De “Mafalda” a la “Saga de los confines”: Mendoza sorprende con un ciclo de caminatas filosóficas para “frenar el ritmo de la vida”
“No todos somos filósofos pero sí todos podemos filosofar, hacernos preguntas y facilitar el diálogo”, dice el profesor José Trejo, uno de los organizadores de las “filocaminatas”
Con ecos en una práctica que remite a Aristóteles y a sus seguidores -los peripatéticos que hace unos años inmortalizó la serie española Merlí y que solían elaborar sus ideas mientras caminaban, se acaba de lanzar en Mendoza el ciclo Caminatas filosóficas, un espacio gratuito para estimular el pensamiento y comprender los problemas cotidianos de la vida a partir del legado de referentes de la literatura y el arte de la región como Quino, Antonio Di Benedettoy Liliana Bodoc, entre otros.
Caminar como una forma de estimular el pensamiento o la imaginación fue un recurso casi metódico para el autor de Metafísica y sus discípulos, aunque también fue aplicado por otros pensadores centrales de la tradición occidental como Friedrich Nietzsche, Arthur Rimbaud, Jean-Jacques Rousseau o Henry David Thoreau, entre otros. A su vez, Immanuel Kant, Marcel Proust o Walter Benjaminfueron grandes paseantes.
Retomando esa milenaria tradición, el ciclo Caminatas filosóficas propone un recorrido por puntos que remiten a Antonio Di Benedetto, Quino y su entrañable Mafaldao a los escritos Liliana Bodoc, la autora de la mítica Saga de los confines.
“No todos somos filósofos pero sí todos podemos filosofar, hacernos preguntas y facilitar el diálogo”, dijo el profesor de Filosofía José Trejo, quien destaca la importancia de “frenar el ritmo de la vida, y dejarnos atravesar por las preguntas y la problematización de algún tema”.
La convocatoria lanzada por la Subsecretaría de Cultura mendocina dependiente del ministerio de Educación llama a “estimular la comunicación y comprender los problemas cotidianos de la vida, en una dinamización filosófica con los caminantes”.
Con la premisa “Caminamos o hablamos” se sale en grupo y se realizan paradas espontáneas o programadas, donde se presentan distintos interrogantes, motivados por citas especialmente seleccionadas de pensadores o de los personajes abordados, mientras el cuerpo se mantiene en movimiento. “Vamos haciendo paradas donde fluyen el diálogo y los aportes. Y hacia el final preguntamos: ¿Qué se llevan? Y es hermoso escuchar los cuestionamientos, enfoques que no habían visto o nunca habían pensado”, explica Trejo, que está a cargo de la actividad junto a Agustín Hernández, también docente y filósofo egresado de la Universidad Nacional de Cuyo. Ambos coinciden en que la idea “es devolverle a la Filosofía el papel esencial que tiene en la comunidad”.
“Por ejemplo, con Quino cada asistente recibe una copia de alguna historieta, o con Bodoc un papel y lápiz a modo de cofre de la memoria como ocurre en la ‘Saga de los confines’ y a partir de ahí nos preguntamos ¿Para qué sirve la memoria? y vamos caminando a través de los conceptos”, precisan.
La premisa de la “filocaminata” es simple y concreta: traer ropa cómoda, agua, y la mente abierta. La consigna de este verano es que el artista a analizar sea mendocino, aunque ya organizaron otros ciclos con Platón, Hannah Arendt y hasta otros con las letras de Patricio Rey o Luis Alberto Spinetta.
Las caminatas filosóficas, están enmarcadas en lo que se conoce como prácticas filosóficas que surgen a finales del siglo XX -entre 1970 y 1980- en Europa, y lo que busca justamente es sacar a la filosofía de ese claustro académico en el que se ha puesto durante tantos siglos.
“Queremos poner de manifiesto aptitudes que cada uno puede adquirir, aprender a conceptualizar, aprender a problematizar… Y de ahí surgen las respuestas. Y eso lo podemos a hacer gracias a gran herramienta que es preguntar”, resume Trejo.
¿Por qué una caminata filosófica?, convoca la propuesta. “Porque podés salir del sedentarismo, porque se piensa distinto al aire libre que dentro de cuatro paredes, porque te podés acercar a la filosofía sin tener conocimientos previos, y porque con las caminatas la filosofía se vuelve un acto colectivo de pensamiento”, concluye. Los interesados pueden incribirse acá.
Fuente: Télam S. E.