi,que se verá el sábado a las 20.

“Hay otras producciones locales muy específicas que cuentan el recorrido de los principales actores de la militancia cannábica, como por ejemplo el corto Amor, dolor y cannabis, que aborda la historia de Marcelo Morante, uno de los primeros médicos en hacerse cargo de todos los beneficios que tenía la planta en términos medicinales y que terminaría siendo el creador del REPROCAM. También está el documental Cannabis medicinal, de Emiliano Serra y Silvia Kochen, una científica que hizo unainvestigación pionera sobre los usos médicos del cannabis”, destaca la programadora, para quien esta suerte de “revisión de los años de lucha sirve para ser conscientes de los derechos que fueron conquistados y que hay que seguir defendiendo”. 

Pero se sabe que un festival no son sólo sus películas; también es todo lo que ocurre a su alrededor. En el caso de FICC, además de recitales y una muestra fotográfica del artista Joako Follador, habrá talleres y conversatorios. El viernes a las 19 será el turno de “Feminismos y cannabis”, donde participarán Valeria Salech, de la organización Mamá cultiva, Ana Florencia Sclani Horrac, de la ONG de salud Incamed, y Vanesa Cufré, de la Federación Argentina LGBT. El jueves 22 a la misma hora los periodistas Fernando Soriano (autor del libro Marihuana, la historia) y Javier Hasse (Cofundador y CEO del medio especializado El planteo)formarán parte, junto a la miembro del Colectivo Reflexión sobre consumos Lucía Crespo, del conversatorio “La construcción de noticias sobre usuarios y drogas en los medios”.

Para el sábado 24 se anuncia la charla titulada “Reducción de daños”, cuyo panel tendrá a Pablo Ferreyra y Aníbal Sacco, creadores del chat de Inteligencia Artificial Toxibot, y a integrantes de la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA). “La idea es dar herramientas para que el uso de sustancias sea con el menor daño posible, ver qué puede llegar a pasar y cómo resolverlo, con qué no conviene mezclar cada cosa”, adelanta Bystrowicz sobre una jornada que se completará con la proyección del documental Love in the Time of Fentanyl, de Colin Askey. “Es sobre una organización canadiense que trabaja con personas adictas al fentanilo en un barrio marginal de Vancouver. Es una droga que en este momento está matando a miles de personas por sobredosis en el hemisferio norte. Y todo lo que pasa allá después suele venir para acá, por lo que está bueno estar prevenidos e informados”, concluye. 

* La programación y la grilla completa de actividades están disponibles en el sitio oficial del Festival. 

Por Ezequiel Boetti

Fuente: Página 12

Santa Fe: Vuelve el teatro a Barrio Candioti

Se trata de “Enamora Barnó”. Es un recital músico-teatral en el que algunos artistas de la ciudad van a interpretar las canciones de los espectáculos de Estudio Barnó. Será el sábado 17 de febrero a las 21, con entrada gratuita. Será a la vez una oportunidad para celebrar el Día de los Enamorados.

“Nosotros sacamos el escenario a la vereda, la Muni corta la calle y vos traé tu sillón: así te invitamos a formar parte de esta fiesta de apertura. En Barnó celebramos el teatro siempre y celebramos especialmente la vuelta de nuestras funciones teatrales para este 2024 con un espectáculo único e irrepetible: ‘Enamora Barnó”, de paso también festejamos con vos el día de los enamorados”; así presentan la propuesta los responsables del espacio.

Y agregan “Es una felicidad enorme para quienes gestionamos Barnó sentir que perseveramos en sacar el teatro que hacemos a nuestro barrio, con toda la intención de capturar la mirada, de enamorar, de compartir el disfrute por este trabajo maravilloso que es teatrar. Deseamos que este escenario en la calle año tras año se vaya convirtiendo en una hermosa costumbre de nuestra comunidad y de la ciudad”.

Por segundo año consecutivo, la propuesta es abrir Estudio Barnó (Marcial Candioti 3910) al barrio, con una propuesta escénica novedosa, atractiva y gratuita, que a la vez se combina con una oferta gastronómica: tragos de autor y burgers. Cantan en el espectáculo Leandro Comelli, Claudia “Negra” Correa, Samanta Gutierrez, Ignacio Estigarribia y Pablo Tibalt, acompañados por la guitarra de Agustín Gregoret y con la participación especial de la pianista, Lilia Salsano. La propuesta cuenta con la colaboración técnica en sonido de Ruben Carughi y el vestuario de Ignacio Estigarribia.

El repertorio incluye algunas de las canciones de las obras “Modositas” (2021), “Hamlet, bueno para nada” (2022), “Esencia Guastavino, tu corazón su casa” (2023), “Amantes con H” (2023), “48 vueltas en solitario” (2023) y “Vestido de Furia” (2023). Estos espectáculos son producciones de Estudio Barnó junto con grupos y artistas de la ciudad y la región como Teatro del Bardo (Paraná) y Grupo Recua (Santa Fe).

A la vez, en el Espacio dos de Estudio Barnó habrá montada una muestra fotográfica con las imágenes de esas propuestas teatrales realizadas por Leonardo Gregoret. Todo esto con entrada libre y gratuita.

Fuente: El Litoral

Cantan en el espectáculo Leandro Comelli, Claudia “Negra” Correa, Samanta Gutierrez, Ignacio Estigarribia y Pablo Tibalt, acompañados por la guitarra de Agustín Gregoret. Foto: Gentileza Juan Pagano
El gran reencuentro de Fito Páez y Fabiana Cantilo: debutarán juntos en un género musical

En Mshow dieron la primicia del regreso de la pareja en el ámbito artístico.

Tal como anunciaron en Mshow (de lunes a viernes de 12 a 13 por Ciudad Magazine), Fito Páez y Fabiana Cantilo vuelven a unir fuerzas musicalmente hablando, ya que participarán del nuevo disco de la banda de reggae Nonpalidece.

La banda oriunda de Tigre sorprendió a sus fans con la gran novedad de que lanzará una canción junto a las dos grandes estrellas del rock nacional, llamada, curiosamente, Love Song.

Mshow entrevistó al líder de la banda para conocer los detalles de su nuevo proyecto.

El tema saldrá a la luz el jueves 15 de febrero, justo un día después de San Valentín.

FITO PÁEZ Y FABIANA CANTILO, MUY CONTENTOS POR INCURSIONAR EN UN NUEVO GÉNERO MUSICAL

La expareja amorosa compartió en Instagram imágenes de lo que se viene. Allí se pueden ver a los músicos en el estudio: Cantilo cantando mientras Páez toca el piano con la presencia de quien le da voz a la NonpalideceNéstor Ramljak.

Tenemos el inmenso privilegio de contarles que nos acompañan Fabiana Cantilo y Fito Páez, quienes han inundado de arte este lado del mundo. Este es el cuarto corte de nuestro último disco HECHO EN JAMAICA!”, explica el posteo.

“Gracias Fabiana y Fito por este recuerdo imposible de borrar. Gracias por dejarnos estar cerca de esa llama que incendia de música este tiempo”, cierra.

Fuente: Ciudad Magazine