Sonsoles Ónega, ganadora del Premio Planeta: «Mis novelas son muy reales porque se construyen con los diarios»
  • La escritora y periodista televisiva española se alzó con la 72° edición del galardón literario con la mayor dotación económica del mundo, un millón de euros. 
  • Lo hizo con la novela «Las hijas de la criada».

La escritora y periodista televisiva española Sonsoles Ónega, ganadora con la obra Las hijas de la criada del 72° Premio Planeta,el galardón literario con la mayor dotación económica del mundo -un millón de euros-, asegura que sus novelas son «muy reales» porque «se construyen con las páginas de los periódicos».

Las hijas de la criada parte de un clásico de la literatura, el intercambio de dos niñas al nacer en 1900, aunque ambas son hijas del mismo padre, un empresario conservero gallego, una circunstancia que cambia el destino de ambas.

En entrevista, Ónega (Madrid,1977) explica que la idea de desarrollar este argumento surgió de una noticia real de hace un tiempo, «y eso disparó mi imaginación». «Entonces pensé dónde se podía colocar, en qué momento, en qué marco, para envolver ese titular del intercambio de unas niñas, que en aquel caso sucedió en un hospital».

«Y a partir de ahí, me puse a trabajar en eso que tanto me cuesta, las tramas, la arquitectura de la novela», señala la periodista y escritora.

Por sus orígenes gallegos, le apetecía volver literariamente a Galicia, «ese paraíso soñado y muy deseado», y como venía de escribir una novela contemporánea, se decidió por «una novela que se podría decir histórica».

Confiesa que el reto en este caso fue «estudiar el período concreto de principios del siglo XX y toda la construcción de la industria del mar en Galicia, el imperio de la lata», algo que la condujo a bucear en las hemerotecas, en los periódicos, que son siempre sus soportes.

Regreso a Cuba

Con esta novela, Ónega vuelve a Cuba, la isla caribeña que ya apareció en su primera novela, Calle Habana, esquina Obispo, en este caso a través del abuelo del protagonista, don Gustavo, «un hombre que hizo mucho dinero con el tráfico de la sal a mediados y finales del siglo XIX, que decide irse a Cuba por cuitas con los vecinos para seguir haciendo dinero, en este caso con el azúcar».

Percibe ese momento en la historia cubana como «apasionante», con «el fin de la esclavitud, el tráfico de los esclavos, el trabajo durísimo en las plantaciones de azúcar que forma parte del paisaje de la novela, aunque no es lo fundamental».

En ese proceso de documentación, Ónega constató sus propias intuiciones: «La Historia ha sido tan injusta con la mujer del mar, y eso lo he descubierto investigando y visitando el Museo de la Conserva, rebuscando en las historias de las familias de grandes conserveros y los grandes industriales gallegos».

En una especie de «justicia poética», la autora da a las mujeres esa patrona que nunca tuvieron, doña Inés, que incluso llega a crear una escuela de mujeres en sus fábricas conserveras, una ficción que le ha permitido «fabular con mucho gusto sobre las asignaturas pendientes que tenemos con las mujeres invisibilizadas u ocultadas, no sé si consciente o inconscientemente, porque no podemos valorar los tiempos con nuestra mirada de ahora».

Escribir, la gran evasión

En un terreno personal, para Sonsoles Ónega «escribir es la gran evasión, es un esfuerzo que requiere sacrificios, pero es una tabla de salvación sin límites de tiempo, sin cortes publicitarios, sin exigencias de ser riguroso con los acontecimientos, porque la novela te permite inventar, que los personajes mientan».

Como lectora, Ónega se confiesa «desordenada, muy obsesiva con algunos temas o escritores» y justamente ahora está enfrascada en la lectura de dos libros a la vez, El mar, el mar, de Iris Murdoch, y El infierno, de Carmen Mola, que ganó Planeta hace dos años.

También recurre a los clásicos, abundantes en la biblioteca de su padre, el también periodista Fernando Ónega, «llena de clásicos españoles, de los años del realismo español, la novela de los 50», que dejaron un sedimento en sus años de formación y una huella en una manera de escribir que considera «todavía muy barroca y pesada».

REDACCIÓN CLARÍN

“Las indignas” de Agustina Bazterrica

La nueva novela de la aclamada autora de Cadáver exquisito, premio Clarín de Novela y un fenómeno mundial con más de 200.000 lectores en una treintena de países.

«Nadie le dice que no a la Hermana Superior. Nadie que quiera seguir viva».

El mundo como lo conocemos ha desaparecido después del gran apagón y de varias crisis climáticas. Apenas hay animales ni naturaleza y pocas personas han sobrevivido. Varias mujeres llegaron a una suerte de convento buscando refugio y han sido captadas por una sectareligiosa. Una de ellas cuenta esta historia, escrita a escondidas noche tras noche para que alguien sepa todo lo que pasa entre esas paredes: torturas, sacrificios y ceremonias terroríficas en nombre de la iluminación. Se encuentran bajo el mando estricto de la Hermana Superior, por encima de quien solo se erige él. ¿Quién es Él? Poco se sabe, nadie puede verlo, pero domina desde las sombras.

Agustina Bazterrica, la autora de la inolvidable Cadáver exquisito, nos ofrece en esta nueva y esperada novela una distopíaperturbadora, en la que resplandece la naturaleza oscura de una falsa divinidad, un dios abusivo, pero también la forma subrepticia, aunque poderosa, de la amistad.

Sobre Cadáver exquisito:

«Novela mayor, cuya acción transcurre en el interior de una atmósfera densa e hipnótica en la que el lector queda atrapado desde las primeras líneas como si fuera uno de sus personajes».

Juan José Millás

«Horriblemente eficaz. [?] Esta provocativa novela maneja con maestría un cuchillo de doble filo».

The Guardian

«Desde las primeras palabras de la segunda novela de la novelista argentina Agustina Bazterrica, Cadáver exquisito, el lector ya es el ganado de la fila, tambaleándose, primordialmente consciente de que este libro es una carnicería, y nada de lo que suceda a continuación va a ser bonito».
New York Times BookReview

«¿A qué precio es viable un mundo sin animales? Esa es la pregunta que se hace la autora argentina Agustina Bazterrica. […] Con un arte perfectamente calibrado con la ironía, [ella] presenta un asombroso retrato de una humanidad dispuesta a hacer cualquier cosa para satisfacerse, incluso a expensas de sí misma».
Le Monde

«Una expresión mordaz y sin concesiones de lo que ocurre a diario en nuestra sociedad».
La Nación

«Con un lenguaje directo y despojado, Cadáver exquisito incursiona en los mecanismos siniestros de una sociedad distópica y caníbal. Las imágenes, tanto repulsivas como fascinantes, recuerdan por momentos a los cuadros violentos de Francis Bacon. La novela rodea al lector con una sensación de amenaza al volver visibles algunas prácticas oscuras y normalizadas de la vida actual».
Pedro Mairal

«Escrita con lenguaje minimalista, de alta precisión, Cadáver exquisito es una fábula impactante sobre la crueldad entre los seres humanos, aunque no desprovista de poesía».
Clarín

Fecha de publicación: 9 de noviembre de 2023

Santiago Posteguillo continúa explorando la figura de Julio César en ‘Maldita Roma’

El gran escritor de best-sellers históricos publica la segunda parte de su trilogía en torno al emperador romano y se prepara para batir récords en el mercado editorial

Santiago Posteguillo se ha convertido en uno de los autores de novela histórica más importantes, prestigiosos y leídos en la actualidad y uno de los grandes fabuladores y expertos de la Antigua Roma. Comenzó su trayectoria literaria en 2006 con Africanus: el hijo del cónsul, que daría lugar a su primera trilogía.

Su siguiente paso sería centrarse en la figura de Marco Ulpio Trajano, siendo la primera entrega Los asesinatos del emperador y la última La legión perdida, tres volúmenes que nos trasladaban a la época de la Roma Imperial a través de la gran época de los césares hasta su decadencia.

Con su tercera saga alcanzaría el reconocimiento definitivo, alcanzando incluso el Premio Planeta con Yo, Julia, sobre la emperatriz Julia Domna, consorte de Septimio Severo, pero que también tuvo una influencia fundamental sobre la política del momento.

Qué cuenta ‘Maldita Roma’

Con Roma soy yo se convertiría en un auténtico superventas dinamitando todos los récords y convirtiéndose en el autor español más vendido, ya no solo de novela histórica, sino en general.

La acción comenzaba en el año 77 a.C., cuando el cruel senador Dolabela iba a ser juzgado por corrupción y, aunque contaba con los mejores abogados y se suponía que iba a salir indemne, un joven patricio se hará cargo de la acusación, Cayo Julio César y lo puso en un aprieto.

A partir de ese momento, nos introduciremos en la investigación del personaje en sus años de juventud, a través del poder narrativo del escritor junto a su rigor histórico a la hora de aportar datos en torno a la sociedad del momento.

Ahora, en Maldita Roma retomamos al personaje en uno de sus momentos más complicados. Fue destinado a Cicilia y con 25 años, por el camino, será secuestrado por unos piratas mientras intenta llegar a Rodas, cuna de oradores, donde espera poder perfeccionar esta técnica para poder enfrentarse en un duelo dialéctico conCicerón, el más grande retórico de la República Romana y uno de los máximos defensores del sistema republicano, que intentó combatir a Julio César a través de estos recursos.

Gracias a su pericia consiguió que pagaran por su rescate. Una vez liberado, ordenó la ejecución de estos piratas, que terminaron muriendo degollados y crucificados. Este es uno de los capítulos que aparecen en esta parte de la historia de Julio César, pero no el único que se narra en Maldita Roma.

También aparece Espartaco y su Guerra de los Esclavos, que sería derrotado por uno de los miembros del Primer Triunvirato, Craso, en el que también estaba Cayo Julio César y Pompeyo.

Son muchas las aventuras, las intrigas, las batallas míticas que aparecen en esta novela. Más de 800 páginas para dejarse llevar por la historia y la sabiduría de un escritor en el culmen de su obra literaria.

Por Beatriz Martínez

Infobae

Cien años después de su nacimiento, siempre volvemos a Italo Calvino
El periodista y escritor italiano se destacó por su prosa divertida, variada e innovadora. Al mismo tiempo, mantuvo un alto nivel de erudición, racionalidad y compromiso ético en su rigurosa escritura

Italo Calvino nació un 15 de octubre de 1923 en Santiago de las Vegas, cerca de la Habana en Cuba. Su familia vivía allí por cuestiones de trabajo. Ya habían vivido en México antes, y volvieron a Italia cuando su hijo tenía dos años. Se instalaron en una casa con un enorme jardín en el que Calvino fue feliz durante su infancia.

Tras la adolescencia se matriculó en Ingenieria Agrónoma en Turín. Hizo el primer curso y trasladó la matrícula a Florencia. Pero era 1943, Italia atravesaba el periodo más oscuro del fascismo y Calvino abandonó los estudios: se refugió en la lectura, en un periodo de soledad, de maduración literaria e ideológica. Se hizo partisano.

Al final de la guerra en 1945 volvió a Turín, se matriculó en la Facultad de Letras y se licenció. Mientras tanto se había hecho amigo de Cesare Pavese: su mentor, el impulsor de su carrera. Pavese fue, con otros muchos, representante de una generación de intelectuales comprometidos, cultísimos y de gran rigor ético. En los años posteriores, Calvino, junto con muchos de esos amigos, fundará revistas, trabajará en las mejores editoriales y escribirá sus primeras obras.

En 1967 decide trasladarse a París, donde vivirá hasta 1980. Allí se repite el modelo. Calvino conoce y se hace amigo de los intelectuales más sólidos y renovadores: Georges Perec, Raymond Queneau, Algirdas Julius Greimas, Roland Barthes. De ellos aprende una forma distinta de concebir, sobre todo, la literatura.

Y ahora hay que empezar a sumar: familia de científicos, primera formación en ciencias, vocación literaria, amistad con todos los nombres que encarnan una forma u otra la renovación del pensamiento y de la literatura contemporáneos y, como rasgos de carácter propios, una insaciable curiosidad, una memoria prodigiosa y un gran sentido del humor.

La suma de todo

El resultado es una de las primeras razones por las que hay que leer a Calvino. Porque su prosa es la suma de todo eso: divertida, variada, interesante, innovadora y a la vez culta, rigurosa y éticamente comprometida.

No importa sobre qué escribe, no importan las tramas –que son siempre, en sentido amplio, “fantásticas”–, sino la moraleja común de sus escritos, los verdaderos ejes sobre los que pivota toda su obra: el compromiso del intelectual con su mundo, la búsqueda incansable de las razones que subyacen a nuestra percepción de la realidad, y la profundización en las cuestiones eternas y a la vez cambiantes que nos preocupan –nuestro origen, el sentido de la vida, qué posibilidad tenemos de entender y aprender qué es el mundo y en qué consiste la experiencia existencial–.

La segunda razón por la que leer a Calvino es para aprender: mucho y mucho más allá de la experiencia de un libro. Ese Calvino cultísimo, racional, exigente, con un conocimiento profundo de las materias que trata, quiso siempre hacer de sus textos un espejo de nuestra existencia: por eso concibió la literatura también como un juego, uno más de los muchos que el ser humano utiliza para hacer más llevadera la vida.

Y aunque depende de cuál de sus ficciones caiga en nuestras manos por primera vez, sus lectores acabamos siempre atrapados en uno u otro de los itinerarios que el escritor propuso para entrar en el laberinto, infinito, mágico, divertido y consolatorio de la literatura.

Reflexionar sobre la identidad y sobre la narración

Podemos reflexionar sobre la identidad y la eterna lucha entre razón y fantasía (El Vizconde demediado, 1952), aprender historia y filosofía observando el mundo desde un árbol (El barón rampante, 1957) o encarar el fracaso de nuestra percepción de la realidad (El caballero inexistente, 1959).

Podemos aprender física y astronomía desde el Big Bang hasta la cuántica viajando con un ser unicelular por el espacio infinito (Las cosmicómicas, 1965), o tomar conciencia del desarrollismo en los años 60 y 70, del impacto de la gran ciudad sobre las personas y de sus consecuencias (Marcovaldo, 1963).

Podemos reflexionar sobre la existencia y descubrir la profunda relación que pensamiento, matemáticas, filosofía y el infinito alfabeto que el libro implica tienen con el sentido mismo de la existencia (Las ciudades invisibles, 1972).

Podemos entender la semiótica y la combinatoria a través de un juego de naipes utilizado por un grupo de seres mudos encerrados en un misterioso castillo (El castillo de los destinos cruzados, 1873).

Podemos acercarnos y entender lo que es el estructuralismo, el principio de la narración que se refleja en la narración misma y cómo la narración a su vez refleja la realidad entera (Si una noche de inviernoun viajero, 1979).

Podemos constatar que es imposible describir la realidad porque todo se mueve y cambia incesantemente y, al mismo tiempo, aprender a leer una ciudad, el espacio en el que vivimos, como si fuera un atlas de historia (Palomar, 1983).

Y además podríamos sumergirnos en los infinitos ensayos y artículos, en las infinitas entrevistas en las que Calvino reflexionó sobre el ser, la literatura, la vida, el arte, el cine, la música… y preguntarnos, con él, por qué leer los clásicos o cómo será la literatura en los próximos mil años.

En cualquier caso nuestra diversión y nuestro aprendizaje, si nos sumergimos en su obra, están garantizados. Esa es la verdadera razón por la que hay que leer a Calvino. Porque sus textos, como todos los grandes textos, nos enriquecen y nos ayudan. Nos divierten y nos conmueven. Ensanchan nuestra mirada y nos llevan más allá de nuestro mundo, hacia su centro mismo o a esos confines infinitos que Calvino dejó abiertos, con una sonrisa, para todos nosotros.

“Publicada originalmente en The Conversation

Por Aurora Conde Muñoz

Infobae

[Fotos: Wikimedia Commons – Johan Brun / Wikipedia]

No es coincidencia: cinco escritoras copan las librerías con la potencia de sus textos
A las novelas de Reyes, Bazterrica, Sosa Villada y Cabezón Cámara se agrega Enríquez y su confesa historia de amor con el grupo Suede.

Cuatro esperadísimas novelas y el bonus-track representado por Mariana Enríquez en plan autobiográfico/ensayístico confluyen en los anaqueles tucumanos. La oferta, tan tentadora, tiene a las mujeres como protagonistas, todas destacadas figuras de la escena literaria. Como sostiene María Moreno -que además de ser una brillante escritora es una filosa analista cultural-, desde hace tiempo gran parte de las propuestas más audaces y disruptivas en el campo literario están escritas por mujeres y trans. Estos títulos, firmados por Dolores Reyes, Gabriela Cabezón Cámara, Camila Sosa Villada y Agustina Bazterrica, amplían ese catálogo.

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“Para abordar un montón de cosas que duelen físicamente y espiritualmente, las mujeres hemos aprendido a trampear el dolor juntas”, apunta Reyes (Buenos Aires, 1978). Y no son mujeres comunes las que habitan “Miseria” ni es común el lazo que las une.

La historia parte de la anterior novela de Reyes, “Cometierra”, un fenómeno de ventas y de crítica -con traducción al inglés y al francés- protagonizada por una chica que al tragar tierra adquiere la capacidad de visualizar qué sucedió con víctimas de femicidios y de trata. Reyes continúa aquí la saga de Cometierra, pero Miseria es un personaje del que se enamoró y por eso captura el relato. Miseria y Cometierra conforman una particular amistad. Son diferentes, pero marchan juntas y se complementan. Son, claro, excepcionales.

La temática básica de “Miseria”, heredada de la novela anterior, se expande. Sin perder el foco en la cuestión de los femicidios, Reyes ahonda en otros aspectos -como la violencia obstétrica-, siempre con el cuerpo de las mujeres, ya sea como ausencia/búsqueda o desde su vulneración, como eje.

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Transcurre el siglo XVII y por América transita un personaje que Cabezón Cámara (Buenos Aires, 1968) pescó al vuelo. Catalina de Erauso -llamada la Monja Alférez- fue autorizada a vestirse de hombre y así constituyó un personaje que la escritora define entre lo siniestro y lo picaresco. “Anduvo entre el genocidio cultural y aventuras un poco grotescas”, apunta. Esas andanzas de la Monja Alférez son las que pueblan “Los niños del naranjel”, relato que transita entre la crueldad propia de los conquistadores y la ternura expresada en el acto de proteger a tres chicos de la furia desatada en plena selva.

“Me interesó partir de esa historia para pensar y explorar un montón de temas. Uno es la posibilidad de cambio en las personas en el sentido muy fuerte. Después, cuestionar la versión única de la historia, pensar qué otras historias hay. Cómo se puede ver de otro modo algo que me parece vital en este momento de crisis civilizatoria, de crisis planetaria. Porque la razón occidental, la razón única de la Historia, nos está llevando a la muerte de toda forma de vida compleja”, sostiene Cabezón Cámara. “Los niños del naranjel” sucede al extraordinario abordaje del canónico “Martín Fierro” que la escritoria realizó en “Las aventuras de la China Iron”.

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Al igual que “Cometierra” para Reyes, “Las malas” significó un debut impactante para Sosa Villada (Córdoba, 1982) en el campo de la novela. El año pasado la también actriz y dramaturga editó una selección de cuentos (“Soy una tonta por quererte”), y ahora Tusquets pone en circulación “Tesis sobre una domesticación”, editada originalmente en 2019 por el diario Página/12 en su colección Biblioteca Soy (ejemplares muy difíciles de conseguir, por lo general ante su pedido la respuesta es “sin stock”).

Una actriz trans y su marido, un abogado homosexual, adoptan un niño de seis años seropositivo (cuya madre se suicidó al descubrir que le había transmitido el HIV). Las dinámicas de esa familia son las que despliega “Tesis sobre una domesticación”, que llegará pronto al cine con guión de la propia Sosa Villada. La novela -como enfatiza la autora- trasciende la mirada introspectiva de una travesti, proyectándose en la dirección opuesta: lo que una travesti piensa del mundo y de la sociedad.

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Pasaron seis años desde que “Cadáver exquisito” colocó a Bazterrica (Buenos Aires, 1974) en el centro de la escena. En 2020 publicó un libro de cuentos -“Diecinueve garras y un pájaro oscuro”- y ahora regresa a la novela con “Las indignas”. En un futuro posapocalíptico en el que se desarrolla la historia son mujeres las que integran una secta horrorosa, al servicio de un único hombre al que jamás ven.

Destaca Bazterrica que en “Las indignas” hay miedo, del que se desprende la violencia, pero también amor. Y sobre todo, la desolación de un mundo distópico, arrasado por plagas que hoy experimentamos, desde el cambio climático a las guerras por los recursos naturales. Todo narrado, subraya la autora, con un cuidado por la palabra orientado a la búsqueda de la belleza.

La Gaceta

Libros: el pueblo de 101 habitantes donde todos son lectores
Está en Aragón, tiene un festival literario famoso entre los escritores españoles y para fundar una biblioteca pública recibió miles de ejemplares en donaciones

Libros es un pueblo ínfimo ubicado en la provincia aragonesa de Teruel, a 278 km de Madrid. Su (escasa) fama era concedida por sus minas de azufre, pero desde hace algunos meses el pueblo es elogiado por políticos, intelectuales y lectores. Ante el peligro de la despoblación, Libros se ha convertido en un imán para lectores y editoriales. El objetivo fue construir una biblioteca referente en la región y afianzar el festival literario al que acuden los escritores más famosos del país y que lo ha rescatado del olvido y la extinción.

Libros, de 101 habitantes, estaba destinado a extinguirse: cada censo revelaba que la despoblación no daba tregua. Sin embargo, se comenzó a gestar una idea inspirada en el nombre propio de ese enclave: rendir homenaje a su identidad. Allí se gestó un festival literario y se comenzó a soñar con la idea de crear una biblioteca pública. Desde que anunció su intención en junio pasado, respaldado por la ONG Mi Pueblo Lee, y grandes nombres de las Letras, comoIrene Vallejo, no ha cesado de recibir donaciones y se calcula que han llegado más de 20 mil ejemplares a este sitio junto al río Turia, algunos incluso desde Alemania y Francia. Mientras se catalogan y ordenan, algunos libros son atesorados en salas del Ayuntamiento e incluso en los garajes de vecinos.

Maribel Medina es el alma y catalizador de Mi Pueblo Lee. La reconocida autora española, creadora de la saga La trilogía de la sangre, integrada por Sangre de barro, Sangre intocable y Sangre entre la hierba, percibía que los circuitos editoriales la llevaban siempre por los mismos círculos de eventos, y comenzó a sentir la necesidad de salir de esos senderos. Accedió en 2016 años a visitar el municipio La Puebla de Almoradiel, en Toledo, donde, para su sorpresa, firmó ejemplares de sus obras durante horas. Allí se dictaba un taller de lectura de sus ficciones y su segunda novela se impartía como lectura obligatoria en el secundario. La bibliotecaria del lugar, Pilar Pérez, le confesó que ella era la primera escritora que visitaba el pueblo en la longeva historia del sitio: “Ahí nació la ira, la indignación. Entonces le propuse hacer un festival literario de primer nivel. Llamé a Javier Sierra, a Juan Gómez Jurado, a Cristina Fallarás y luego pasaron todos los grandes: Almudena Grandes, Rosa Montero, Irene Vallejo y Antonio Muñoz Molina, entre otros”.

Mi pueblo lee

Medina es la creadora de la ONG Mi Pueblo Lee, una red rural de festivales literarios que impulsa estos eventos culturales en pequeñas poblaciones españolas que se ha presentado ya en 40 localidades, el 70% de ellas habitadas por menos de 500 personas y el 30%, por menos de 100. “Me escriben los pueblos, institutos, clubes de lectura. Les damos visibilidad, les ponemos una entrada en nuestra página web. El proyecto va más allá de fomentar la lectura: se piensa un presupuesto, la capacidad para recibir visitantes, por ejemplo, de que el festival sobreviva”. En el caso de La Puebla de Almoradiel, el festival se consolidó y ha logrado ser autosuficiente, con los consejos, pero sin la organización de Mi Pueblo Lee. Gracias al carisma y liderazgo de Medina, los escritores más famosos de España acceden a las invitaciones, pero los problemas que enfrenta la planificación son otros: por ejemplo, no siempre los pueblos tienen salas o teatros para albergar a los visitantes, por eso en ocasiones las iglesias, como la de Libros, han cedido su espacio.

Libros lleva ya tres ediciones de su festival literario de la mano de Mi Pueblo Lee, pero va camino a ser autosuficiente y la campaña que lanzó en junio “Libros por Libros” que busca crear una biblioteca-hotel se ha convertido en un caso excepcional donde la solidaridad, la literatura, las economías rurales y la vida en comunidad, todas en concordancia, han logrado funcionar. Las librerías de la zona se han revitalizado, sobre todo aquellas que estaban casi a punto de cerrar, y el hotel-biblioteca atraerá turistas y brindará trabajo al pueblo que tiene once calles bautizadas con nombres de escritores.

Cada vez más a menudo el cine y la literatura dan cuenta de “la España vacía” (o “vaciada”). En estos escenarios transcurren las películas As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, Alcarràs, de Carla Simón, Suro, de Mikel Gurrea, y sobre el tema han escrito Ana Iris Simón, en Feria, e incluso Sara Mesa trasladó allí la acción de Un amor. El texto joven, pero ya convertido en clásico, que advierte sobre este problema, cuyo título se convirtió en un concepto presente en la opinión pública, proviene de Sergio del Molino: “Hay dos Españas, pero no son las de Machado. Hay una España urbana y europea, indistinguible en todos sus rasgos de cualquier sociedad urbana europea, y una España interior y despoblada, que he llamado la España vacía. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil. A menudo, parecen países extranjeros el uno del otro. Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía. Los fantasmas de la segunda están las casas de la primera”, escribe en La España vacía. Viaje por un país que nunca fue (2016).

Hace dos años Teruel cobró relevancia en el mapa nacional cuando un partido político se autodenominó ¡Teruel existe! La agrupación buscaba alertar de que en esas coordenadas olvidadas por las autoridades nacionales, miles de españoles tenían mucho qué decir y demostrar. En el caso de Libros, los resultados están a la vista.

Es una cuestión de justicia literaria, porque la literatura ha nacido en los pueblos. En los pueblos se lee más, porque necesitas tiempo. No tiene nada que ver el stress de la vida de la ciudad. Es una idea romántica y revolucionaria”, asegura Medina quien lamenta no dar abasto para poder trabajar con los 30 pueblos en lista de espera que desean integrarse a la red. Como Libros, luchan por sobrevivir ante las exigencias del mercado, se resisten a las modas e imperativos de la vertiginosa vida posmoderna, y se dedican a cultivar el tesoro de la lectura.

Laura Ventura

La última edición de «Mi Pueblo Lee», este año, congregó a más de 600 personas
Retrato de Louise Glück, la poeta nacida para dar testimonio

La Premio Nobel de Literatura 2020 se destacó por combinar alusiones clásicas, reflexiones filosóficas, recuerdos agridulces y toques de humor. “La ventaja de la poesía sobre la vida es que la poesía, si es lo bastante aguda, puede durar”, escribió en una ocasión

Louise Glück, Premio Nobel de Literatura, fue una poeta de una franqueza y una percepción inquebrantables que tejió alusiones clásicas, ensueños filosóficos, recuerdos agridulces y comentarios humorísticos en retratos indelebles de un mundo caído y desgarrador.

A lo largo de más de 60 años de carrera, Glück forjó una narrativa de traumas, desilusiones, estancamiento y añoranza, salpicada de momentos -pero sólo momentos- de éxtasis y satisfacción. Al concederle el premio de literatura en 2020, la primera vez que se galardonaba a un poeta estadounidense desde T.S. Eliot en 1948, los jueces del Nobel elogiaron “su inconfundible voz poética que, con austera belleza, hace universal la existencia individual”.

Los poemas de Glück eran a menudo breves, de una página o menos, ejemplos de su apego a “lo no dicho, a la sugerencia, al silencio elocuente y deliberado”. Influida por Shakespeare, la mitología griega y Eliot, entre otros, cuestionaba y a veces descartaba de plano los lazos del amor y el sexo, lo que ella llamaba la “premisa de la unión” en su poema más famoso, “Naranja simulada”. En cierto modo, la vida para Glück era como un romance turbulento -destinado a la infelicidad, pero con sentido porque el dolor era nuestra condición natural- y preferible a lo que ella suponía que vendría después.

“La ventaja de la poesía sobre la vida es que la poesía, si es lo bastante aguda, puede durar”, escribió en una ocasión.

En su poema “Verano”, la narradora se dirige a su marido y recuerda “los días de nuestra primera felicidad”, cuando todo parecía haber “madurado”.

Entonces los círculos se cerraron. Poco a poco las noches se enfriaron;

las hojas colgantes del sauce

amarillearon y cayeron. Y en cada uno de nosotros comenzó

un profundo aislamiento, aunque nunca hablamos de ello,

de la ausencia de arrepentimiento.

Volvíamos a ser artistas, esposo mío.

Podíamos reanudar el viaje.

La poetisa Tracy K. Smith, ganadora de un Pulitzer, dijo el viernes en un comunicado que la poesía de Glück la había “salvado” muchas veces. “Pienso constantemente en estos versos de ‘El lirio salvaje’: ‘Al final de mi sufrimiento / había una puerta’. Y en estos versos de ‘La casa en el pantano’: La oscuridad se disipa, imagina, en tu vida”. Es como si su sintaxis sobria y paciente formara un camino hacia y a través del peso de vivir”, escribió.

Glück publicó más de una docena de libros de poesía, además de ensayos y una breve fábula en prosa, Marigold and Rose. Se inspiró en todo, desde el tejido de Penélope en La Odisea hasta una musa improbable, el complejo deportivo Meadowlands, que la inspiró a preguntarse: “¿Cómo pudieron los Giants llamar/ a ese lugar Meadowlands? Tiene/ tanto en común con un pasto/ como el interior de un horno”.

En 1993, ganó el Premio Pulitzer por The Wild Iris, un intercambio en parte entre un atribulado jardinero y una insensible deidad. “¿Qué te importa mi corazón para que tengas que romperlo una y otra vez? El dios responde: “Mi pobre creación inspirada… Eres/demasiado poco como yo al final/para complacerme”.

Entre sus otros libros figuran las colecciones Las siete edadesEl triunfo de AquilesVita Nova y una aclamada antología, Poemas 1962-2012. Además de ganar el Pulitzer, recibió el Premio Bollingen en 2001 por su trayectoria vital y el National Book Award en 2014 por Noche fiel y virtuosa. Fue poetisa laureada de Estados Unidos en 2003-2004 y recibió la Medalla Nacional de Humanidades en 2015 por sus “décadas de poderosa poesía lírica que desafía todos los intentos de etiquetarla definitivamente.”

Glück se casó y divorció dos veces y tuvo un hijo, Noah, con su segundo marido, John Darnow. Enseñó en las universidades de Stanford y Yale, y consideraba sus experiencias en el aula, no como una distracción de su poesía, sino como una “receta para la lasitud”. Los estudiantes la recordaban como exigente e inspiradora, valorada por guiar a los jóvenes en busca de su propia voz.

“Le entregabas algo y Louise encontraba la única línea que funcionaba”, dijo en 2020 la poeta Claudia Rankine, que estudió con ella en el Williams College. “No había lugar para las sutilezas de la mediocridad, ni para los falsos elogios. Cuando Louise habla le crees porque no se esconde dentro de la urbanidad”.

Nacida en Nueva York y criada en Long Island (Nueva York), era descendiente de judíos de Europa del Este y heredera de una creación cotidiana no asociada a la poesía: su padre ayudó a inventar el cuchillo X-Acto. Su madre, escribiría Glück, era la “líder moral de la familia”, la persona a la que ella miraba por encima de todo a la hora de evaluar sus historias y poemas. Glück era también la mediana de tres hermanas, una de las cuales murió antes de que ella naciera, tragedia a la que parece referirse en su poema “Parados”.

Hace mucho tiempo, me hirieron.

Aprendí

a existir, como reacción,

fuera de contacto

con el mundo: Te diré

lo que quise ser –

un aparato que escuchaba.

No inerte: quieto.

Un trozo de madera. Una piedra.

Describiéndose a sí misma como nacida para “dar testimonio”, Glück se sentía como en casa con la palabra escrita y consideraba la lengua inglesa como su don, incluso su “herencia”. Pero de adolescente era tan ambiciosa y autocrítica que le hizo la guerra a su propio cuerpo. Sufrió anorexia, llegó a pesar 34 kilos y estaba aterrorizada por su mortalidad. Su vida, creativa y de otro tipo, se salvó cuando decidió acudir a un psicoanalista.

“El análisis me enseñó a pensar. Me enseñó a utilizar mi tendencia a oponerme a las ideas articuladas sobre mis propias ideas, me enseñó a utilizar la duda, a examinar mi propio discurso en busca de sus evasiones y escisiones”, recordó durante una conferencia pronunciada en 1989 en el Museo Guggenheim. “Cuanto más tiempo retenía la conclusión, más veía. Creo que también estaba aprendiendo a escribir”.

Glück era demasiado frágil para dedicarse a tiempo completo a la universidad y, en su lugar, asistió a clases en el Sarah Lawrence College y en la Universidad de Columbia, encontrando mentores en los poetas-profesores Leonie Adams y Stanley Kunitz. A los veintitantos ya publicaba poemas en The New Yorker, The Atlantic Monthly y otras revistas.

Su primer libro, Firstborn, se publicó en 1968, y precedió a un largo período de bloqueo como escritora que finalizó mientras impartía clases en el Goddard College a principios de la década de 1970. Antes creía que los poetas debían evitar el mundo académico, pero el compromiso con los estudiantes le resultó tan enriquecedor que comenzó a escribir de nuevo, un trabajo que consideraba mucho más allá de las “rígidas interpretaciones” de Firstborn. A partir de su silencio descubrió una voz nueva y más dinámica.

Su segundo libro, The House on Marshland(La casa del pantano), se publicó en 1975 y se considera su gran avance crítico. Pero siguió sufriendo años de lo que ella llamaba “brutal impasibilidad punitiva”, en los que intentaba de todo, desde trabajar en el jardín hasta escuchar discos de Sam Cooke. Libros posteriores como The Wild Iris y Ararat se convirtieron en testamentos de reinvención personal y creativa, como si sus títulos anteriores hubieran sido escritos por otra persona.

“Siempre he tenido esta especie de pensamiento mágico de detestar mis libros anteriores como una forma de impulsarme hacia adelante”, dijo a Washington Square Review en 2015. “Y me di cuenta de que tenía este sentimiento de orgullo furtivo por el logro. A veces apilaba mis libros y pensaba: ‘Vaya, no has perdido todo el tiempo’. Pero luego tenía mucho miedo porque era una sensación completamente nueva, ese orgullo, y pensaba: ‘Oh, esto significa cosas muy malas’

Fuente: AP

[Fotos: Daniel Ebersole/Handout via REUTERS; Robin Marchant / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP; EFE/EPA/Daniel Ebersole]

Un libro argentino ingresa a prestigioso catálogo mundial de literatura infantil
“¡Qué orejas tan curiosas tienes!”, de Paola Vetere y Romina Carnevale y con ilustraciones de Martina Trach, integra la selección “The White Ravens” que publica anualmente The International Youth Library

En una destacada muestra de reconocimiento internacional, el libro argentino ¡Qué orejas tan curiosas tienes!, de las autoras Paola Vetere y Romina Carnevale, con las ilustraciones de Martina Trach, ha sido seleccionado para formar parte del catálogo infantil “The White Ravens”. Esta distinción, otorgada anualmente, destaca 200 obras nuevas de literatura infantil y juvenil provenientes de más de 50 países y escritas en 40 idiomas diferentes.

Editado bajo el sello de Ediciones Lamiqué, reconocido por su dedicación exclusiva a libros informativos y su compromiso en la producción de títulos que abordan temáticas poco exploradas en el mercado del libro infantil, “¡Qué orejas tan curiosas tienes!” es un compendio de respuestas a inquisitivas preguntas: ¿Oímos sólo con los oídos? ¿Qué es el eco? ¿Cómo se percibe el sonido bajo el agua? Estas interrogantes encuentran su esclarecedora respuesta en las páginas de este libro.

Sin embargo, el alcance de este ejemplar va mucho más allá de la superficie. Las autoras profundizan en otros aspectos fundamentales del sentido del oído, como los cambios que experimenta con el paso de los años y los posibles daños causados por la exposición a ruidos excesivos. Este enfoque educativo, enriquecido por las vibrantes ilustraciones de Trach, logra no solo instruir, sino también despertar la curiosidad y brindar una experiencia divertida a sus jóvenes lectores.

La distinguida selección de libros en “The White Ravens” es llevada a cabo por expertos en literatura infantil y juvenil de la renombrada Internationale Jugendbibliothek en Múnich. A lo largo del año, la biblioteca recibe una considerable cantidad de ejemplares donados, y es a partir de esta amplia colección que el jurado se enfoca en identificar obras con potencial de interés internacional, ya sea por su excelencia literaria y artística o por las temáticas que abordan.

¡Qué orejas tan curiosas tienes! no solo representa un logro para las talentosas autoras y la editorial Ediciones Lamiqué, sino que también enaltece a la literatura infantil argentina a nivel global. Este reconocimiento no solo celebra la calidad de la obra en sí, sino también su contribución a la diversidad y riqueza del universo literario dirigido a los más jóvenes lectores.

Paola Vetere, una mente inquisitiva y apasionada por la naturaleza, ha trazado un camino excepcional en el mundo de la biología y la literatura. Licenciada en Biología por la Universidad de Buenos Aires, Paola ha dedicado su carrera a la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, contribuyendo de manera significativa al avance de la ciencia médica. Sin embargo, su amor por la palabra escrita es igualmente palpable. Paola encuentra en la lectura y la escritura una fuente de inspiración y aprendizaje constante.

Romina Carnevale es una erudita en el campo de la biología y una ferviente comunicadora científica. Su dedicación a la disciplina la llevó a obtener el título de Doctora en Biología por la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde continuó cultivando su pasión por la educación y la divulgación científica. Romina ha compartido su conocimiento a través de numerosos artículos en revistas de divulgación, iluminando complejos conceptos científicos de manera clara y accesible para un público diverso. Fuera de las aulas y laboratorios, Romina encuentra inspiración en la naturaleza y halla alegría en escribir. Su habilidad para traducir la ciencia al arte es evidente en su enseñanza y en su participación en cursos de capacitación docente.

Además, las autoras trabajaron con Martina Trach, es una artista que desde temprana edad supo que su vocación estaba en el arte visual. Incansable en su deseo de crear, Martina comenzó a explorar el dibujo y la pintura en su adolescencia, marcando el inicio de un viaje artístico que la llevaría a explorar diversas formas de expresión. Martina decidió estudiar Diseño Gráfico, una elección que le permitió expandir sus horizontes creativos y desafiar sus límites. Su obra como ilustradora freelance y colaboradora del diario La Nación, así como su participación en el colectivo Anuario de Ilustradores, demuestran su habilidad para capturar emociones y narrar historias a través de la imagen.

Fuente: Télam S.E.

Murió Manuel Pampín, editor de los grandes autores argentinos

Con el sello Corregidor publicó a Haroldo Conti, Juan Gelman, Alejandra Pizarnik, Clarice Lispector, Juan Carlos Onetti y Osvaldo Soriano. Tenía 85 años

Murió el editor Manuel Pampín. Nació en Galicia y llegó a Buenos Aires cundo tenía 14 años sin haber terminado la escuela. Fundó el emblemático sello Corregidor y publicó a autores como Haroldo Conti, Juan Gelman, Alejandra Pizarnik, Clarice Lispector, Juan Carlos Onetti y Osvaldo Soriano.

Desde la red social X, la revista Continuidad De Los Libros dio la noticia y despidió a Pampín de este modo: “Se fue un editor imprescindible. Un militante de la cultura y de los libros. Es tan fuerte su legado que su nombre ya es historia y seguirá siendo presente”.

En el año 2017, Jorge Lafforgue escribió su biografía. Salió en el sello Colihue bajo el título Manuel Pampín, editor argentino: el artífice de Corregidor.

“Siempre se trató de sobrevivir y de apoyar un proyecto familiar propio: la construcción de un catálogo”, dijo en una entrevista con Clarín el año pasado.

“Desde los años 90, grandes editoriales nacionales fueron absorbidas por esos pulpos acaparadores. Sin embargo, seguimos de pie y ampliando nuestros horizontes porque entiendo que supimos reaccionar y repensarnos ante cada coyuntura mediante diferentes estrategias de resistencia”.

GUALEGUAY

🌎 ENCUENTRO PROVINCIAL DE LAS COLECTIVIDADES 2023🌍

📆 Sábado 14 de octubre 🕒 a partir de las 16hs📍en Costanera.

🎟️ Entrada libre y gratuita.

🎉El Sábado 14 de octubre se llevará a cabo esta Fiesta tan esperada, que reúne en esta edición, a las Colectividades de Italia, Francia, Líbano, España, Venezuela, Israel, Dinamarca, Bolivia, Colombia, Alemania, y Argentina.
🔎 Juntos mostrarán su cultura, rindiendo homenaje a las distintas corrientes inmigratorias que formaron la sociedad de Gualeguay.
🎼 Música, gastronomía, shows en vivo, danzas típicas… ¡te esperamos para que compartas esta Fiesta con nosotros!.

▶️ Gualeguay Te Espera ◀️